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El día que Canarias exigió el fin del turismo masivo e hizo historia en las calles: ''Queremos ser anfitriones, no esclavos''

Una marea humana responde en las calles al turismo de masas en las Islas Canarias

Natalia G. Vargas / Toni Ferrera / Dácil Jiménez

Santa Cruz de Tenerife / Las Palmas de Gran Canaria / Arrecife —

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Aún faltaba una hora para el inicio de la manifestación, pero en todas las capitales de las islas ya podían verse banderas de Canarias, pancartas y prendas amarillas, uno de los colores más simbólicos del Archipiélago y escogido para la protesta. Los altos índices de pobreza, la falta de agua, la escasez de vivienda y la destrucción de los espacios naturales empujaron este sábado 20 de abril a cerca de 200.000 personas a sumarse a una movilización histórica en contra del modelo turístico. “Canarias se agota”, advirtieron los asistentes al unísono en toda la comunidad autónoma. 

Chani, de 78 años, camina por la Avenida de Mesa y López, en Las Palmas de Gran Canaria. Ella, que tiene muchos años a sus espaldas, alzó la voz porque “no se puede vivir de la manera en que estamos haciéndolo”, “no tenemos a nadie quien nos cuide” y “estamos desamparados”. A su lado, las pancartas emiten mensajes similares. En la protesta hay jóvenes, sobre todo, pero también mayores. La llamada ha interpelado a todas las generaciones de las Islas. 

“Me tengo que ir fuera porque aquí no encuentro nada. Quiero ver una Canarias que priorice a la gente de aquí, que no nos obligue a irnos”, exclama Zoe, de 27 años, poco después. Una de las reivindicaciones del 20A ha sido la limitación de la compra de vivienda por parte de los extranjeros así como también la regulación de la vivienda vacacional, que se ha multiplicado en todas las localidades del territorio y traído consigo la subida de los precios de los alquileres.

El recorrido de los manifestantes en Gran Canaria comenzó en los alrededores del Auditorio Alfredo Kraus, abarrotado hasta la última baldosa. Continuó por el paseo de Las Canteras y terminó en la Plaza del Pilar, en el icónico barrio de Guanarteme, donde fue leído el manifiesto y hubo actuaciones musicales. Los convocantes cifran la afluencia en 50.000 personas. La Delegación del Gobierno rebaja el registro a 14.000.  

El cántico principal era simple, pero directo: “Canarias no se vende, se ama y se defiende”, repetido sin descanso durante minutos. A veces paraba por los aplausos, como si los participantes quisieran reconfortarse por estar ahí, dando la cara por el Archipiélago. Los vecinos asomaban sus cabezas por las ventanas. Había quienes se subían a contenedores y farolas para inmortalizar el momento, tildado de histórico desde el minuto uno. Hasta un par de hidroaviones recargando agua al principio de la concentración parecían sumarse a las reivindicaciones.  

“Mi isla no es tu parque de atracciones”, “aquí vive gente” o “todos mis vecinos son guiris” fueron algunas de las pancartas exhibidas. Al pasar por delante del futuro Residencial Las Américas, un edificio de diez plantas con 468 pisos de lujo, el grupo entero de manifestantes alzó los brazos, movió las manos y enmudeció. Saben que aquí, con casi toda seguridad, la ciudadanía local lo tendrá difícil para acceder a una vivienda. Fue una especie de minuto de silencio por todos ellos. Un gesto que resumió por qué hoy tomaron las calles.

“No es un ataque, es una defensa”

En Tenerife, la manifestación superó todas las expectativas. Fue la primera isla en organizar la protesta, harta de haberse convertido en el escenario sobre el que se planean nuevos macroproyectos turísticos o grandes puertos que amenazan la biodiversidad tinerfeña. Aunque la Subdelegación del Gobierno en Canarias cifra en 32.000 los asistentes, los organizadores y asistentes apuntan a más de 80.000 manifestantes. La cantidad de gente presente en la movilización hizo que, cuando la cabecera ya estaba a las puertas del Cabildo de Tenerife, muchas personas siguieran aún en el punto de inicio.

La falta de refuerzos en el transporte público también hizo que muchas personas se perdieran esta jornada histórica. No solo las calles por las que discurrió la protesta estaban llenas, sino también las aledañas. Cuando se leyeron los manifiestos y las consignas, aún seguía bajando gente por la céntrica Calle del Castillo. Según los asistentes, la jornada se compara a los días en los que se celebra el Carnaval de Día y en los que la cifra oficial suele superar con creces las 100.000 personas. 

Los destinatarios principales de las reivindicaciones gritadas en Tenerife han sido el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo (Coalición Canaria), el presidente de la patronal hotelera, Jorge Marichal, y la presidenta del Cabildo insular, Rosa Dávila (CC). Las kellys y los activistas que llevan más de una semana en huelga de hambre por la paralización del hotel de La Tejita y que exigen también que se frene el macroproyecto turístico de Cuna del Alma han cosechado los aplausos más sonados. 

En cambio, los abucheos han ido dirigidos a las patronales y a las viviendas vacacionales. Durante todo el recorrido han sonado sin descanso numerosos bucios, símbolo de la cultura canaria y de la resistencia guanche. El ambiente no ha sido festivo, como pedían los convocantes, sino muy reivindicativo y con elementos folclóricos como los tambores.

Lanzarote revive el espíritu de César Manrique

En Lanzarote, cerca de 10.000 personas tomaron la capital para hacerse oír. La isla Reserva de la Biosfera ha sufrido en los últimos años incontables atentados medioambientales en sus espacios protegidos. Además, sus residentes viven desde hace meses constantes cortes en el suministro de agua que les impide también regar sus cosechas. ''Agua para las papas, no para las piscinas'', gritaron.

Los manifestantes también han recordado al artista César Manrique, referente de la lucha medioambiental de la isla y del resto del Archipiélago. ''Manrique ya decía que esto pasaría'' o ''Si César levantara la cabeza'' fueron algunos de los lemas coreados en la isla.

''En Lanzarote nos levantamos casi cada día con una nueva noticia sobre una indecencia cometida por tal o cual turista que degrada nuestro territorio frágil y protegido, y regresa a casa en la mayoría de las ocasiones sin consecuencia ni sanción'', rezó el manifiesto leído en Arrecife. ''La actividad turística actual viene acompañada de un despilfarro de uno de nuestros más preciados recursos: el agua. Un turista consume de media seis veces más agua por día que un vecino o vecina'', añadieron los manifestantes. A las puertas del Cabildo preguntaron por el presidente, Oswaldo Betancort (CC) y gritaron ''Coalición Canaria es una inmobiliaria''.

“No tierras raras''

Los tres proyectos presentados por una constructora para buscar tierras raras en Fuerteventura han sido la gota que colmó el vaso de los isleños. Al menos 2.800 personas según las cifras oficiales protestaron en la isla más larga del Archipiélago en contra de la sobreexplotación del territorio.

A las exigencias enunciadas en el resto del Archipiélago, Fuerteventura sumó las protestas contra los proyectos mineros que pretenden buscar tierras raras en 131 cuadrículas mineras de la isla y que afectan a espacios protegidos y zonas de especial protección para las aves. También gritaron en contra el despilfarro de agua, exigieron una implantación ordenada de la energía eólica y soluciones a la falta de vivienda para los residentes y trabajadores . ''Stop hoteles, SOS Canarias'', gritaron.

La Gomera, una de las últimas islas en sumarse a la protesta, se reunieron 300 personas. También en El Hierro se organizó una concentración bajo el lema 'Canarias tiene un límite' en la que estuvieron presentes cerca de 150 vecinos. En La Palma se leyó un manifiesto a las 17.00 horas para mostrar ''su apoyo incondicional'' al resto de las islas.

En Caleta de Sebo, la capital de La Graciosa, los vecinos y vecinas han mostrado su hartazgo respecto a la gestión de los espacios naturales protegidos. ''La Graciosa fue declarada parque natural en 1986 y no fue hasta 2006 que se aprobó su plan rector de uso y gestión'', criticaron. ''A pesar de recibir casi medio millón de visitantes, somos uno de los únicos pueblos que llevamos 38 años viviendo dentro de un Espacio Natural Protegido sin órgano de gestión'', recordaron.

''Que la isla vive del turismo principalmente es una realidad, que sufrimos saturación turística algunos meses del año también lo es. Nadie ha hecho nada, esto sigue igual o peor'', lamentaron los gracioseros.

No solo en Canarias la población ha salido a las calles contra el turismo de masas. Las protestas del 20A se han celebrado también en Madrid, Barcelona, Granada, Londres y París. Además, medios nacionales e internacionales como la BBC o The Guardian se han hecho eco de ellas en sus portadas. Mientras tanto, Coalición Canaria, que preside junto al PP el Gobierno canario, no se da por aludida y ha dicho que la movilización ''ratifica el trabajo iniciado por el actual Gobierno'', aunque la llegó a tildar de turismofobia pocos días después de su convocatoria.

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