Activistas contra los CIE ocupan una agencia de viajes para denunciar los vuelos de deportación masiva
La campaña por el cierre de los Centros de Internamiento de Extranjeros ha convocado este jueves por segundo año el día contra los CIE en todo el Estado. Plataformas de diversos territorios se han coordinado para señalar diversos elementos de las políticas migratorias. Han empezado el día en Melilla, denunciando la situación de la frontera, han seguido hablando en el barrio de Lavapiés en Madrid, para denunciar las redadas racistas, al mediodía han comparecido en el CIE de Valencia y a Barcelona le ha tocado cerrar la jornada con una acción para denunciar los vuelos de deportación.
Un grupo de activistas convocados por la plataforma Tanquem els CIEs ha irrumpido en una sucursal de Viajes Ecuador en la calle Balmes para leer un manifiesto contra las deportaciones masivas. La elección de la agencia no es casual. Viajes Ecuador pertenece al grupo Globalia, como AirEuropa, la empresa encargada de los vuelos de deportaciones masivas.
AirEuropa y SwiftAir se presentaron conjuntamente al concurso para encargarse de estos vuelos y en noviembre de 2012 el Ministerio del Interior les concedió el contrato por valor de 11.880.000 euros. Según denuncian los activistas, ayer mismo salía un vuelo destinado a Mali y Nigeria.
El abogado Andrés García Berrio, del Observatorio del Sistema Penal y los Derechos Humanos, apunta que en el momento actual “se está produciendo una regulación natural de los flujos migratorios”, y denuncia que “a pesar de ello se están llevando a cabo deportaciones forzosas”.
Además, asegura, estos vuelos provocan “situaciones dantescas, en que la policía persigue en todo el estado a personas de una determinada nacionalidad o con unos determinados rasgos étnicos para enviarlas a Madrid y llenar un vuelo con un destino concreto”.
Parte de una cadena
Ainhoa Douhaibi, de Tanquem els CIEs, señala los vuelos masivos como el motor de toda la política migratoria que denuncian. “Si hay redadas y se lleva la gente en el CIE es porque luego están los vuelos masivos para devolver estas personas a su país de origen”, explica.
Por otra parte, Douhaibi asegura que “es imposible ejecutar una deportación forzosa sin violencia”. Así lo muestra el testimonio de Alfredo, un guineano que pasó por dos intentos de deportación. En un vídeo publicado por la plataforma este jueves, cuenta su experiencia. Para llevarlo al avión lo ataron de pies y manos y denuncia diversos malos tratos en el trayecto, como que lo tiraran al suelo o le estiraran del pelo o el cuello de la camisa. En aquella ocasión el piloto vio en qué situación se encontraba y se negó a deportarlo.
Después del intento fallido de deportación lo encerraron en el CIE de la Zona Franca, donde lo tuvieron durante dos meses hasta que volvieron a intentar deportarlo. En esa ocasión entró en el avión antes de que lo viera el piloto. “Dije que no podía volver a mi país así, como si no fuera una persona, y me empezaron a maltratar”, explica. Finalmente, este segundo intento también se detuvo porque los pasajeros se negaron a sentarse y el piloto finalmente se negó a llevarlo.
Estos tipos de actitudes solidarias son, según Tanquem els CIEs, una de las cosas que el gobierno quiere evitar con las deportaciones masivas, ya que se trata de vuelos contratados con esta función y donde sólo viajan personas deportadas, policías y miembros de la tripulación.
La plataforma denuncia especialmente el protocolo de actuaciones policiales para estas ocasiones. El texto autoriza a utilizar “elementos de contención”, como pueden ser esposas, lazos de seguridad o prendas inmovilizadora. Además, también permite la aplicación de sedación química a los deportados durante el viaje.
Aunque la información al respecto es muy opaca, desde Tanquem els CIEs tienen constancia de ocho vuelos de deportación sólo en los últimos 12 días, seis de los cuales con destino a Marruecos.