Del paro a Gesplan, de Gesplan al paro
“Me encantaría volver a trabajar en Gesplan. No me gusta lo que está haciendo el Gobierno de Canarias, pero quiero trabajar”. Es el testimonio de uno de los 2.300 desempleados que fueron contratados en el mes de marzo por la empresa pública mediante un convenio firmado con el Servicio Canario de Empleo para desarrollar diferentes actuaciones relacionadas con el Medio Ambiente y la mejora de enclaves turísticos en el Archipiélago.
El pasado viernes finalizó su vinculación con Gesplan. Con un grado formativo de ciclo medio en Trabajos Forestales, el organismo público le aplicó el convenio colectivo del Campo, por el que percibió mensualmente un salario de 678 euros, “el mínimo de los mínimos”, subraya, “y bastante por debajo de lo que cobran trabajadores que hacen exactamente lo mismo, pero tienen el convenio de la empresa”. Tras su primera experiencia en el mundo laboral, ha vuelto a engrosar las listas del paro.
Rafael Castellano, gerente de Gesplan (Gestión y Planeamiento Territorial y Medioambiental), presume de haber convertido a la empresa pública en estandarte de la creación de empleo, dinamizadora de la actividad económica y una plataforma para foguear a los recién titulados. “Estamos haciendo una labor social para Canarias y las administraciones públicas en generación de puestos de trabajo. También para los jóvenes, que tienen su primera experiencia y no se quedan en blanco, porque en la calle ahora mismo tienen muy pocas posibilidades”, destaca.
Las asociaciones y colegios profesionales de las Islas advierten en esta práctica un efecto contraproducente para el sector de la consultoría y la ejecución de obras. “Todo lo que ha generado Gesplan en trabajo precario ha revertido en paro y despidos en el gremio”, explica Francisco Javier Cabrera, presidente del Colegio de Arquitectos de Las Palmas, que cifra en un 95% la caída de la actividad en los últimos cuatro años.
De las 2.300 plazas ofertadas en marzo, aproximadamente un 10% estaban reservadas para arquitectos, ingenieros y licenciados en Derecho y Geografia. Su salario era de 800 euros. “Es mano de obra barata subvencionada con nuestros impuestos. La empresa privada no lo puede hacer. Gesplan tiene las peores condiciones en los contratos, tiene patente de corso y no pasa por ningún control de calidad”, denuncia Cabrera.
Para el presidente de los arquitectos de Las Palmas, el Gobierno regional dibuja un panorama “desalentador” y sin perspectivas de futuro para los trabajadores eventuales de la empresa pública. Un juicio que comparte con la Asociación de Empresas de Ingeniería y Consultoría de Canarias (Ainco). “Cuando terminen los seis meses, ¿dónde van a ir? No hay tejido productivo. Lo único que queda es la empresa pública. El que quiera trabajar en planeamiento, que pida empleo en Gesplan”, apunta uno de los asociados, que incide en que la contratación de jóvenes no es una fórmula innovadora de la empresa de Rafael Castellano. “Nuestro despacho lleva años incorporando a alumnos en prácticas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. La diferencia es que después del periodo formativo, nosotros contratábamos a bastantes”.
“En los estudios de arquitectura, siempre se ha valorado a la gente joven, a los alumnos brillantes. Son los que ganan concursos por su creatividad, pero para hacer determinados trabajos hay que tener experiencia profesional, debe haber una conjunción”, matiza en el mismo sentido Francisco Javier Cabrera.
Su homólogo en la provincia occidental, Federico García Barba, cuestiona la contratación en régimen “semiesclavista” de técnicos poco experimentados con el objetivo de “maximizar las subvenciones” y para trabajos “de una complejidad muy grande”, como el planeamiento urbanístico. “Gesplan no es eficiente en planificación. Los documentos urbanísticos se aprueban en una proporción muy escasa. En Canarias tenemos Planes Generales que llevan años tramitándose”, recuerda.
Medidas de ajuste
Las contrataciones temporales en Gesplan se enmarcan en una política de reducción de tarifas alentada por Rafael Castellano y que también ha afectado a la estructura estable de la empresa, formada por 154 trabajadores. El gerente ha establecido un sistema de sillas calientes, con turnos de mañana (de 08.00 a 15.30 horas) y de tarde (de 15.30 a 22.00 horas) y un estricto control horario en las entradas, salidas y en los 15 minutos de descanso de los que disponen los empleados.
“Este modelo va contra el trabajo intelectual que realiza un arquitecto o un ingeniero. Si la inspiración te viene a las 15.15, tienes que recoger tus cosas, dejar hueco para que venga el compañero de tarde, y el trabajo no se retoma hasta el día siguiente”, comenta un profesional del sector, que se muestra sorprendido ante la amplitud de la plantilla de Gesplan. “Si se dedicara solo a planeamiento, con una décima parte del personal tendría suficiente”, afirma.
Rafael Castellano cifra en 3 millones de euros el ahorro que han supuesto las medidas de ajuste aplicadas con el objetivo de mejorar la productividad en la empresa pública. Gesplan sustituyó el recorte salarial del 5% previsto en la Ley 7/2010 del Gobierno de Canarias para funcionarios y personal laboral de la comunidad autónoma por un incremento en la jornada laboral de sus empleados, que pasó de 34 a 37,5 horas semanales.
El sindicato Comisiones Obreras demandó a la empresa ante el Tribunal Superior de Justicia de Canarias al entender que los nuevos horarios suponían una modificación sustancial de las condiciones de trabajo del personal. Sin embargo, tanto el TSJC como el Tribunal Supremo desestimaron los argumentos de CCOO y dieron la razón a Gesplan, que defendió la medida por razones organizativas y de producción. “En los dos últimos años hemos bajado tarifas y eso ha permitido que la empresa haga más trabajo a un menor coste”, asevera el gerente.
A este respecto, el arquitecto Francisco Javier Cabrera reta a la empresa pública. “Que se convoquen concursos y se presente, a ver cuántos gana. Sería lo legítimo. Estoy convencido de que sería más barato sacar los proyectos a la calle que se los quedara Gesplan”, sentencia.