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Un paseo por el norte de Fuerteventura: mucho más que playas
Las Dunas de Corralejo forman uno de los parques naturales más sorprendentes de Fuerteventura. Próximo a uno de los centros vacacionales más importantes de la Isla, esta franja de algo más de ocho kilómetros de longitud y tres de ancho es un oasis de naturaleza. Su valor medioambiental más importante son los campos de dunas móviles y fósiles de origen orgánico (formadas por los restos óseos y conchas de millones de animales marinos) que cubren gran parte del espacio natural. Este paisaje de reminiscencias saharianas se interrumpe bruscamente al sur por las piedras rojizas del malpaís de Montaña Roja, uno de los escasos ejemplos de vulcanismo reciente en Fuerteventura.
Otro de los atractivos de esta franja litoral es la presencia de playas para todos los gustos. En el interior del Parque Natural, en las zonas cercanas al volcán de Montaña Roja, las coladas volcánicas que avanzan hacia el mar han creado un paisaje casi irreal de cabos agrestes de rocas afiladas e inhóspitas que encierran pequeñas calas de arenas blancas. Más al norte, según nos acercamos a Corralejo, las grandes playas y los extensos campos de dunas se convierten en las protagonistas absolutas del paisaje. El visitante se encuentra con playas kilométricas con vistas impresionantes sobre el vecino islote de Lobos y la costa sur de Lanzarote.
Un paseo por Corralejo
Muchas cosas han cambiado en esta antigua aldea de pescadores. Hace apenas tres décadas, Corralejo era un pequeño pueblo de casas bajas y blancas que empezaba a despuntar como centro turístico con la construcción de pequeños hoteles familiares. El mayor atractivo de esta población aferrada a la costa son sus magníficas playas. El lugar cuenta con algunas de las mejores de Canarias y una tradición marinera que combina su pasado como enclave pesquero y un presente marcado por el nuevo puerto que sirve de conexión con Lanzarote. Del antiguo pueblo apenas queda un antiguo molino (Plaza de la molina) que atestigua el pasado agrícola de la zona. La Molina de Juan Morera se construyó en la década de los 40 del siglo XX y estuvo en activo hasta 1953. Menos suerte corrió la vieja ermita de Nuestra Señora del Carmen que fue sustituida por una construcción de diseño ultra contemporáneo en la década de los 80 (Calle de La Iglesia).
De interés también es el paseo marítimo que serpentea entre pequeñas calas y las escasas edificaciones anteriores al boom turístico que aún quedan en pie. En esta avenida peatonal se encuentran algunos de los mejores restaurantes de pescado fresco de la isla. Muy recomendables son el ‘Avenida’ (C/ General Prim, 11), ‘La Cabaña Asturiana’ (Avda Marítima, 3) o la ‘Cofradía de pescadores’ (C/ Muelle Chico, 5). La población actual pivota en torno al nuevo puerto, mientras que hacia las playas, que se extienden al sur de la población, crecen las urbanizaciones turísticas, las aglomeraciones, los pubs y los centros comerciales. En el puerto se encuentran algunas empresas especializadas en deportes náuticos y los embarcaderos desde donde parten los barcos que hacen excursiones diarias a la Isla de Lobos. Otro de los atractivos de Corralejo es que atesora un buen puñado de opciones para disfrutar del ocio nocturno. Para los que no gusten de los ambientes ruidosos de los pubs para ingleses que proliferan en el Centro Comercial Atlántico, existe una buena oferta de locales en el centro residencial de entre los que destaca el ‘Mafasca’, uno de los pocos locales de Fuerteventura que ofrece música en directo. Muy cerca se encuentran otros centros de copas como el ‘Blue Rock’, el ‘Rock Island’ o el ‘Crack’.
Una bajada a los abismos
La Cueva del Llano (Dirección: C/ El Llano sn; Acceso desde carretera Corralejo-La Oliva (FV-101); Tel: (+34) 928 175 928 Horario: M-S 10.00 - 18.00) es uno de los muchos tubos volcánicos que existen en Canarias. El largo conducto subterráneo se asocia al vecino volcán de Montaña Escanfraga que es responsable, también, de uno de los paisajes volcánicos más bellos de la isla, el Monumento Natural del Malpaís de La Arena (carretera El Cotillo – La Oliva FV-10). Esta abertura de poco más de 630 metros de longitud ha recibido, a lo largo de los siglos, varios aportes de material geológico que son toda una enciclopedia abierta de la historia natural y climática de Fuerteventura. A través de visitas guiadas, el visitante se adentra en el interior de la tierra para conocer de primera mano los fenómenos geológicos que han formado y transformado la isla y los restos de algunos animales hoy extintos. Muy cerca de la Cueva del Llano se encuentra el pequeño barrio de Villa Verde donde nos encontraremos una iglesia del siglo XVIII (San Vicente Ferrer) y la Finca Museo La Rosita, dedicada a las tradiciones agrícolas de la isla (Carretera FV-101 Tel: (+34) 928 175 325). Muy cerca se encuentran alguno de los molinos mejor conservados de Canarias.
La carretera que une las localidades de Corralejo y El Cotillo presenta algunas sorpresas como los llanos quemados del pequeño pueblo de Lajares o el acceso al pueblecito pesquero de Playa de Majanicho. Algunos molinos adornan un paisaje que ofrece las típicas estampas del campo majorero. En Lajares, los principales hitos turísticos son la dieciochesca Iglesia de San Antonio de Padua y el centro de artesanía dedicado a los calados tradicionales (C/ Coronel González Hierro, 14).
Para los amantes de las aves, es imprescindible la visita al Jable de Lajares, una estepa semidesértica donde se concentra una de las mayores poblaciones de Hubara Canaria (Chlamydotis undulata). Este ave es un endemismo canario que ha encontrado su último refugio en las islas de Fuerteventura y Lanzarote (ha desaparecido recientemente de Gran Canaria). Se trata de una especie de mediano tamaño y tonos terrosos que habita en llanías con escasa vegetación donde se alimenta de semillas, frutos, insectos y pequeños reptiles. Hay que tener mucho cuidado cuando se camina por zonas de hábitat de esta especie en peligro (se estima que quedan unas 100 parejas en toda Canarias), ya que nidifican en el suelo aprovechando pequeñas depresiones en el suelo (las puestas son, por lo general, de dos huevos).
Tradición pesquera en El Cotillo
En el extremo noroccidental de la isla se encuentra el pueblo pesquero de El Cotillo, un enclave que aún vive de la pesca y que, por el momento, sigue a salvo del turismo de masas. La localidad se arremolina en torno al viejo puerto, que, hace poco, ha sido sustituido por un nuevo abrigo que protege la numerosa flota de barquillas y pequeñas embarcaciones que cada día salen a la mar para nutrir una de las mejores ofertas de restauración de la isla. En este sentido cabe destacar el Restaurante La Marisma (C/ María Hierro, 56 Tel. (+34) 928 538 543), un mito del pescado fresco de Canarias que ahora llevan los nietos de Mariquilla Hierro, cocinera que firmó los mejores caldos de pescado y sancochos canarios de todo el Archipiélago. Callejas estrechas de recorrido sinuoso y pequeñas casas encaladas de blanco impoluto son las principales señas de identidad de la pequeña población.
Uno de los hitos patrimoniales de esta parte de la isla es la Torre del Tostón (Horario: L D 9.00-16.00), pequeño torreón defensivo construido en 1741 para defender la costa de los frecuentes desembarcos de piratas de las más variadas nacionalidades. Muy cerca de esta torre troncocónica se levantan varios hornos de cal que sirven de testigos de la importancia que tuvo esta industria en la isla hasta hace poco tiempo y la pequeña Ermita de Nuestra Señora del Buen Viaje (siglo XVII) que, pese a su apariencia sencilla, guarda un impresionante artesonado mudéjar.
Otra visita recomendable de la zona es el Faro del Tostón, que alberga el Museo de la Pesca Tradicional (Acceso: carretera de los Lagos hasta Punta del Tostón; Tel: (+34) 639 438 319; Horario: M S 10.00 – 18.00; e-mail: emuseos@gmail.com). A través de paneles, piezas originales y cuidadas reproducciones, el viajero curioso podrá descubrir la implantación de la explotación de los recursos marinos en la sociedad majorera, un viaje que demuestra el alto valor antropológico y cultural de esta actividad económica en la isla. Otra de las atracciones de El Cotillo son sus playas. Al sur se extienden, al pie de los acantilados, joyas de arenas blancas como las playas del Castillo o del Aljibe. Hacia el norte, camino del Faro del Tostón, se encuentran las espectaculares playas de Los Lagos, una sucesión de calas de aguas tranquilas y arenas claras que se suceden a lo largo del camino que, bordeando la costa norte de la isla, llega hasta Corralejo. Estas playas son ideales para disfrutar de una jornada tranquila con niños.