El obispo de Canarias ruega por las víctimas del accidente de Spanair en la misa de desagravio por la Gala Drag
El obispo de la Diócesis de Canarias, Francisco Cases, rogó por las víctimas y los familiares del accidente aéreo de Spanair en el que fallecieron 154 personas en la misa celebrada este viernes en una Catedral de Las Palmas abarrotada por fieles de todas las edades. Cases había convocado a quienes se hubieran visto ofendidos tras la actuación “blasfema” del ganador de la Gala Drag Queen del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria, que se vistió de Virgen y de Cristo crucificado.
Aunque se había hecho un llamamiento a través de mensajes de realizar a las 19.00 horas una sentada en forma de protesta contra las declaraciones del obispo, apenas par de personas estuvieron en las puertas del templo para protestar. A esa hora, 30 minutos antes del inicio de la liturgia, la Catedral ya estaba llena quedándose gente durante la celebración a las afueras, donde también estaban presentes agentes de la Policía Nacional.
Cases, que a la entrada de la Catedral explicó a los periodistas que para él esta celebración era una misa como a las que acude todos los días, recordó al inicio de la homilía que muchas parroquias canarias y de la Península se habían unido a esta eucaristía. Aparte, en la capital grancanaria todas las cermonias fueron suspendidas, estando la mayoría de los párrocos de las iglesias de la ciudad en el altar acompañando al obispo. Incluso, un representante de la iglesia ortodoxa estuvo presente.
A pesar de la expectación que se había generado, el acto religioso se centró en la época de Cuaresma recién iniciada en vez de a la polémica que ha rodeado a la Diócesis esta semana después de que el obispo sostuviera que lo que más le había apenado en los 11 años que lleva en Canarias fuera la actuación del Drag Sethlas, por encima incluso del accidente aéreo de Spanair en el que fallecieron 154 personas, la mayoría de ellas con vínculos en Gran Canaria. Este jueves el principal dirigente de la Iglesia en el Archipiélago ya había perdido perdón por esta “desafortunada comparación”.
Así, en ningún momento de su sermón Cases hizo alusión alguna a la performance del Drag Sethlas, que había catalogado como grave ofensa para la fe cristiana, pero sí que a lo largo de los más de diez minutos que duró su discurso hizo especial mención a los símbolos cristianos de la Cruz de Cristo y la Virgen María. Del primero dijo que representa el árbol de la vida “porque en ella Jesús, nuestro Salvador, entregó su vida por todos los hombres; en ella pidió perdón y lo obtuvo para todos los hombres”, mientras que sobre la Virgen sostuvo que “la Madre que veneramos como Madre nuestra es la Madre que estuvo presente en el Calvario, cuando en la tierra entera solo estaba levantado un Árbol de la Vida, la Cruz de nuestro Señor, su Hijo. Allí María, nuestra Madre, escucha de labios de Jesús la súplica de perdón por todos los hombres, también por los que le habían llevado a la Cruz y los que le habían crucificado”.
Así mismo, indicó que la comunidad cristiana debe “mantener abierta la puerta de la Misericordia en todos los encuentros con los hombres de nuestro tiempo, de cualquier clase y condición, en todo momento, también en el momento presente”.
Antes de concluir su plática, el obispo quiso hacer mención a la homilía que ofreció el 8 de septiembre de 2016, día de la patrona de Gran Canaria, la Virgen del Pino, cuando afirmó que “la Iglesia Diocesana quiere mirar la sociedad y la misma Iglesia con los ojos misericordiosos de la Virgen que invocamos en la Salve. Quiere ser comunidad de perdón, de acogida, de cercanía, de sanación de heridas, comunidad que trata con misericordia porque hemos visto en Jesús el rostro de la misericordia de Padre Dios, que nos trata con misericordia a nosotros”.
Fue en la oración de los fieles, a continuación de la homilía, cuando se hizo un ruego tanto por las familias y víctimas del accidente aéreo de Spanair, así como a los cristianos al observar a Cristo en la Misericordia.
Tras los distintos actos litúrgicos de la ceremonia religiosa, y antes de despedirse, el obispo se disculpó porque no había suficientes hostias para todos los que querían comulgar y agradeció el hecho de ver “unidos” a todos los presentes. Los feligreses le respondieron con una sonora ovación en forma de aplausos que duró más de dos minutos.
Entre el numeroso público congregado en la catedral de la capital grancanaria se encontraba el exconsejero del Cabildo de Gran Canaria Melchor Camón, del PP, y también el ganador de la primera gala Drag Queen de la ciudad, Carlos Menéndez, que fue el portavoz de uno de los jurados del concurso de este año. A su entrada al templo, Menéndez dijo a los periodistas que, como creyente, acudía a la misa para escuchar en primera persona lo que iba a decir el obispo.
Por otro lado, este mismo viernes el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, tachó la actuación ganadora de la Gala Drag de “episodio bochornoso y repugnante” y manifestó al obispo su “solidaridad, cercanía y oración por lo sucedido”.
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