La portada de mañana
Acceder
Peinado multiplica los frentes del ‘caso Begoña’ sin lograr avances significativos
El miedo “sobrenatural” a que el cáncer vuelva: “Sientes que no consigues atraparlo”
OPINIÓN | 'En el límite', por Antón Losada

La urgencia del Atleti puede con una gran UD

El centrocampista del Atlético de Madrid Saúl Ñíguez (d) celebra junto a su compañero, el defensa argentino Diego Godín (i), el primer gol del equipo frente a Las Palmas, durante el partido de la decimosexta jornada de la Liga de Primera División en el Vicente Calderón, en Madrid. EFE/Ballesteros

Canarias Ahora Deportes

Las Palmas de Gran Canaria —

La UD Las Palmas se despide del Vicente Calderon con una derrota por 1 a 0 ante el Atlético de Madrid, sin poder romper la estadística negativa que acumula desde 1969, última victoria de los amarillos en el campo rojiblanco.

A pesar de la derrota, los de Setién han planteado y ejecutado un gran partido, serios en defensa pero con pocas ocasiones, que trataron de aprovechar sin éxito. En ocasiones, Las Palmas llegó a tratar con igualdad e incluso superar a los colchoneros, poniendo en serios apuros a los de Simeone.

La urgencia por obtener una victoria de los colchoneros, tras una racha negativa donde en las últimas siete jornadas ha acumulado cuatro derrotas, un empate y dos triunfos.

El equipo del 'Cholo', inmerso en una de sus peores rachas, también llegaba al encuentro frente a la UD con la urgencia de marcar, tras encadenar cinco de sus últimos siete partidos sin ver portería contraria.

Y en los primeros minutos esa urgencia se transformó en una presión alta, que impedía a los amarillos sacar el balón jugado, tapando las opciones de pase de Roque Mesa y haciendo desaparecer a Jonathan Viera.

En el 15', tras una jugada a balón parado, de esas que hacen tanto daño a Las Palmas, Saúl remataba cayendo al suelo un balón al poste. El Atleti dominaba y el Calderón empujaba, se olía el gol de los colchoneros, pero los de Setién consiguieron resistir con la dupla Bigas-Lemos y las inestimables ayuda de todos los jugadores en tareas defensivas.

A partir del minuto 20 Las Palmas podía respirar tras un inicio intenso, y comenzaron a asociarse desde su campo, sin profundidad, pero cogiendo confianza.

Poco a poco, los amarillos perdían el miedo y los complejos, logrando hacer circular la pelota en campo contrario gracias a la conexión Roque-Vicente-Viera y a las subidas de Macedo y Hélder López.

Llegó la primera media hora de partido y Las Palmas tuvo la primera en una doble ocasión, sin mucho peligro, pero que servía para dar alas a los visitantes y mirar de tú a tú a un Atleti que entró en una fase de desconcierto. Lemos, desde el centro campo, armó un disparo seco que pegaba con fuerza en el larguero de Moyá ante la estupefacción de todos.

Inmediatamente después, Livaja enviaba un balón al área que remataba fuera El Zhar. Se producian los mejores minutos de Las Palmas y los peores de los locales, que sólo se pudieron rehacer gracias a un contra en el 38' propiciada por un resbalón de Viera, algo que se repitió constantemente en todo el partido en varios jugadores.

Gameiro, casi desde el área pequeña, disparaba forzado por la defensa amarilla a la izquerda de Javi Varas en una ocasión clarísima, pero por entonces ya había murmullo en la grada.

Ya era mejor Las Palmas, ya había preocupación lógica en el Atlético, ya se jugaba mucho más en torno al área rojiblanca que en la canaria y no había síntomas de reacción en el conjunto local, desdibujado también al comienzo del segundo tiempo, sin dos pases seguidos y sin ataques.

Pero un detalle lo cambió todo. En este caso dos, separados por apenas un minuto: el primero, la parada salvadora de Miguel Ángel Moyá en un contragolpe terminado por Roque Mesa; el segundo, un rechace que aprovechó Saúl Ñíguez en el otro área, con la izquierda, para recomponer al Atlético.

Era ya el 59', con muchos minutos de dominio incuestionable de Las Palmas, que tras encajar el tanto, se adueñó por completo del encuentro y buscó con ahínco el empate sin éxito.

El conjunto rojiblanco optó por defender tras el gol hasta el final, sin tanto sufrimiento como se preveía, con una parada más de Moyá, pero a la vez sin ninguna certeza hasta el pitido que resolvió otro apuro.

Etiquetas
stats