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Perder un ojo por una bala de goma es un “riesgo permitido de la actividad policial”, según la Audiencia de Barcelona

Òscar Alpuente perdió un ojo en 2009 tras una intervención de los antidisturbios de los Mossos

Oriol Solé Altimira

Las mutilaciones provocadas por las balas de goma en Catalunya han llegado al banquillo de los acusados, pero siguen sin acarrear condenas judiciales para los Mossos d'Esquadra. Como ya ocurriera en el caso de Ester Quintana, el agente antidisturbios acusado de reventar el ojo al joven Òscar Alpuente ha sido absuelto. El tribunal de la sección 10 de la Audiencia de Barcelona no ha podido determinar que el policía acusado fuera el autor del disparo que dejó sin ojo a Alpuente, por lo que ha procedido a exculparle.

En ambos casos la justicia ha considerado probado que el causante de las lesiones de Quintana y Alpuente fue un proyectil policial, pero no ha podido ir más allá y sentenciar qué agente de los Mossos d'Esquadra disparó. La sentencia, adelantada por El Periódico de Catalunya y a la que ha accedido este diario, recoge que una bala de goma “tras seguir una trayectoria que no consta” alcanzó al joven.

Según el tribunal, la lesión de Alpuente se produjo “por el rebote” de una bala de goma contra el suelo. “En cualquier caso –concluyen los magistrados– las lesiones se produjeron de circunstancias del disparo ajenas a la voluntad del policía escopetero que disparó”.

En este sentido, el tribunal considera que la actuación del acusado se ajustó al reglamento y que la mutilación de Alpuente “se sitúa dentro de la esfera de riesgo permitido de la actividad policial”, es decir, fuera del riesgo castigable penalmente. Sin embargo, deja abierta la puerta a que el joven reclame una indemnización por la vía civil.

El tribunal da credibilidad a la versión que tanto el mosso acusado como otros agentes antidisturbios dieron durante el juicio y desdeña el relato de hechos de Alpuente y sus amigos. Así, los jueces consideran probado que los agentes antidisturbios dispararon salvas (disparos sin proyectil) y balas de goma en la zona donde Alpuente perdió un ojo debido a los disturbios que, según los Mossos, se estaban produciendo en aquel momento en la confluencia entre el Passeig de Gràcia y la calle Diputació. El acusado reconoció en el juicio que disparó una bala de goma pero que no fue “el único” agente que lo hizo.

Por contra, el joven y sus amigos, que volvían de la celebración del triplete conseguido en 2009 por el F.C. Barcelona en la plaza de Catalunya, aseguraron que no había altercado alguno. Alpuente pedía tres años de prisión para el agente y una indemnización de 180.000 euros. La Fiscalía no solicitó ninguna pena porque consideró que la lesión que sufrió Alpuente fue fortuita y de autor desconocido, tal y como han sentenciado los jueces.

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