El 'sensei' que forma a los policías canarios

Arminda Pérez

Las Palmas de Gran Canaria —

Martín González Santiago es instructor policial desde 1988. También es conocido como el sensei, término con el que se designa en la cultura japonesa a un maestro. Según los nipones, la persona a la que denominan de esta forma “ha nacido antes”, por eso ha adquirido los conocimientos y puede transmitirlos.

González lleva en el mundo de las artes marciales 40 años. Empezó por pasión y se convirtió en profesor de forma oficial hace 26 años. En la actualidad imparte clases de estos sistemas de luchas en el club Metropole, situado en Las Palmas de Gran Canaria. También es director de seguridad acreditado por el Ministerio del Interior y jefe del servicio de prevención de riesgos laborales en un hospital privado y presidente de la Asociación Profesional de Directores y Consultores de Seguridad (APRODISE) .

Empezó formando a agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) en el año 1991, y a partir de ahí, se ha abierto a otras fuerzas y cuerpos de seguridad, como a la policía local de a pie, radio patrullas y la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) del CNP, la Sección de Intervención Rápida de la Guardia Civil (SIR), el Grupo Operativo de Intervención y Apoyo (GOIA), el Grupo Operativo Especial de Seguridad (GOES) y el Grupo de Intervención y Apoyo de la Policía Autonómica Canaria (GROPE) .

El instructor se describe a sí mismo como un enamorado de la formación policial, el deporte, la medicina deportiva y todo lo relacionado con la seguridad y la protección integral (escribió un libro sobre este aspecto denominado Tácticas policiales en protección de personas y técnicas de escolta). Estos son los cuatro pilares sobre los que se asienta su vida y sobre los que se ha formado. Su extenso currículum incluye una licenciatura en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, un título de estudios avanzados en Medicina, y actualmente se está doctorando en Medicina del Deporte.

El 14 de septiembre recibirá la medalla de plata al mérito policial por parte de la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria. “Después de 40 años en este mundo y 26 dando formación, uno ya tiene un nombre y creo que por eso me hacen este reconocimiento”, ha señalado el maestro. Además, tres organizaciones policiales (la Confederación Española de Policías, el Cuerpo Nacional de Policía y la Unión Federal de Policías) han hecho tres propuestas distintas para que se le conceda este año la cruz al mérito policial con distintivo blanco. “Que salga o no salga da igual, han reconocido mi trabajo y eso es un gran honor”, ha apuntado ante la propuesta.

A pesar de todo, Martín insiste en que el mejor reconocimiento que le han hecho es saber que sus instrucciones han servido a muchos policías que diariamente le agradecen sus enseñanzas. “Algunos me cuentan que gracias a los conocimientos pudieron detener a personas cuando sus vidas corrían peligro”.

Formación policial

El maestro se adentró en la formación policial sin tenerlo previsto. Su afición por las artes marciales y el deporte hizo que se interesara en esta materia. “Vi que salía un curso para instructor policial y lo hice, luego empecé a ver que me gustaba. Además, en este mundo hay verdaderos profesionales, pero somos pocos los que damos formación”. En el año 1997 se presentó para inspector pero no entró.

No obstante, reconoce que en la calle se ha visto ante situaciones en las que ha tenido que ayudar a los policías. “Una vez iba saliendo de la Clínica de Santa Catalina y cuando bajaba las escaleras vi a un chorizo corriendo y a un policía detrás. Automáticamente salí corriendo detrás de él y lo detuve”. Se ha visto envuelto en casos similares más de una vez. También en atracos. “La gente identifica a un maestro de artes marciales como al típico portero de discoteca que es un 4x4, se deja llevar por las apariencias y luego se lleva una sorpresa cuando me defiendo, siempre dentro de una serie de condiciones”, relata.

Martín intenta renovarse constantemente. “Para entrenar a los cuerpos de seguridad hay que estar preparado. Si no, no sería un referente”. Por eso, hace reciclajes periódicos continuos con instructores y compañeros. También estuvo recibiendo formación en Inglaterra del instructor de la élite del ejército británico.

En cuanto a la formación policial que imparte, es muy variada: defensa personal, trabajos con armas, protección de personas y tácticas de escolta, técnicas contra el encañonamiento, de manejo de la defensa extensible (bastón policial) o defensa de intervención para las unidades antidisturbios.

El maestro ha aclarado que no es lo mismo trabajar con una unidad de élite como son los GOIA o los GOES, que tienen una formación muy alta, se entrenan diariamente y tienen que acudir de forma periódica a los reciclajes oficiales obligatorios, que trabajar con grupos como los radio patrullas o los patrulleros. Estos últimos se centran más en entrenarse frente a intervenciones rápidas con detenciones. “La policía de a pie acude voluntariamente y viene a los entrenamientos con muchísimas ganas y con mucha entrega. La élite policial tiene una formación física y una formación táctica de adiestramiento impresionante”. “Una vez un miembro de los GOES se rompió un dedo entrenando, le pregunté si quería un vendaje funcional y si quería esperar a que terminaran sus compañeros, no quiso, terminó el entrenamiento”. La motivación principal es sus clases es la dureza, la disciplina y la seriedad: “A ellos eso les encanta”.

A pesar de la mala fama que se ha originado sobre las actuaciones policiales, Martín expresa que “por una actuación individual no se puede crucificar a un colectivo”. Reconoce que ha habido intervenciones que no son correctas y esas son “reprochables, sancionables e incluso punibles penalmente o judicialmente”, pero que siempre hay que tener en cuenta que cuando una unidad de la policía da una orden de cargar, la orden la reciben de las autoridades políticas, y tienen la obligación de cumplirla siempre y cuando no sean contrarias al ordenamiento jurídico. “Siempre se juzga a un colectivo por una persona, pero eso también pasa en todos los colectivos”.

Responsable de artes marciales

La sección de artes marciales del club Metropole está bajo su responsabilidad. Allí imparte clases y cursos. El más conocido es el de defensa personal para el colectivo femenino, que es gratuito y por el que han pasado entre 4.000 y 5.000 mujeres que se preparan para defenderse contra todo tipo de violencia.

“Mujeres que han tenido agresiones anteriores al curso me decían que si hubieran sabido las cuatro cosas que aprenden aquí, no les hubiera pasado”. El maestro explica que el aprendizaje que se enseña en estos casos no se basa en usar la fuerza bruta, sino en “utilizar por ejemplo una llave para atacar los puntos vitales del agresor y salir huyendo”.

El ser humano reacciona ante el peligro de diferentes formas: bloqueo, se queda parado por el pánico o miedo que siente ante cualquier situación que lo sobrecoja; ataque, y huida por instinto de supervivencia. “Esta última es la reacción que siempre se intenta enseñar a las mujeres en los cursos de autodefensa”, aclara.

El truco para compaginar tantas cosas, según ha explicado, es la programación. Hace cursos periódicos de defensa personal, cada mes o cada dos meses, para el colectivo de mujeres, y da clases periódicas en el Metropole de artes marciales. Aparte se encarga de algunos cursos de demanda de formación policial con una duración específica: por ejemplo, la Policía Canaria le ha encargado una formación de 50 horas de intervención policial para la GROPE en el mes de octubre, y de reciclajes. También es responsable de los reciclajes oficiales obligatorios de algunas unidades, como de los GOIA, cursos periódicos policiales que se hacen todos los meses y formaciones específicas cuando son necesarias.

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