Becerra incrimina a Lleó en el intento de compra a Espino
Fernando Becerra Robayna lo contó todo en sede judicial. El vocal de la Cámara de Comercio lanzaroteña admitió al juez el 1 de junio, a los tres días de ser detenido en el marco de la operación Unión, haber ofrecido al consejero socialista del Cabildo Carlos Espino una dádiva, a cambio de “desbloquear” el desarrollo urbanístico de Costa Roja, en Yaiza. Y además señaló, tanto a la Guardia Civil el 30 de mayo, como al magistrado dos días después, quién le ordenó el intento de compra al político denunciante: Luis Lleó Khunel, propietario mayoritario de los terrenos bloqueados que negociaba la venta de la totalidad de la parcela al empresario Juan Francisco Rosa.
A diferencia de su jefe en este negocio ilícito -Luis Lleó se acoge a su derecho de no declarar ante la Guardia Civil y el magistrado César Romero Pamparacuatro, aunque admite en sede judicial saber de qué se le acusa-, Fernando Becerra cuenta con todo lujo de detalles el cohecho frustrado que le encarga Luis Lleó.
Las grabaciones realizadas bajo autorización judicial por Carlos Espino y las escuchas teléfonicas tanto a Fernando Becerra como a Luis Lleó son ya de por sí suficientemente incriminatorias como para imputar a ambos por cohecho. Aún así, el testimonio de Becerra al juez ratifica todos los extremos: confiesa haberse reunido hasta en seis ocasiones con Carlos Espino, haberle ofrecido diferentes modalidades de dádiva al consejero socialista para participar “como socio en este proyecto” [de desbloquear la urbanización de Costa Roja], y que todo lo hizo en nombre de Luis Lleó.
Becerra admite en su declaración judicial haber mantenido reuniones con Luis Lleó, en el Café La Unión, para recibir instrucciones del promotor de cómo debía el Cabildo, a través de Carlos Espino, solucionar tanto la urbanización del millón de metros cuadrados de Costa Roja como el encaje jurídico de la veintena de hoteles declarados ilegales por el TSJC en Playa Blanca. Es la denominada Hoja de Ruta que le entrega Lleó a Becerra el 22 de julio de 2008 en La Unión para que se la haga llegar a Espino.
La dádiva ofrecida por Lleó a Espino fue primero 300.000 euros [y otros 300.000 euros para el propio Becerra] y después participar con un 2,5% [450.000 euros] de la operación de compraventa de los terrenos de Lleó a “un comprador”, en referencia a Juan Francisco Rosa. Sobre este aspecto, Fernando Becerra afirma al juez desconocer si Rosa está detrás del intento de soborno, pero admite haber oído a Lleó hablar del propietario del hotel Princesa Yaiza en alguna conversación.
La confesión de Becerra en el Juzgado alcanza a señalar a Luis Lleó como el muñidor de la dádiva al político, porque de todos los contactos del intermediario con el político socialista le daba cuenta después a su jefe. A preguntas del fiscal Ignacio Stampa, Becerra fue más contundente todavía respondiendo a todo que “sí”. La iniciativa de comprar la voluntad de Carlos Espino parte de Lleó; sabía que no se puede ofrecer dinero a un funcionario público para favorecer a terceros; sabía que estaba haciendo un acto delictivo; se quería lucrar también él mismo; o que en todo momento seguía órdenes o instrucciones de Lleó a cambio de un beneficio económico para sí mismo.