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Jornadas de 130 horas semanales y salarios precarios, la situación de las trabajadoras del hogar que retrata Cáritas

El trabajo en el hogar continúa sin estar lo suficientemente reconocido.

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

La mayor parte de las personas que se dedican al trabajo del hogar, en su mayoría mujeres, se encuentran ancladas en la economía sumergida. De este modo, desprotegidas por la Ley, realizan jornadas de hasta 130 horas semanales ya que por lo general se quedan internas en los domicilios y reciben unos salarios precarios por su trabajo. Este es el retrato que Cáritas realiza de este colectivo que este martes celebra su día Internacional.

Para la técnica del área de Empleo de Cáritas en Canarias, Pino Cardero, la falta de contratación de estas trabajadoras se debe, en parte, al desconocimiento de que existe una ley que permite regularizar su situación, pero también a que muchas de las familias que precisan de su ayuda no pueden permitirse económicamente contratarlas. Explica que la mayoría de quienes solicitan a una empleada del hogar lo hace en régimen interno para que, a su vez, cuiden principalmente de ancianos, además de hacer la limpieza de la casa.

Cardero apunta que esta es una muestra de que las leyes de conciliación y dependencia no están funcionando correctamente. Muchas familias humildes tienen que contar con los servicios de estas empleadas para poder ir a trabajar y con la falta de ayudas no pueden afrontar los pagos y hacer un contrato. A su vez, las personas que forman parte de este colectivo aceptan los trabajos “por necesidad”, aunque preferirían tener su situación en regla.

La técnica de Cáritas indica que estas tienen que realizar diversas funciones y que además es un sector que no puede cotizar, por lo que cuando finaliza su trabajo, que suele ser temporal, se quedan desamparadas. “Se ven con una mano delante y otra detrás”, señala. Además, la Ley lo único que regula es la jornada, que no debe ser superior a 40 horas y que por este horario deben cobrar el salario mínimo 648 euros. La hora se está pagando a 5,10 euros, aunque sin contrato se está cobrando sobre los 8 euros (horas sueltas),pero por la jornada de 130 a 132 semanales el sueldo ronda tan sólo por los 800 euros.

Cáritas ha podido hacer estas aproximaciones gracias al grupo de trabajadoras del hogar y del cuidado doméstico que se acercan a pedir su ayuda. Desde esta institución se les ofrece asesoramiento, búsqueda de empleo, formación... También se hacen temas de sensibilizacion para que no acepten cualquier empleo y se valoren las condiciones. Sin embargo, insiste en que esto depende de la situación de cada una y que en su mayoría se dedican a ello sin ser “el trabajo de su vida”.

Perfil de las trabajadoras del hogar

El perfil de trabajadoras de esta área contabilizadas por Cáritas es especialemente de mujeres (aunque hay algún hombre, especialmente tras la crisis) en su mayoría son nacionales, ya que en 2015 fue más alto este porcentaje, aunque el número de extranjeras también es alto, destaca Cardero.

En cuanto al rango de edad, tienen entre 20 y 50 años y en casi todos los casos cuentan con cargas familiares y llevan mucho tiempo buscando empleo en otro sector, pero terminan encontrando en este y en economía sumergida.

Este miércoles el colectivo con el que trabaja Cáritas se ha concentrado en la calle Mayor de Triana, en la capital grancanaria, para visibilizar la situación precaria del sector. Piden la profesionalización de este trabajo y que se reactive la Ley de dependencia para que pueda contratarse más personal ya que se garantizaría a las personas y a las familias que el acceso a los cuidados y a estos servicios sean accesibles.

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