Papá Peralte, un impulso al 'skateboarding' en Gran Canaria ante la indiferencia de las instituciones
El skateboarding es un deporte que “consiste en rodar y dominar un monopatín mediante la ejecución de maniobras llamados trucos. Se puede practicar al aire libre, en la calle y en parques habilitados denominados skateparks”.
Así define la actividad a la que se dedica el proyecto Papá Peralte, nacido en la capital de Gran Canaria hace unos nueve meses para “animar” a la práctica de esta actividad. Lo hacen a través de la enseñanza y el fomento de diferentes actividades.
También pretende dar a conocer los beneficios que se obtienen al patinar sobre una tabla “que se extienden mucho más allá de la pura diversión”, como pueden ser “la mejora de la salud física” y “el bienestar psicológico”, además de crear “fuertes lazos de camaradería y amistad y de propiciar además la relación con el entorno”.
Estas palabras provienen del manifiesto de Papá Peralte, una iniciativa ideada por, entre otros, Nichel Guerra, especialista en elaboración de rampas de skate y practicante del mismo durante “toda la vida”.
Paraíso de 'skateboarding' en Lanzarote
La semilla de esta iniciativa la encontró Guerra en Lanzarote, donde “vimos un modelo que nos gustó mucho y, cuando volvimos a Gran Canaria, pensamos que también haría falta algo parecido”.
Se trata del Extreme Center, un espacio de 900 metros cuadrados construido en la zona industrial de Playa Honda para practicar skate, bmx (bicicleta), roller (patines) y scooter (patinete). Este paraíso para los deportes sobre ruedas fue creado por los hermanos Rosende; Gustavo (licenciado en Ciencias del Deporte) y Diego, quien atesora una amplia experiencia como skater profesional: trigésimo puesto de la copa del mundo de Brasil de 2000, el séptimo en el Gran Prix de Suiza o el quinto en 1999 en Argentina.
Marcos Crea, que lleva diez años junto a los hermanos y está empleado en el Extreme Center, explica que “hace años” empezaron a impartir clases de skate en todos los municipios de Lanzarote. Vieron que había demanda y colaboraron con los ayuntamientos para hacer más skateparks, ya que cuando llegaron existían dos: “Uno en Arrecife y otro en Teguise”. Este último, de hecho, fue reformado en base a proyectos de los Rosende.
Poco a poco fueron creciendo hasta la creación del Extreme Center, a pesar de que el camino no ha sido fácil porque las instituciones “a veces sí han estado dispuestas a colaborar y otras no, hay que insistir mucho”, explica Crea.
Ahora Lanzarote tiene un espacio para practicar y aprender el skate los 365 días del año y cuenta en la actualidad con 180 niños y niñas de entre tres y once años que reciben clases tres días a la semana, aunque los adultos también tienen su espacio un día a la semana.
Pero no solo eso. Los hermanos Rosende también fomentan la construcción de rampas públicas, la venta en tiendas especializadas o la creación de grandes eventos en Lanzarote, ya sea aportando rampas en campeonatos de surf o celebrando eventos como el Famara Skate Contest, un certamen que premia hasta con 2.000 euros al ganador de un evento que reúne nombres importantes de Canarias o la Península.
El 'skateboarding' en Gran Canaria
En Gran Canaria, concretamente en la capital, el skateboarding (que será olímpico en Tokio 2020) lleva un tiempo siendo olvidado por las instituciones, como ha reconocido el propio concejal de Deportes del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Aridany Romero, en una entrevista con Canarias Ahora Deportes.
Para dar visibilidad a ese olvido nació la Asociación Cultural de Skateboarding Gran Canaria hace aproximadamente un año y medio según Nichel Guerra, que formó parte de su creación. El hartazgo ante las promesas incumplidas tanto por Carlos Ester (PP) en la concejalía de Deportes como de Romero (PSOE) llevó a varias personas a unirse el 20 de enero de este año y protestar en el skatepark de Santa Catalina-El Refugio.
Este espacio, donde los skaters llevan patinando durante 20 años, se encuentra en unas pésimas condiciones para realizar esta práctica deportiva y, aunque su remodelación se encuentra recogida en el presupuesto municipal con la redacción del proyecto “para hacer un skatepark de referencia en Canarias”, según el concejal de Deportes, la realidad es que se gastaron 12.000 euros pero a los dos meses no sirvió de nada.
“En noviembre de 2016 anunciaron que iban a invertir 12.000 euros para arreglar El Refugio. Tuvimos una reunión con ellos y se valoró qué tipo de reformas se podrían acometer. Nosotros asesoramos sobre cómo se debían hacer los arreglos pero, aunque nos escucharon, no nos hicieron caso y así está, que da pena. El arreglo duró dos meses”, explica Guerra.
En la anterior legislatura, el skatepark de Las Rehoyas fue derribado para ampliar el Complejo Deportivo del Grupo Ralons. El exalcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Juan José Cardona, llegó a reunirse en mayo de 2015 con un diseñador internacional especializado que trajo la Asociación para asesorar sobre la construcción de un nuevo skatepark que tendría l2.155 metros cuadrados.
La construcción del mismo debió haber empezado en enero de 2016, ya con Hidalgo como alcalde de la ciudad capitalina, pero Romero explicó que la obra no ha podido comenzar porque Ralons, la empresa adjudicataria del espacio para construir el skatepark de las Rehoyas, tiene una prórroga de obra desde septiembre de 2015, según un comunicado de la Asociación de febrero del año pasado.
“También está el del Lloret, pero ese no es practicable. Está roto. En el suelo hay unas líneas en donde puede entrar la rueda directamente y no son condiciones para patinar” explica Guerra.
El concejal de Deportes argumentó que tratan de “acercar y prestigiar la acción de los skaters con actividades como el Big Head Circus en el Lloret” (un evento deportivo celebrado del 1 al 11 de diciembre) y la modificación de una instalación abandonada que está por la carretera de Mata, “para que pueda ser usada por los skaters dentro de dos meses y hagan su propio espacio en honor a su filosofía de do it your self (hazlo tú mismo)”.
“Desde las instituciones nos dicen constantemente que están en ello, pero la realidad es que estamos patinando donde podemos, como encima de la Estación de Guaguas, por ejemplo, y con materiales propios”, manifiesta Guerra, para expresar que en Gran Canaria el skate “está maltratado” aunque a veces “ni llega a eso”, porque directamente “nos olvidan”.
“Tanto a Aridany Romero como a Carlos Ester hemos tratado de hacerles entender que el skate es un deporte reconocido, que hay que apoyarlo, que hay mucha gente que lo practica, que incluso viene turismo para practicarlo con grupos de 15 o 20 personas con marcas y revistas importantes. Vienen, sobre todo, por el clima y graban imágenes espectaculares porque hay spots en toda la Isla muy buenos para patinar”, sentencia.
Unión para poder patinar
Por todo ello, algunos de los que practican el skateboarding en Gran Canaria se han unido. A pesar de su corta vida, la Asociación cuenta ya con más de 500 personas y quieren tener, poco a poco, un espacio propio y una organización que tenga peso de cara a las instituciones.
Pero con Papá Peralte van más allá. Gracias a la colaboración de ADEXCA, una nave con rampas ubicada en Montaña Blanca, Nichel Guerra imparte clases los jueves y los sábados para enseñar sobre todo “labores de tecnificación” como “trabajar el equilibrio o la concentración” principalmente a niños y niñas pero también a cualquiera que quiera aprender.
“Creímos necesario crear una escuela y nació este proyecto que abarca una parte formativa y otra más relacionada con el fomento del skate”, manifiesta Guerra, que espera poder ir haciendo más actividades en la calle para seguir observando el mundo sobre una tabla en movimiento.