El acusado de matar al novio de su amante se arrepiente porque “era un colega”
El acusado de matar de varias cuchilladas al novio de su amante a la salida del hotel donde este trabajaba como camarero, en el sur de Fuerteventura, ha dicho ante un jurado constituido en la Audiencia de Las Palmas que se arrepiente de haber acabado con la vida de un “colega”.
El procesado, en prisión por esta causa desde el 12 de marzo de 2015, se enfrenta a una solicitud de condena de 14 años de cárcel por homicidio por parte del Ministerio Fiscal, que la acusación particular, que representa a los padres y hermanos de la víctima, eleva a 25 años por asesinato con alevosía y abuso de superioridad.
Su defensa solicita, en cambio, una pena de 10 años de cárcel por los hechos que su patrocinado ha reconocido en una carta en la que también muestra su arrepentimiento y pide perdón a la familia de la víctima, misiva que se ha admitido incorporar a la causa.
Según la versión del Ministerio Fiscal, entre junio de 2014 y febrero de 2015, el acusado, Pedro M.B., mantuvo una relación afectiva con Jennifer R.I. “simultánea a la relación pública y conocida” que la mujer tenía con la víctima, Daniel M.I., con quien convivía en el municipio majorero de Pájara.
Al día siguiente de que Jennifer R.I. diera por finalizada la relación que mantenía con Pedro M.B., el 3 de marzo de 2015, el acusado fue al hotel donde trabajaba Daniel M.I., con quien intercambió unas palabras cuando este se dirigía a su coche para regresar a casa tras finalizar la jornada, asegura el fiscal.
“Con la intención de acabar con su vida y, en todo caso, aceptando la posibilidad de acabar con su vida”, el acusado asestó a la víctima varias puñaladas en el cuello, el pecho, el hombro y las piernas que afectaron a la vena yugular y en profundidad a la víscera pulmonar, lo que originó una gran pérdida de sangre y una asfixia que derivaron en su fallecimiento.
En la primera vista del juicio, Pedro M.B. ha explicado que conoció al fallecido antes que a Jennifer R.I. y ha admitido que sabía que ambos eran novios, aunque ha asegurado que en enero del pasado año ella le dijo que había roto con él, que quería volverse a Talavera de la Reina (Toledo), de donde procedía, y que le gustaría que fuera con ella.
Como Daniel comenzó a sospechar que Jennifer le engañaba con otro hombre, puso una grabadora en el domicilio que compartían y confirmó así que ella le era infiel con Pedro M.B., según ha dicho el acusado, a quien, tras constatar estos hechos, la víctima envió un mensaje privado a través de Facebook para exigirle que “parara ya” su relación con Jennifer y advertirle de que, “si seguía, se iba a enterar” porque “haría cualquier cosa”.
Sin embargo, Pedro M.B. siguió viéndose con Jennifer hasta que, el 2 de marzo de 2015 ella le llamó por teléfono para comunicarle que había vuelto con Daniel.
“Ahí me di cuenta del juego y de que ella se estuvo divirtiendo a costa de los dos”, ha alegado el acusado, quien ha explicado que, al día siguiente, salió de trabajar, tomó café con su hermana en Gran Tarajal, puso gasolina y luego decidió ir hasta el hotel donde trabajaba Daniel, porque sentía la necesidad de “aclarar las cosas con él”, ya que le “carcomía haber traicionado a un amigo”.
Así fue cómo el acusado aparcó su coche cerca del hotel donde Daniel ejercía como camarero, le esperó hasta que acabó su jornada portando un cuchillo militar de unos 15 centímetros, que, según ha dicho, llevaba hacía tiempo bajo el asiento de su coche “para amedrentar”, porque es “inseguro y miedoso”, y se dirigió a él con intención de hablar “cara a cara”.
Al comprobar que Daniel “no tenía nada de que hablar con él”, el acusado, a quien le “mosqueó cómo le estaba tratando” quien había sido su amigo, le puso el cuchillo delante y cayó sobre él dentro del coche, donde se inició un forcejeo en el que la víctima recibió varias puñaladas.
El acusado ha negado que, posteriormente, le robara la cartera a la víctima con el fin de simular un robo con violencia, si bien ha admitido que luego “le entró el pánico y se mandó a mudar” sin auxiliar a Daniel.
Pedro M.B. también ha asegurado que tras llegar a su casa tiró a un contenedor de basura su cuchillo y la ropa que llevaba puesta, se duchó y habló por teléfono con su padre, que era vigilante de seguridad de un hotel cercano al de la víctima, sobre cuya muerte no le comentó nada.
Al acusado lo detuvieron el 12 de marzo, nueve días después de que ocurrieran los hechos, un tiempo en el que, según ha dicho, sólo podía pensar en “quitarse de en medio o entregarse”, tal y como ha contado a la letrada que ejerce la acusación particular, a quien también ha informado de que, tras declarar ante la Guardia Civil, el 6 de marzo de 2015, dio el pésame al padre de Daniel.
A preguntas de la portavoz del tribunal del jurado, Pedro M.B. ha confirmado también que no acudió al entierro de Daniel y que no volvió a ver a Jennifer.