El Gobierno de Canarias no prohíbe el baño en las zonas de microalgas, pero los técnicos confiesan que no se bañarían

La jefa de servicio de Sanidad Ambiental del Gobierno de Canarias, María Luisa Pita; el experto del Banco Español de Algas, Emilio Soler y el doctor en Ciencias del Mar y técnico del Gobierno de Canarias, Rogelio Herrera

Iago Otero Paz

Las Palmas de Gran Canaria —

El Gobierno de Canarias sigue sin prohibir el baño en las zonas costeras en las que han aparecido las cianobacterias Trichodesmium erythreaum, conocidas como microalgas, pero los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente y del Banco Español de Algas recomiendan no hacerlo. “Yo no me bañaría en un sitio con las aguas de ese color, es de sentido común”, sostiene el taxónomo y experto del Banco Español de Algas (BEA) Emilio Soler, quien explica que estas cianobacterias producen amonio como desecho, que es irritante y cuyo contacto con las mucosas puede producir dermatitis pasajeras y que en caso de ingerir agua no ocurre “nada, lo único es que sabe mal, huele como pescado podrido”. No obstante, la jefa del servicio de Sanidad Ambiental del Gobierno Autónomo, María Luisa Pita, apunta que el sistema sanitario público no ha detectado una casuística de problemas con la piel superior a las esperadas en esta época del año.

Estas declaraciones de Soler y Pita, que han estado acompañados por el doctor en Ciencias del Mar y técnico del departamento de Biodiversidad de la Consejería de Medio Ambiente Rogelio Herrera, tuvieron lugar en una rueda de prensa convocada por el Ejecutivo autonómico a raíz de que se hiciese público este domingo un informe de Soler en el que, tras unas muestras recogidas en Tenerife y El Hierro, el científico del BEA emitiese un certificado de análisis en el que concluía que una exposición continuada con esta cianobacteria “puede promover el desarrollo de tumores primarios de hígado a medio-largo plazo” y recomendara prohibir el baño. A esta rueda de prensa dada por especialistas le seguirá, este martes previsiblemente, otra que darán miembros del Gobierno de Canarias, que siguen sin dar la cara porque prefieren que primero los científicos resuelvan las dudas de la ciudadanía.

Soler ha aclarado ante los medios que en este documento que ha trascendido a la opinión pública las relaciones con el carácter tóxico de la Trichodesmium erythraeum “son producto únicamente de experimentos de laboratorio en invertebrados marinos, peces y ratones”, ello a pesar de que en el informe, que recalca que era dirigido para la comunidad científica, no se menciona que los tumores son en los roedores. Así, el científico hace hincapié en que estos resultados no son extrapolables a los seres humanos, sobre todo porque los animales que enfermaron en esos experimentos lo hicieron tras ser sometidos a altas concentraciones de sustancias extraídas de esas microalgas que no se dan en las aguas donde estas aparecen.

Para la jefa de servicio de Sanidad Ambiental del Gobierno Autónomo, María Luisa Pita, se ha producido “una percepción de riesgo importante en la población” con las microalgas, pero esa reacción no está justificada y solo es explicable, según ha sostenido , por una “confusión” a la que se ha llegado por la conjunción de varias circunstancias.

Entre ellas, Pita ha citado “un repunte importante de la hepatitis A” que se ha asociado al fenómeno sin razón, ya que el aumento de casos de esa patología se está dando en toda Europa y “no tiene nada que ver con este hecho”, sino que ha venido motivado porque “se ha bajado la guardia en las medidas de protección en determinadas prácticas sexuales” y eso ha propiciado el contagio. Así mismo, la jefa de Sanidad Ambiental descarta que haya relación entre las aguas residuales y la proliferación de las microalgas. “Rotundamente no, Trichodesmium erythreaum no requiere de los nutrientes que aportan las aguas residuales” insistió Pita, una afirmación que ha corroborado Herrera, quien adelanta que posiblemente la semana que viene se hará público un informe en el que están “procesando todos los datos” recogidos estos días.

Además, los técnicos han descartado “tajantemente” que la presencia de las microalgas en las aguas canarias pueda ocasionar toxicidad en el pescado que se consume y cría en las piscifactorías de las  Islas, y han recordado que se hacen controles exhaustivos tanto de las aguas como del propio producto antes de que este llegue a los mercados de canarios. Eso sí, Rogelio Herrera ha adelantado que es posible que en los próximos días, en aquellos sitios donde ha habido una presencia prolongada de las cianobacterias, aparezcan peces muertos -hasta ahora solo se han visto dos-, y señala que puede ser por dos causas, o bien “por obstrucción de las agallas en especies de pequeño tamaño” o, principalmente, por el agotamiento del oxígeno del agua ya que “donde hay una descomposición grande de masa de estas microalgas  hay mucha materia orgánica que produce el agotamiento del oxígeno”, y descarta que la muerte suceda por intoxicación. 

La naturaleza, único remedio para hacer frente a ellas

Cuestionado sobre si existe alguna forma de limpiar las microalgas o que estas lleguen a la costa, Soler ha subrayado que lo único que se puede hacer es “controlar y seguir estas manchas” y que no existe forma de eliminarlas “ni de una forma física ni química, simplemente esperar a que la climatología cambie y vuelva al régimen dominante del Alisio que tenemos en Canarias”.

El científico del BEA ha mencionado que existen estudios que demuestran que, en caso de fragmentar las grandes masas de Trichodesmium erythreaum,  lo único que se logra es “inocular de nuevo el medio con fragmentos”. “Lo que hay que dejar es que esto pase y controlar la evolución”, sentenció.

Por otro lado, Herrera ha querido dejar claro que las cianobacterias no tienen por qué afectar al turismo, principal motor económico del Archipiélago, porque en lugares turísticos como a Gold Coast y Palm Beach en Australia o en Florida también hay este problema. “Lo que acaba con el turismo es la desinformación y la alarma que se está creando por no estar al nivel del conocimiento que se está en estos lugares”, ha indicado el técnico de Biodiversidad. “Hay que entender y no demonizar en exceso porque somos novatos, nunca habíamos vivido un evento tan prolongado como este fruto de las calimas continuas”,  ha agregado Pita.

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