El suplemento de viajes de Canarias Ahora te invita a visitar el mundo de otra manera. Aquí encontrarás datos útiles, ideas y, sobre todo, muchas experiencias de viajeros como tú.
Gambia: África para principiantes
¡Gambia, no pasa nada! La frase se repite a cada rato. En la sala de llegadas del aeropuerto, en el taxi, en los mercados, en las playas, a la entrada de los grandes parques nacionales. Gambia, no pasa nada es mucho más que un slogan turístico; es toda una declaración de intenciones. Gambia es la mejor manera de adentrarse en esa enorme vorágine de sensaciones que es África para los que aún tienen algún tipo de reparo o, incluso, miedo en viajar por estas tierras. El destino ofrece todas las sensaciones del continente pero, a la par, presume de altos índices de seguridad, una muy buena oferta hotelera y un tamaño que permite una exploración a fondo de todo el país en pocos días.
El país es pequeño. Apenas una franja de 320 kilómetros de largo y unos 30 de ancho a los dos flancos del Río Gambia. Una franja estrecha y larga encajada en Senegal; un trozo del África anglófona en medio de la francofonía; una mancha verde en medio de las sabanas senegalesa; un trozo del Caribe en la orilla opuesta. Un país estrecho con mucho que ofrecer. Viajar AhoraViajar Ahora te muestra una semblanza de este destino espectacular para disfrutarlo en un par de días. Con una semana basta. La mejor época es la temporada seca, que abarca el periodo comprendido entre noviembre y mayo.
1.- Un paseo por Banjul.- Pese a no ser, ni de lejos, la principal ciudad del país Banjul luce el estatus de capital de Gambia. Situada en la orilla sur de la desembocadura del Río Gambia, la ciudad luce el aspecto de las viejas poblaciones coloniales. El sustrato portugués se deja ver en un urbanismo de casas de una o dos plantas con balcones de hierro forjado. A pocos kilómetros de Serrekunda, la población más grande del país y centro dónde se localizan los principales hoteles y resorts turísticos, Banjul es apenas un pueblito rodeado de manglares.
El principal atractivo cultural del lugar es el Museo Nacional (Dirección: Independence Dr; Tel: (+220) 422 62 44; Horario: L-J: 9.00 – 18.00 V-S 9.00 – 17.00) que cuenta con una buena colección de objetos arqueológicos y etnográficos que sirven para adentrarnos en la cultura del país. También tiene una pequeña galería de arte local. Otros edificios notables son la Mezquita del Rey Fahad (Box Bar Road) y la Catedral de Santa María (C West Davidson Carrol). Pero lo que, de verdad, atrapa de Banjul es su ambiente. La mejor manera de sumergirse en él es en el Albert Market (Liberation Avenue), un bullicioso mercado callejero situado junto a la orilla del río dónde se puede comprar prácticamente de todo. Para los amantes de la artesanía quedan las tallas de madera y los espectaculares y coloridos tejidos locales. A pocos kilómetros de la capital (muy cerca del Aeropuerto) se encuentra la pequeña localidad de Sameh que exhibe una sorprendente muestra de arte urbano del pintor callejero belga Roa, mundialmente famoso por sus espectaculares grafitis de animales. El paseo merece la pena porque los murales son increíbles.
2.- La ruta de la esclavitud.- El Río Gambia es el corazón del país y principal arteria de comunicación de la costa con el interior. Los más de 320 kilómetros de cauce que median entre la desembocadura en el Atlántico y la frontera oeste con Senegal, permiten la navegación, una cuestión clave para entender la historia del país desde la llegada de los primeros europeos a principios del siglo XV. La franja que se encuentra a ambos lados del río fue, desde tiempos inmemoriales, territorio de la etnia mandinga. Este pueblo se caracterizó siempre por su enorme fortaleza física, un extremo que despertó el interés del tráfico esclavista europeo. Según cálculos actuales, unas tres millones de personas fueron capturadas en estas tierras y trasladadas a América como esclavos. La Isla de Saint James (Acceso en ferry desde Banjul) era el lugar donde los tratantes de seres humanos aprisionaban y clasificaban a los esclavos antes de embarcarlos hacia las plantaciones americanas. De aquella época quedan el antiguo fuerte, construido por los ingleses en el siglo XVII, y los barracones que servían como prisión.
Ya en la orilla norte del río (a unos 30 kilómetros de la desembocadura) se encuentra el puerto de Albreda, que cuenta con los restos de una antigua ermita portuguesa del siglo XV, y, tierra adentro, la aldea de Jufureh. Esta pequeña población de apenas un par de casas se hizo famosa en los años 70 al ser el escenario del inicio de la novela Raíces, de Alex Haley. Jufureh presume de ser la cuna del celebérrimo Kunta Kinte, personaje histórico y ascendiente del propio escritor que fue secuestrado y vendido a mediados del siglo XVIII. En la ciudad hay un pequeño y modesto museo dedicado a la esclavitud que bien merece una visita.
3.- Explorar la costa norte.- La ruidosa ciudad de Barra ocupa la orilla norte de la desembocadura del Río Gambia. La única forma de llegar es en barco desde la vecina Banjul. Desde la Terminal de Ferrys de la capital, hay numerosas frecuencias. La travesía apenas dura una hora aunque hay que ser paciente con los horarios y la comodidad del ferry. Bajo ningún concepto se aconseja subirse a embarcaciones no autorizadas. Pese a que la distancia entre las dos ciudades apenas supera los 10 kilómetros, la travesía suele atravesar zonas de oleaje considerable y los accidentes de los pequeños cayucos que cruzan de un lado a otro del río son frecuentes. Además, una travesía en el Ferry de Barra es toda una experiencia. Siempre hay que cruzar el río en barcos autorizados.
Barra no tiene, en sí, mucho que ver, pero es la puerta de entrada al Parque Nacional Niumi. Con poco más de 49 kilómetros cuadrados, el parque ocupa la práctica totalidad de la costa norte del país desde la desembocadura del río a la frontera con Senegal. Los máximos atractivos de este espacio natural único son sus espectaculares manglares (los mejor conservados de África al norte de la línea del Ecuador) y las mejores playas del país. Aquí, la imagen de Caribe africano se justifica totalmente. La costa ofrece kilómetros de arenas blancas adornadas con cocoteros y aguas de color turquesa. Más allá de los campos de dunas se extiende un bosque tupido de mangles en el que pueden ver cocodrilos, leopardos, tortugas o manatíes entre otras muchas especies. Hay algunas posibilidades de alojamiento en pleno parque nacional. Una buena opción es el Kayrabeach Resort. Otra posibilidad es el Jinack Lodge un proyecto de desarrollo operado por comunidades locales.
4.- Los parques nacionales y playas de la costa sur.- La Coastal Road recorre el tramo de costa que media entre Serrekunda y la frontera sur senegalesa. Poco más de 45 kilómetros que comunican la ciudad más poblada del país (en realidad barrio residencial de la pequeña Banjul) y el paso fronterizo de Kartong. Entre medias, playas espectaculares, pueblos pesqueros y más parques nacionales. Una buena manera de arrancar esta excursión es visitar la Laguna de cocodrilos de Kachikally (Acceso por Old Cape Road; Tel: (+220) 778 24 79); lo que un día fue un espacio sagrado vinculado con ritos de fertilidad hoy es una atracción turística en la que puede verse un centenar de cocodrilos del Nilo. La laguna se encuentra muy cerca del animado Mercado de Bakau y a tiro de piedra de los hoteles de Cape Point, Bakau y Atlantic Boulevard. Poco antes de abandonar Serrekunda nos topamos con el Parque Nacional de Bijilo, famoso por su población de monos que se acercan sin ningún tipo de complejos al visitante. A pocos kilómetros se encuentra la Reserva Natural de Tanji, un enorme humedal que es un paraíso para el amante de las aves donde residen de forma permanente más de 260 especies.
Las imágenes de playas kilométricas se repite a lo largo de la Coastal Road. Uno de los atractivos más interesantes del país es el pueblo de Tanji y su espectacular mercado de pescado. Cientos de cayucos pintados de colores chillones (embarcaciones tradicionales de pesca) se agolpan en la arena y los pescadores se mezclan con los vendedores de pescado, los clientes, las gaviotas que buscan algún botín y los curiosos. La mejor hora para disfrutar de este espectáculo es al caer la tarde, cuando se produce el desembarco de las capturas del día. Hay otros pequeños centros pesqueros en la costa sur, pero ninguno con la vitalidad y la algarabía de Tanji. Para los que buesquen algo más traquilo quedan pueblecitos de pescadores como Gunjur o Bator. La franja de terreno que media entre How ba y la frontera senegalesa alterna playas y pequeñas poblaciones en las que los grandes complejos hoteleros aún no han ocupado los mejores emplazamiento de las playas.
5.- Río arriba.- El Río Gambia es la principal vía de comunicación del país y la mejor manera de adentrarse en el interior de la pequeña república africana es a través de sus aguas. A lo largo de las riveras se reparten varios parques nacionales, pequeñas ciudades coloniales, poblados históricos vinculados a las tribus que habitaron el país y hasta monumentos megalíticos. Río arriba la Gambia de los grandes hoteles costeros da paso a un paisaje en el que se alternan las enormes reservas forestales y los paisajes rurales. La primera parada de este paseo hacia el corazón del país es el pequeño pueblo de Tendaba, puerta de entrada del Kiang West National Park, el más grande del país. Este espacio natural alterna hábitats marcados por el río y amplias zonas de sabana en el interior.
La ciudad de Kuntaur, en el cauce medio del río, también es una buena base de operaciones para conocer el interior del país y el cercano Parque Nacional del Río Gambia donde pueden verse, entre otros animales, a gran cantidad de hipopótamos y cocodrilos. En este parque, que se asienta sobre cinco islas fluviales, se desarrolla, en la actualidad, un interesante proyecto de recuperación del hábitat del chimpancé. Muy cerca de esta pequeña ciudad se encuentran los Círculos de Piedra de Wassu, uno de los yacimientos megalíticos más importantes del norte de África que, además, están en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Esta estructura de piedra forma parte de un conjunto de 93 sitios arqueológicos que comparten Gambia y Senegal y que fueron construidos entre los siglos III antes de Cristo y XVI de nuestra era. Río arriba, emplazada en una de las numerosas islas del cauce del Gambia, queda la pequeña ciudad de Janjangbureh, una de las más antiguas del país y magnífica muestra del mestizaje entre europeos y las etnias locales.