Un médico manipula la historia clínica de su exmujer para diagnosticarle trastornos psicológicos
Acudió a un centro de salud un lunes de junio de 2015 aquejada de una dolencia. No solía hacer uso de la sanidad pública, pero en esta ocasión lo consideraba pertinente para que, si era necesario, le tramitasen una baja médica. Entonces, la doctora que la atendió comenzó a preguntarle por una serie de antecedentes que aparecían en su historia clínica: trastorno histriónico y trastorno esquizoide de personalidad, trastorno depresivo crónico y personalidad narcisista.
Lo ocurrido ese día ha derivado en una denuncia ante la Justicia por parte de la exmujer de un médico de la sanidad pública canaria -que además no resulta desconocido en las esferas políticas de Gran Canaria- al que acusa de un delito de falsedad documental que ha recaído en el Juzgado de Instrucción número 6 de la ciudad capitalina.
Según se desprende de dicha denuncia, a la que ha tenido acceso Canarias Ahora, el facultativo accedió repetidamente a su historial clínico en distintas fechas para introducir un “diagnóstico falso” toda vez que “nunca he pasado consulta con él”. La intención, precisa el texto, era perjudicarla en el conflictivo proceso de divorcio que mantenían en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 del municipio – que abordaba además la guardia y custodia de la hija que tienen en común - cuya sentencia ha recurrido la afectada.
En el historial perteneciente al Servicio Canario de Salud (SCS) queda reflejada cualquier actividad que un médico realice en el mismo, ya sea escribir un diagnóstico o hacer una simple visita para verificar el estado del paciente. Se trata de un informe oficial y telemático al que pueden acceder los distintos facultativos del SCS, que recoge la información necesaria para la correcta atención de los enfermos y que puede ser utilizado en los procesos legales.
El doctor en cuestión es Sergio Hernández, que se presentó cómo número tres en la lista de Compromiso por Gran Canaria al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, del que se quedó fuera al conseguir el partido dos escaños. En su presentación oficial, el partido hizo un recorrido sobre su vida laboral en la que destacó cargos como el de director Territorial de Salud entre 1993 y 1996; vocal de la Dirección General de Salud Pública, vocal de los Tribunales Calificadores de Pruebas selectivas de acceso a bomberos y Policía Local en el Consistorio de la capital grancanaria y médico colaborador del Primer Plan de Salud de Canarias.
Apenas tres meses después de que pasaran las elecciones se le dio de baja en Compromiso al dejar de pagar sus cuotas, recuerdan fuentes pertenecientes a la formación, que se presentó en los últimos comicios junto a Unidos por Gran Canaria. En la actualidad, ejerce como médico de familia en el Centro de Salud de Shamann.
Una de las pruebas de que la relación entre ellos era insostenible es la orden cautelar de alejamiento que pesaba sobre el médico y al que se prohibió en septiembre de 2014 comunicarse o acercarse a su exmujer a menos de 500 metros hasta que terminara el recorrido judicial del caso, del que finalmente resultó absuelto en marzo de 2015. Esa misma orden de alejamiento demuestra que ella no estuvo en la consulta de su exmarido y por lo tanto el diagnóstico se hizo sin valoración alguna.
Hernández ya había sido condenado por una falta de vejaciones hacia su exmujer con pena de alejamiento durante cuatro meses en febrero de 2014, mientras que la demanda de divorcio se presentó por parte de la afectada en abril de ese año.
Concretamente, el doctor incluyó el mencionado diagnóstico el 9 de octubre de 2014, según se desprende de la historia clínica de la exmujer de Hernández aportada a la causa penal a la que ha podido acceder este medio. La misma refleja, además, que desde esa fecha llegó a visionar su contenido casi una decena de veces hasta septiembre de 2015.
Si se echa un vistazo al informe clínico de la denunciante, se puede observar cómo Hernández le escribió diagnósticos que abarcan desde el “trastorno histriónico de personalidad” en 2006, cuando todavía se encontraban casados, hasta un trastorno depresivo crónico en 2009 y una depresión en 2012.
Aseguró que sabía “el padecer” que ella tenía
Aseguró que sabía “el padecer” que ella teníaHernández admitió ante el juez del Juzgado de Instrucción número 6 que investiga el caso que había accedido a la historia clínica de su exmujer, porque “le interesaba ver su estado de salud” ya que se trataba de la madre de su hija y no la veía desde hacía varios meses.
Según refleja en su declaración ante el magistrado, aseguró que “no era cierto que quería perjudicarla” a pesar del contencioso que mantenía abierto contra la denunciante por su divorcio. Asimismo, manifestó que un psiquiatra privado la veía en un “tiempo corto” y como él la conocía desde hacía más de diez años sabía “el padecer” que tenía, pese a no ser psicólogo. Sin embargo, no llego a afirmar que él introdujera el diagnóstico.
Preguntado al respecto, Hernández niega a este medio los hechos y asegura que pedirá las responsabilidades pertinentes cuando acabe el recorrido judicial del caso.“Yo no he falsificado absolutamente nada, eso es una auténtica barbaridad”, apostilla.
Asimismo, atribuye a su exmujer el estar “desequilibrada”, que “en el momento del divorcio el juez la puso en su sitio” y que en este momento “actúa con despecho”. Considera que “está intentando desprestigiarme a nivel personal utilizando todos lo medios que tiene a su alcance e intentando falsear relatos”. Motivo por el que no considera de recibo que “se me intente hacer un juicio paralelo”.
“Tengo la conciencia muy tranquila, sé cómo he actuado y esto no es cierto en ninguno de los casos. La gente actúa con despecho y las responsabilidades están ahí para después pedirlas”, insistió.
Traslado del historial a una perito
Traslado del historial a una peritoLos hechos toman relevancia cuando se tiene en cuenta la sentencia de divorcio emitida el pasado 26 de febrero por el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Las Palmas de Gran Canaria, que refleja que durante el proceso se requirieron diversos informes psicológicos de los progenitores de la menor que tienen en común.
Entre ellos se encuentran dos informes de parte de ella y uno emitido por una psicóloga forense, al que el juez dio especial relevancia, y a la que Hernández trasladó los supuestos antecedentes de su exmujer en la Unidad de Salud Mental (USM) con los diagnósticos que él mismo había escrito. Sin embargo, la información no llegó a ser constatada por la perito, ya que desde el SCS se informó que el mencionado historial psiquiátrico no existía en la USM, ni en el entorno hospitalario, ni en el ambulatorio.
La psicóloga forense hace referencia a la “inestabilidad emocional” de la madre, mientras que el psicólogo privado señala haberla medicado por episodios depresivos por la situación que atravesaba y rechaza que tenga “un perfil predominantemente depresivo”; y el perito externo solicitado durante el proceso de divorcio destaca en sus resultados la “ausencia de trastornos de personalidad”. Ninguno señala en ella una personalidad “esquizoide”.
Durante el proceso de divorcio, el antiguo matrimonio se ha llegado a interponer más de una decena de denuncias en los Juzgados, por las que ella ha tenido que acreditar que no es alcohólica ni drogadicta y que no le injurió ante sus conocidos afirmando que Hernández tenía “chanchullos con las farmacéuticas”.
Sin embargo, ésta ha sido recientemente condenada a una pena de seis meses de prisión por el Juzgado de lo Penal número 3 de la capital grancanaria, como autora de un delito de falsedad en documento público, por una querella presentada por Hernández, quien la denunció por haber imitado su firma en un escrito en el que aparecía como avalista para la compra de un establecimiento de restauración. Sentencia que tiene previsto recurrir.
Entre otras pruebas que ha pedido la Fiscalía, se encuentra el que se deduzca testimonio de la causa de divorcio.