De Arucas a Cuba: 'Mujeres de sal entre dos orillas'

Costas que guardan recuerdos, promesas, esperanzas y anhelos.

Nanda Santana

Las Palmas de Gran Canaria —

Siempre se habla de ellos, ellos se fueron, ellos se marcharon a trabajar, ellos lo pasaron muy mal. Unos volvieron, otros se quedaron… Pero nadie cuenta las historias de ellas, las que tuvieron que buscar sus estrategias de supervivencia, tanto si eran solteras como casadas o viudas; las que lucharon por resolver sus problemas de acceso a la propiedad de las tierras, para legárselas a sus hijos. Estas mujeres no han tenido ese lugar en la Historia y a mí me gustaría dárselo“. Con estas palabras explica Iris Carballo Déniz, diplomada en Educación Social por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria e integrante del colectivo cultural aruquense Salsipuedes, el proyecto de investigación etnográfica Mujeres de sal entre dos orillas, una preciosa iniciativa que pondrá en valor la vida de las que se quedaron, aquellas mujeres y familias que sufrieron las consecuencias de la emigración masculina de Arucas a Cuba a principios del siglo XX.

La emigración de los años 30 supuso un proceso de intercambio cultural enriquecedor para ambas partes. Pero conllevó también ciertos fenómenos sociales poco conocidos, como la experiencia de las mujeres que no acompañaron a maridos, padres o hermanos. Hasta la fecha, prácticamente todos los estudios se han centrado en el hombre, relegando a un plano invisible la presencia femenina, ignorando su importancia dentro de las migraciones de Canarias a América. Desde una perspectiva de género, las mujeres han quedado silenciadas. La figura femenina, excluída de las crónicas de la emigración.

Este proyecto, que cuenta con la colaboración de conocidos intelectuales como Yeray Rodríguez, docente y verseador, o Gregorio Figueras, de Piedra Pómez, quiere reparar este olvido, analizando el entorno de las que se quedaron a recomponer la vida. Recuperando su discurso, su experiencia, en las voces de quienes lo vivieron, hijas, hermanas, sobrinas que hoy son ancianas que superan los 90 años. “Y es urgente hacerlo ya -recuerda Carballo- porque se nos escapa. Estamos hablando de gente muy mayor, que hoy están y mañana se nos han ido. Son voces y relatos hasta ahora apagados por el tiempo y el desinterés que hay que grabar. O se hace ya o se pierde en el olvido. Y eso sería como dejar escapar un capítulo de nuestra historia. Se trata de voces que precisan ser empoderadas; de historias que merecen ser contadas. Algo novedoso, un tema del que no se ha escrito”, concluye. Historias de hombres que formaron familia allá, que desaparecieron. O que regresaron cambiados. “Ayer me decía una mujer que su abuelo se fue, dejando seis hijos, y que nunca volvió. Y ella le decía a su abuela: ¿y si él vuelve?. Y ésta le respondía: pues mi marido es. O de otra que estuvo 30 años sin cortarse el pelo, porque su marido le pidió que no lo hiciera hasta que él volviera. Y nunca lo hizo, murió allí”. Relatos con tanta potencia que bien inspirarían un documental o una tesis doctoral. Que forman parte de una primera fase, la de recogida y grabación de testimonios, que en estos momentos precisa de 19.000 euros. Una labor que se antoja urgente ante el riesgo de que las voces protagonistas desaparezcan por ley de vida.

Participación comunitaria e internacional

Entre los objetivos del proyecto, pues, está dar a conocer el protagonismo de las mujeres dentro del proceso migratorio, poniendo voz al relato de las estrategias familiares de supervivencia o la gestión de la ausencia. Pero también trayéndolo al presente, mediante un proceso sociocultural de participación comunitaria, intergeneracional, tanto en Arucas como en Cabaiguán, municipio conocido como la capital canaria de Cuba. Para ello, es preciso crear contenidos en diferentes formatos y soportes (guiones de sociodramas, paneles y actividades didácticas) y trabajarlos en los distintos centros educativos. “La idea -explica- es que sea lo más participativo posible, que lo hagamos entre todos. Que desde las escuelas e institutos el alumnado pregunte a sus mayores, para que salgan a la luz las historias de su familia, de sus conocidos, buscando una colaboración intergeneracional”. El Centro de Adultos de Arucas y Los Labrantes de la palabra, colectivo en el que la gente mayor cuenta a los más jóvenes historias del pasado, también forman parte del proyecto, tanto haciendo de narradores como rescatando experiencias, o poniendo en contacto a Déniz con familias de emigrantes.

Para escuchar las voces de las dos orillas. Como las oyó Déniz casualmente cuando en un viaje por Sudamérica recaló en la isla y se topó, sin premeditación ni alevosía, con descendientes de aruquenses, casi de la misma calle en la que ella reside actualmente. “Ese fue el origen de la idea de hacer algo. Luego ya le fuí dando forma y ví que tenía un gran potencial como proyecto de investigación etnográfica. Y aquí estamos, ilusionados por hacerlo realidad en los próximos meses”. De hecho, escuchar esas voces, pero en Arucas, es una de las actividades previstas. Ahora está en plena búsqueda de apoyo institucional y dinero para traer a esos cubanos, para dar a conocer sus vivencias mediante una representación teatral que cuenta las causas del no retorno, logrando así una fusión enriquecedora de conocimientos y experiencias que aproximen los lazos de identidad y unión entre ambos pueblos.

El proyecto, en el festival de Canariguan

Déniz partirá en marzo hacia la perla del Caribe, invitada por la Asociación Canaria de Cuba Leonor Pérez Cabrera, para participar en el Canariguan, un festival de la cultura canaria en Cuba. Allí dará a conocer el proyecto y las actividades previstas, tanto en Arucas como en Cuba. Entre ellas, la obra teatral Viudas del destino, un viaje de ida y vuelta, escrita y dirigida por Gregorio Figueras y la propia Déniz, que será interpretada por las Mujeres Auaritas de Arucas; el programa educativo La escuela rescatando las voces de la orilla, que pretende recuperar y transmitir cuentos y relatos de las familias que se quedaron a la espera de la llegada del emigrante; o la exposición Emigración ayer: Canarias-Cuba, con imágenes, postales, cartas, documentación antigua, objetos y relatos recopilados en álbumes familiares, con la que se quiere construir una memoria de la experiencia migratoria. Y como colofón, el reconocimiento público a las mujeres de sal, con un encuentro transcultural intergeneracional pionero, que propone un homenaje a las mujeres y familias que sufrieron el lastre de la emigración masculina, el de perder al cabeza de familia. Un evento en el que Arucas se vestirá de Cuba y Canarias en los años 30, mezclando música, cultura, artesanía, gastronomía y humor, recreando el paisaje y las personas al estilo de la época.

Buscando financiación 

La colaboración de la Asociación Canaria de La Habana y Cabaiguán ha sido también clave hasta ahora en el desarrollo de esta iniciativa. Déniz confía en encontrar respaldo también en las distintas administraciones españolas y está valorando la realización de una campaña de crowdfunding con la que lograr apoyo privado, ciudadano, que pueden contactar a través de correo electrónico o en Facebook.

Un proyecto, en suma, que debe su título al espíritu del condimento, una sal “que persiste, que es para siempre. La sal es vida. Y además, brilla. Sal a brillar, mujer. El canario se desala cuando se asusta, cuando le falta la sal, la vida. La sal, de soledad pero también de esperanza, es algo que nunca nos puede faltar”, concluye.

 

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