El Refugio: donde el fuego no llega
“Todo ocurrió tan rápido que, cuando vi el humo a lo lejos, apenas pude avisar a mi marido. Salimos corriendo porque, en apenas unos minutos, teníamos las llamas encima. El fuego nos rodeó. Aún no sé cómo pudimos escapar sin que nos pasara nada”. Así relata Juana Hernández, trabajadora del Hotel Rural El Refugio, donde vive junto a su marido, Juan Manuel Santana los momentos del inicio del incendio que ha asolado el centro de Gran Canaria. Son los únicos habitantes de la Cruz de Tejeda. El resto de viviendas se encuentran ya en el pueblo o en ruta hacia la capital.
Juana y Juanma se encontraban, como cada tarde, con sus actividades rutinarias. Al final de cada jornada de atención a los huéspedes, tras el almuerzo, empiezan las tareas para adecentar el hotel y dejarlo todo listo de cara al día siguiente. Pero aquella tarde iba a ser distinta. A Juana le llegó un fuerte olor a quemado. Pensó que podía deberse a alguna comida que preparaban en el Asador Yolanda, situado bajo el establecimiento. Pero se alarmó cuando, a lo lejos, comenzaba a ver una columna de humo. ¡Ahí saltó la alarma! Quiso avisar de que algo extraño ocurría pero, cuando quiso reaccionar, las llamas ya sobresalían por encima de la casona.
Hasta que el fuego no ha sido estabilizado no han podido regresar al hotel. Estos trabajadores y amantes del local y su entorno se temían lo peor, viendo, con impotencia, las imágenes que les iban llegando. Todo el mundo había reparado en los daños de el Parador Nacional de Tejeda pero pocos pensaron en este pequeño y familiar hotel rural. Cuando pudieron entrar… ¡no daban crédito a lo que veían sus ojos! Así nos lo cuentan en este vídeo.
El Hotel Rural El Refugio está construido sobre una casona del siglo XIX, en plena Cruz de Tejeda, punto de encuentro de la mayoría de los antiguos caminos reales que siguen siendo utilizados por numerosos senderistas. Antaño encrucijada de caminos y lugar de paso por su situación en el centro geográfico de la isla, Hace unos años, su actual propietaria, Gloria de la Vega, decidió pedirle al arquitecto José Luis Mate que hiciera un proyecto para convertirla en hotel rural. Está calificado, y seguirá estándolo, tras el voraz incendio, como hotel con encanto.