El recuerdo que deja Culio
El jugador argentino Juan Emmanuel Culio ha puesto fin al contrato que le ligaba hasta el próximo 30 de junio con la Unión Deportiva Las Palmas.
El centrocampista jugó su último partido ante el Valencia en la vuelta de la Copa del Rey, a las puertas de llegar a semifinales, y dice adiós a Gran Canaria tras un año y medio en la isla.
Su paso pro la Primera División ha dejado más sombras que luces ya que no entraba en las piezas del puzzle de Setién como sí lo había hecho en Segunda durante la temporada 2014/2015 con Paco Herrera.
El jugador llega a los 32 años con ganas de continuar su carrera futbolística en el Zaragoza (equipo al que dedicó unas declaraciones polémicas tras el ascenso y que ha repercutido en las redes sociales), con nuevos retos y haciendo gala de esa actitud característica de luchador.
Su carrera comenzó en Mercedes (Argentina), donde nació y el Flandria fue el primer clubes que le vieron crecer. Pronto otros, históricos del fútbol argentino se fijaron en el centrocampista y pasó a formar parte de las filas del Independiente de Avellaneda y Racing.
No pisaría Gran Canaria hasta 2014, tras su periplo en el fútbol europeo, pues militó en el Galatasaray (Turquía), CFR Cluj (Rumanía, primer conjunto del viejo continente donde recayó) y Deportivo de La Coruña (España), desde donde fue traspasado al equipo Al Wasl, de Emiratos Árabes, último peldaño antes de llegar a la UD Las Palmas.
Durante la pasada temporada fue un futbolista decisivo que disputó con Paco Herrera como técnico un total de 31 partidos ligueros, todos ellos como titular.
En la memoria de la afición amarilla está el gol que evitó ante el Zaragoza el día del ascenso. El encuentro iba cero a cero con la ventaja del equipo maño en la ida (3-1) y tras el corner, el argentino bajo balos y pegado al poste cabecea y evita el que pudo ser el gol que condenase otro año más a los amarillo a Segunda.
Pero este año no ha corrido tanta suerte. Con el esquema de Paco Herrera seguía teniendo cierto protagonismo, jugando de titular cinco de los ocho partidos que el anterior técnico disputó al frente del equipo.
Pero con Quique Setién la cosa cambió. El cántabro llegó con un “estilo innegociable” buscando mantener la posesión de balón y para ello necesita a los que mejor lo traten. Culio, siendo un centrocampista con llegada y luchador, pero con escasas hablidades técnicas, fue una pieza de recambio para el entrenador amarillo.
Se vio reubicado como mediocentro defensivo ante las lacras de la lesiones, un puesto donde ni mucho menos se sintió cómodo y cometía errores con frecuencia, juzgado por el público ya de manera definitiva contra el Valencia.
En total, esta temporada ha disputado doce partidos ligueros, la mitad de ellos como titular, con un total de 559 minutos. Ha recibido dos tarjetas amarillas, una roja (en el 4-0 contra el Getafe), y ha dado un pase de gol.
En la Copa del Rey jugó seis encuentros, y vio tres tarjetas amarillas.
Culio se despidió entre lágrimas en la emisora UD Radio, y también lo hizo de sus compañeros y de su cuerpo técnico. Una estancia fugaz pero intensa en la que formó parte de un equipo que ya forma parte de la historia amarilla: el once que consiguió el ascenso a Primera 13 años después.