Los leones se comen a una penosa UD Las Palmas
El Athletic de Bilbao ha vencido por 5 a 1 a la UD Las Palmas con un juego dominante, presionando arriba buscando el fallo común de los amarillos y buscando la verticalidad.
Las Palmas, en la línea de los partidos que juega fuera de casa, hace tiempo que no encuentra su juego asociativo ni solidez defensiva. Desde que jugara en el Bernabeu, el fútbol amarillo como visitante se viene caracterizando por los errores en la salida de balón y la impotencia, concediendo demasiadas ocasiones, sobre todo al inicio de los partidos.
Así ocurrió en San Mamés. Como en el RCDE Stadium (David López, gol en el minuto 1'), en Balaídos (gol de Rossi en el 12') y en Ipurúa (Bebé, min. 14'), los de Setién sufren el marcador en contra de forma muy temprana.
Desde el pitido inicial los leones salieron con hambre, conscientes de la importancia de lograr la victoria para volver a puestos europeos. El juego se desarrollaba en su totalidad en el campo visitante, corner tras corner. Así llegó el primero de San José, con un testarazo de cabeza, en el minuto seis.
Tan solo tres minutos después, una falta al borde del área se convertía en el segundo por obra de Muniain. Las imágenes de un Setién frustrado e impotente en el banquillo mostraban la situación de un equipo errante en San Mamés.
De una forma totalmente inesperada, tras un saque de esquina, Pedro Bigas recortaba distancias en el marcador de cabeza (minuto 11). Un golpe de fortuna que no reflejaba lo que se veía en el césped, donde los rojiblancos eran un vendaval volcado sobre la portería de Lizoain, con la dupla Muniain-Williams haciendo mucho daño.
El '10' de los locales percutía por la derecha y puso un balón al punto de penalti que recogía Aduriz, tocaba lo justo para evitar que Lizoain atajara el balón y, casi cayéndose, metía el balón dentro de la portería. 3 a 1 en el minuto 16 o, lo que es lo mismo, cuatro goles en 11 minutos.
La superioridad del Athletic era muy clara pero, aún así, Las Palmas gozó en el 23' de una muy clara. Roque Mesa tuvo una ocasión muy clara dentro del área, rematando un pase de Tana, que evitaba De Marcos bajo palos.
El partido, con un comienzo frenético, entró en una fase más relajada y equilibrada. Pero los leones olían sangre y querían más. Lejos de relajarse con el 3 a 1 en el marcador, antes de finalizar la primera parte le anularon un gol a Aduriz, Laporte erró por poco un cabezazo, un disparo de Muniain se marchaba rozando el palo y Lemos evitaba al lado del palo el tanto de Williams.
Las Palmas trató de cambiar su imagen en la segunda mitad. Con más intensidad buscó jugar en campo contrario e incluso Jonathan Viera sufrió un penalti que el arbitro no pitó. Duró trece minutos.
Los errores defensivos evitaron cualquier reacción amarilla. Bigas en el 49', con dos contrarios al borde del área, alargaba demasiado la pelota en lo que pudo haber sido algo más que un susto. Eso llegó en el 58', cuando Muniain, sin oposición, empalmó un balón que había pasado por pésimos despejes de Las Palmas al fondo de las mallas.
Cuando La Catedral celebraba el cuarto llegó el quinto tan solo un minuto después. Dani Castellano, en la línea de toda la defensa, perdía una pelota clave y Aduriz lo aprovechaba para plantarse ante Raul Lizoain y poner el quinto ante el éxtasis de San Mamés.
Ya la Unión Deportiva estaba noqueada y con resignación no le quedaba otra que aguantar la media hora que quedaba por delante ante un conjunto que quería más. Williams, un portento todo el partido, buscaba su primer gol, pero una estirada de Lizoain lo evitaba. El mismo, ponía un balón a Aduriz que no cazaba por muy poco para culminar con un hat-trick.
Setién daba salida a Momo por Mateo García y el '11', a la contra, recibía un balón de Livaja que le ponía solo frente a Kepa, pero al intentar hacerle la vaselina, el balón se marchaba por encima del larguero.
El partido entró en una fase de tranquilidad, con un marcador que lo dejaba listo para sentencia. Y las protagonistas fueron las aficiones. El publico que tiñó de amarillo las gradas de San Mamés empezó a gritar “Athleeeetic, Athleeeetic” y los locales respondían con el cántico isleño “Pío, Pío”. Ambas se aplaudían e incluso hacían conjuntamente la ola aunque al final el árbitro pitara y el resultado marcara un contundente 5 a 1.