“El silencio de Bruselas es ensordecedor”
Alfred de Zayas es conocido en las Naciones Unidas por su oratoria, su colección de pajaritas y su defensa de los derechos humanos. Como experto independiente, este abogado norteamericano de origen cubano colabora con el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Junto a David Kaye, ha reclamado al Gobierno español que permita la celebración pacífica del referéndum y ha denunciando algunas de las medidas jurídicas tomadas contra sus promotores.
Usted se ha posicionado a favor de la celebración de un referéndum con garantías.
El Gobierno español debe permitir la celebración de un referéndum, que, eso sí, debe cumplir ciertos requisitos. No se puede tomar una decisión tan importante como la de formar un nuevo Estado por mayoría simple y con una participación mínima. Una amplia mayoría de la población, un 70% por ejemplo, debe votar. Del mismo modo, considero que una decisión que tiene tantas consecuencias para los ciudadanos no se puede tomar por mayoría simple. Este referéndum debería quedar amparado por Europa y debería ser monitorizado por Naciones Unidas, el Carter Center y otros observadores internacionales.
¿Qué se debería hacer al conocerse el resultado de este referéndum que usted propone si sale el sí?sí
Tras conocerse el resultado de un referéndum con garantías, si gana el sí, se abre una etapa que no pasa por una declaración unilateral de independencia al cabo de 48 horas porque estamos hablando de un tema muy serio. En mi opinión, si se cumplen los requisitos de amplia participación y una amplia mayoría se pronunciara a favor de la independencia, entonces es necesario iniciar un diálogo responsable entre las partes, que deberán sentarse como personas civilizadas y hablar. La independencia no es la única vía. Se puede dejar la puerta abierta para la creación de un Estado federal con amplias garantías de autonomía, incluso autonomía fiscal.
El gobierno y muchos expertos consideran que el referéndum vulnera la Constitución española.
En mi opinión, algunos profesores de Derecho constitucional españoles que se han pronunciado en contra de la celebración de un referéndum tienen una visión anticuada del Derecho internacional. Al impedir que los ciudadanos catalanes expresen su opinión, se están vulnerando muchos artículos del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. España tiene que respetar el Derecho internacional y el Derecho europeo. El hecho de que este referéndum sea contrario a la Constitución no tiene nada de extraordinario, eso pasa en muchos países, pero constituye un positivismo que se debe rechazar. El problema no es que el referéndum sea contrario a la Constitución sino que la Constitución sea contraria al Derecho internacional y al sentido común.
Usted cree que un referéndum a tiempo hubiera solucionado el problema y no necesariamente se hubiera avanzado hacia la independencia
En el año 2014 presenté un informe sobre el derecho a la autodeterminación ante la Asamblea General de la ONU. Mi conclusión es que si uno escucha al pueblo y se negocia a tiempo, se evitan muchos problemas regionales. Es una forma de evitar conflictos. Yo, como experto en Derecho internacional, no me estoy pronunciando a favor de la independencia de Cataluña. Me pronuncio a favor del derecho de un pueblo a dar su opinión. Se trata de un derecho inalienable.
En el supuesto de que a partir del 2 de octubre el gobierno español siga cerrado a la posibilidad de celebrar un referéndum, ¿qué otras vías se abren?
Es surrealista pensar que si el Gobierno logra impedir el referéndum del 1 de octubre, la aspiración de muchos catalanes a pronunciarse va a desaparecer. Creo que pasaría precisamente lo contrario; todavía tendrán un mayor deseo de separarse de un Gobierno que no los respeta. Los ciudadanos deben escribir directamente a la Comisión Europea y al Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas y expresar sus quejas.
Estos últimos días muchos menores de edad han participado en actos a favor del referéndum. ¿Cuál es su opinión?
El patriotismo local no excluye el entusiasmo de jóvenes por la propia cultura e identidad. Sin embargo, se debe garantizar la seguridad de los menores y que no estén en peligro en ningún momento.
¿Qué papel debería desempeñar la Unión Europea?
El silencio de Bruselas es ensordecedor, una falta de responsabilidad en la defensa de los derechos humanos en un caso muy concreto. Estamos hablando de que una mayoría de catalanes quiere que se celebre un referéndum, quiere expresar su opinión, en algunos casos, para mostrarse a favor de la independencia y en otros, en contra o votar en blanco. Se está vulnerando la libertad de expresión de millones de personas que viven en un país de la Unión Europea. El hecho de que la Comisión Europea esté callada es un escándalo. Yo quiero que Federica Mogherini se pronuncie. Si no se pronuncia, los ciudadanos dejarán de creer en el sistema ya que cuando las personas que tienen la responsabilidad de mediar no lo hacen, es gravísimo. Es un problema que ataca al corazón del sistema.
¿Y a qué se debe la actitud de Bruselas?
En mi opinión, las élites europeas tienen demofobia, el miedo a que el pueblo se exprese en asuntos que le conciernen. Tienen miedo a la voz del pueblo y no hay nada menos democrático que esto. Esta demofobia de las élites no es nueva. Un claro ejemplo de demofobia fue la paralización de los referéndums para decidir si los pueblos de Europa querían o no la propuesta de Constitución de la Unión Europea. Después de que los que se celebraron en Francia y en los Países Bajos en 2005 rechazaran esta Constitución, se optó por posponer un referéndum similar en Irlanda y en Portugal, se prescindió de la opinión del ciudadano y se impulsó el Tratado de Lisboa. Y otro ejemplo evidente es cómo se negocian los tratados de libre comercio. Se negocian a puerta cerrada y en secreto y al tomar una decisión que tiene unas consecuencias económicas tan relevantes tampoco se escucha la voz del pueblo. Y cuando la sociedad civil protesta, se la ignora.