Tampoco fue cuestión baladí dentro del catálogo de desencuentros entre Soria y Pérez-Camacho la retirada de la subvención al Centro de la Cultura Popular Canaria (CCPC). Propietario de la emisora Radio San Borondón, especializada en sacar los colores a este Gobierno y a todos los indecentes que habitan en Canarias, el CCPC había visto cómo desaparecían una a una las ayudas públicas de las que se servía para su actividad cultural, particularmente la edición de libros. El Gobierno hizo volatilizar de un plumazo sus 60.000 euros, lo que provocó un movimiento ciudadano y político en su favor. La contestación dio lugar al compromiso de los tres partidos parlamentarios, cuyos portavoces comparecieron pública y conjuntamente en una rueda de prensa para anunciar que enmendarían los presupuestos para sostener la ayuda el centro que dirige César Rodríguez Placeres. Pero intervinieron las supremas fuerzas del mal, que apretaron las clavijas a Barragán y a Pérez Camacho para que no votaran a favor de la prometida enmienda. El popular al menos tuvo la decencia de ausentarse en el momento en el que se votaba.