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Guía práctica de Santa Cruz de La Palma
La ciudad de Santa Cruz de La Palma presume con orgullo de contar con un centro histórico que no deja indiferente al viajero. Según los expertos, esta espectacular colección de monumentos es el mejor ejemplo de conjunto renacentista de las Islas Canarias y un libro que nos cuenta de manera excepcional, las transformaciones que los diversos estilos artísticos y arquitectónicos sufrieron al encontrarse con la realidad canaria allá por el siglo XV. Iglesias, antiguos palacios, fortificaciones y el propio trazado urbano nos hablan de un pasado rico y fecundo vinculado a la tradición comercial e ilustrada del que fue uno de los puertos más importantes del imperio español.
Este carácter monumental se pone de manifiesto en lugares como la Plaza de España, donde reinan edificios soberbios como el Ayuntamiento y la Iglesia Matriz de El Salvador (Plaza de España, 3; Horario: L-D 9.30 – 13.30 y 16.00 – 1830). El templo (siglo XV) es un compendio de estilos arquitectónicos que van desde el gótico que se apunta en algunos arcos del interior al Neoclásico de sus retablos. Pero si por algo se caracteriza esta iglesia de tres naves y planta basilical es por su excepcional portada renacentista de La Epístola y por su sobresaliente artesonado mudéjar, uno de los más espectaculares de España.
Otras particularidades del templo son su retablo neoclásico del altar mayor y el tabernáculo. La particularidad de este retablo, que casa con el ambiente liberal que reinaba en la ciudad en el siglo XIX, es la presencia de símbolos masónicos que convierten al altar mayor de la parroquia en una alegoría del Templo de Salomón de Jerusalén. Triángulos con el ‘ojo de Dios’ o representaciones de la luna y el sol son otras muestras de la utilización de simbología masónica en el principal templo de la isla de La Palma.
Sin abandonar la Plaza de España, el viajero debe atender a otros dos hitos patrimoniales de importancia. El primero es la fuente renacentista y la antigua casona nobiliaria de esta estirpe de patricios locales. La Casa Monteverde (Plaza de España, 1) se edificó en el siglo XVI, pero su antigua fachada gótica fue sustituida a principios del siglo XX por uno de los primeros y mejores ejemplos de arte regional canario, un estilo propio del cambio de centuria que rescataba los elementos más sobresalientes de la arquitectura popular.
La Calle O’Daly
La ciudad pronto creció hacia el sur para conectar el pujante centro urbano con su puerto. El primer eje de expansión fue la calle Real, llamada hoy O’Daly en recuerdo de un comerciante que lideró la revuelta liberal de 1771. Uno de los referentes de la calle es la Casa Salazar (Calle O' Daly, 22; Horario: L-V 10.00 – 13.00 y 17.00 – 20.00 S 10.00 – 13.00), residencia barroca del XVII y que es uno de los pocos edificios civiles del Archipiélago con la fachada construida por entero en piedra. De su interior hay que resaltar sus magníficos artesonados mudéjares y el patio. Aún puede verse la distribución original de la casona, con las dos primeras plantas destinadas a las dependencias de la familia y la zona trasera destinada al servicio.
Otro edificio interesante es la Casa del Diputado del Común (C/ O ‘Daly, 28), una casona de estilo modernista regionalista que es sede de una de las instituciones de la Comunidad Autónoma de Canarias. Muy cerca se encuentra la Casa García Carballo (C/ O’Daly, 29), todo un ejemplo de la tradición liberal de la capital palmera. Esta vivienda, que perteneció al regidor del Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma, José García Carballo, se construyó a principios del siglo XIX y supuso una ruptura con la tradición arquitectónica. De conformidad con sus convicciones liberales, el propietario escogió el estilo neoclásico. Merece la pena adentrarse en el patio y ver sus galerías acristaladas. La Calle O’Daly cuenta con otras construcciones de gran calidad que refuerzan su carácter monumental. Como la Casa Arce Rojas (C/ O´Daly, 42), del siglo XVI, con su fachada de cantería roja de reminiscencias góticas y detalles renacentistas.
La fachada Atlántica de la ciudad
La historia de Santa Cruz de La Palma está íntimamente vinculada al mar. Un paseo por la Avenida Marítima sirve para conocer la contradictoria relación de la ciudad con el Atlántico; un océano que permitió a los palmeros comerciar con medio mundo y cimentar su liderazgo comercial y cultural en Canarias y que, también, facilitó la llegada de piratas como el tristemente famoso ‘Pie de Palo’ que saqueó el lugar en 1553.
El Museo Naval Barco de la Virgen (Av. De Las Nieves sn; Tel: (+34) 922 426 550; Horario: L-J 9.30-14.00 16.00-19.00 V 9.30-14.00) es una buena manera de empezar a rastrear la historia marítima de la isla y la capital palmera. El barco alberga un interesante museo que cuenta con mapas y cartas náuticas; maquetas de navíos que salieron de los astilleros palmeros y restos de naufragios. Caminando hacia el Puerto nos encontramos con el Castillo de Santa Catalina, construido en la segunda mitad del siglo XVI (las obras se iniciaron en 1554) y que formaba parte del cinturón defensivo que protegía a la ciudad de ataques desde el mar. Su morfología responde a las fortificaciones artilladas del Imperio Español con planta cuadrada y baluartes en las esquinas con forma de diamante.
Una fotografía recurrente de la capital palmera es la de sus casas multicolores adornadas con vistosos balcones de madera. Aunque ahora son parte de la cara marítima, estos balcones se construyeron en las fachadas traseras de las casas que abrían sus partes ‘nobles’ a la actual calle Pérez de Brito. Los vistosos miradores se construyeron para otear el mar. Los almacenes abiertos en la planta baja comunicaban directamente con la playa donde se descargaban y cargaban las mercancías y se celebraban los acuerdos comerciales.
Cerca del puerto se encuentra el Cabildo Insular de La Palma (Av. Marítima, 3; Tel: (+34) 922 423 100), sede del órgano de gobierno de la isla. Muy cerca se encuentra la coqueta Plaza de la Constitución, donde se encuentra el punto de información turística. Desde aquí, y escalando la calle Virgen de la Luz, se encuentra la Ermita de Nuestra Señora de la Luz (siglo XVI). Destaca el artesonado mudéjar de su interior y su sencilla pero bonita portada.
El Puerto de Santa Cruz de La Palma fue, hasta hace pocas décadas, la principal puerta de entrada a la isla. En la actualidad, el papel de nudo de comunicaciones vital para La Palma ha quedado reducido gracias al Aeropuerto de Mazo, pero aún es posible enlazar con Gran Canaria y Tenerife desde la capital palmera que, además, se ha convertido en una animada escala de los circuitos de cruceros. Aún así, sigue siendo vital para el aprovisionamiento y la exportación de la producción agrícola de la isla. Esta instalación portuaria también cuenta con un pequeño puerto deportivo con 20 amarres.
La Ciudad Norte
La Avenida del Puente actúa como frontera entre el núcleo primigenio de la ciudad y su primera zona de expansión. En esta parte de la capital, ocupada desde los primeros siglos de historia de la urbe por las clases más modestas, los artesanos y comerciantes, hay una buena nómina de hitos patrimoniales. La prolongación de la calle O´Daly, que toma el nombre de Anselmo Pérez de Brito. Siguendo esta vía el viajero llegará en pocos minutos a la recoleta Placeta de Borrero, con sus animadas terrazas y artistas callejeros. Muy cerca de esta plaza, en la Calle de San José, se encuentra la Ermita de San José, antiguo templo del gremio de albañiles, canteros y carpinteros. De la primitiva fábrica (siglo XVI) poco queda y ahora es la capilla mayor de una iglesia más grande que sufrió continuas ampliaciones y mejoras. Impresionantes los artesonados mudéjares.
La calle se San José desemboca en la Plaza de San Francisco, lugar donde se levanta uno de los edificios más interesantes de la capital palmera. El convento de la Inmaculada Concepción, actual sede del Museo Insular de La Palma (Dirección: Plaza de San Francisco, 3; Tel: (+34) 922 423 100; Horario: L-S: 10.00-20.00 D 10.00-14.00; E-mail: biblioteca.perezvidal@cablapalma.es). Su fundación data de inicios del XVI, pero las obras culminaron en el XVII dejando claras señas de identidad barroca en el cenobio y en la Iglesia de San Francisco adyacente al convento. El edificio se articula en torno a un soberbio claustro donde la madera suplió la falta de piedra labrada. El paseo por esta zona de la ciudad puede concluir en la recoleta Plaza de La Alameda, presidida por la escultura alegórica de los Enanos de la Palma, uno de los elementos fundamentales de las fiestas lustrales que, cada cinco años, celebra la ciudad con motivo de la bajada de la imagen de Nuestra Señora de las Nieves desde su santuario a la capital.
Más allá del Barranco de Las Nieves se encuentra la Iglesia de la Encarnación (Cuesta la Encarnación, sn; Tel: (+34) 922 412 172), que cuenta con buenos ejemplos de techumbres mudéjares y elementos góticos. La ermita (segundo edificio más antiguo de La Palma tras El Salvador) cuenta con el conjunto escultórico de ‘La anunciación’ un magnífico ejemplo de escultura flamenca del siglo XVI y con un curioso órgano procesional (portátil) del XVII. Muy cerca de esta sencilla iglesia se encuentra el Castillo de la Virgen. Esta atalaya desde la que se domina gran parte de la ciudad y la bahía, no tuvo nunca función defensiva. Se trata de un escenario que sirve, junto al Barco de La Virgen, para poner en escena uno de los actos más importantes de las fiestas de la ciudad.
La ciudad Alta
Las pequeñas dimensiones de la ciudad permiten callejear sin rumbo fijo dejando la visita en manos del azar. Más allá de las calles próximas a la costa, existe toda una red de callejuelas, escaleras y veredillas que escalan hacia la ciudad alta. Desde la calle O’Daly, hay varias opciones para subir a la Calle de Nuestra Señora de la Luz. Una buena forma de acceder a esta zona es a través de la Calle El Apurón. La iglesia del antiguo Convento de Santo Domingo (Plaza de Santo Domingo, 3; Horario de misas L-D 17.00) es otra de las joyas arquitectónicas de la ciudad. Del edificio destacan su portada renacentista y los magníficos artesonados mudéjares.
Pero la fama de esta iglesia está ligada a uno de los grandes maestros de la pintura flamenca, Ambrosio Francken, autor de ‘La Santa Cena’, considerada como la mejor pintura de este estilo artístico que se puede admirar en Canarias. El templo también presume de cuatro obras de Pieter Pourbous (‘San Miguel’, ‘Genealogía de Jesús’, ‘San Juan Bautista’ y ‘Santos Dominicos’) y de un soberbio retablo barroco. Más moderna es la talla del ‘Nazareno’ del tinerfeño Fernando Estévez, el alumno más aventajado del tallista grancanario José Luján Pérez, uno de los grandes escultores religiosos del XIX español.
Muy cerca de la Plaza de Santo Domingo se encuentra el Teatro Municipal Circo de Marte (C/Virgen de la Luz, 8; Tel: (+34) 922 420 007; E-mail: circodemarte@santacruzdelapalma.es), una antigua gallera (recinto destinado a las peleas de gallos) construida en 1871 que hoy es uno de los dos teatros con los que cuenta la ciudad. Se transformó en escenario en la década de los 20 del pasado siglo siguiendo el típico esquema de herradura de los teatros italianos. Sus pequeñas dimensiones dotan al recinto de un gran encanto.
A través de la calle Virgen de la Luz se puede acceder a la calle San Sebastián donde se encuentra la plaza y ermita del mismo nombre. La Ermita de San Sebastián se construyó en el primer tercio del siglo XVI siendo uno de los inmuebles más antiguos de la ciudad. Del edificio, de una sola nave, cabe destacar su artesonado mudéjar y los murales de finales del siglo XIX pintados por el madrileño Ubaldo Bordanova. Muy cerca se encuentra el edificio de la Sociedad Cosmológica (C/Van de Valle, 2), uno de los mejores ejemplos de la preocupación de las élites ilustradas locales por la ciencia y la cultura. El edificio, un soberbio ejemplo de arquitectura tradicional canaria, es sede, desde 1881, de una sociedad cultural muy activa.
Callejeando hacia el norte, el viajero disfrutará de la arquitectura popular canaria. El paseo puede finalizar en la Avenida del Puente. En la parte baja de esta vía se encuentra el antiguo Hospital de Dolores. Reconstruido en 1884 (tras un incendio) alberga el bullicioso Mercado de Abastos (Avda. El Puente, 16; Tel: (+34) 922 426 500; Horario: L-V: 7:00 a 14.00 S: 7.00 a 15.00) conocido popularmente como La Recova. Finalizamos el recorrido en el coqueto Teatro Chico (C/Díaz Pimienta, 1; Tel: (+34) 922 420 572; E-mail: cultura@santacruzdelapalma.es), un coliseo a la italiana de muy reducidas dimensiones construido gracias a un grupo de palmeros acomodados preocupados por la inexistencia de un escenario en la isla. De su pequeño tamaño, lo que acentúa su encanto, da fe su platea que cuenta con sólo 64 butacas. El teatro está adornado con interesantes pinturas murales obras del pintor Ubaldo Bordanova.
Los famosos puros palmeros
El trabajo del tabaco es una de las señas de identidad de la isla de La Palma que puede presumir de elaborar uno de los mejores puros del mundo. Una buena opción para observar cómo se hacen los puros palmeros y comprar género de primera calidad es visitar el Estanco Vargas (Av. Marítima, 54; Tel: (+34) 922 412 182; E- Mail: estancovargas@vianwe.net), que lleva dedicado al negocio del tabaco desde 1925.