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CIP Microsoft y Spurna, dos naufragios de la I+D en Cataluña

Visita de estudiantes de ingenieria al Centre d'Innovació en Productivitat de Microsoft, cuando aún existía

Víctor Saura

Barcelona —

En los últimos meses han cerrado las puertas, tratando de hacer el mínimo ruido posible, dos proyectos que fueron presentados en su día como la panacea de la I+D+i en Cataluña, catapultas de la recuperación y polos de atracción de capital y conocimiento. Se trata del Centro de Innovación en Productividad de Microsoft, inaugurado en 2006 en Manresa, y del Centro Spurna, especializado en investigación y desarrollo en tecnología digital, nacido el año 2011 en Girona. Más o menos, la corta vida de ambos proyectos ha ido ligada a lo que duraron las subvenciones: 1 millón de euros pagados por la Generalitat en el caso del centro Microsoft, y 1,2 millones pagados por el Ministerio de Industria (Plan Avanza) en el caso de Spurna.

El Centro de Innovación en Productividad de Microsoft (también conocido como CIP o MIC Productivity) fue presentado con toda la pompa el 28 de septiembre de 2006. Y tenía lógica que sonaran las trompetas, porque no cada día se puede presumir de que una compañía planetaria como Microsoft apuesta por Cataluña. Se trataba de un centro especializado en aportar soluciones tecnológicas para mejorar la productividad de las empresas, “un punto de encuentro de los líderes en productividad”, según palabras de la entonces presidenta de Microsoft Ibérica, Rosa García. “La utilización efectiva del centro permitirá aumentar la productividad catalana en un 10% en los próximos tres años”, pronosticó aquella mañana la primera ejecutiva de la compañía de Redmondd en España.

Tras examinar varios posibles emplazamientos, como el 22@ o determinados municipios donde la UPC tenía presencia, finalmente MIC Productivity se terminó ubicando en Manresa, en las instalaciones del CTM (Centro Tecnológico de Manresa). Una elección en la que no se sabe si tuvo más peso la condición de manresano y exalcalde de Jordi Valls (PSC), el consejero de Industria del momento, o de manresana y ex directora del CTM de Carme Botifoll, la entonces directora del Cidem (agencia de la Generalitat que impulsó el proyecto). Botifoll llegaría a directora general de Innovación de la mano del sucesor de Valls, Josep Huguet (ERC), otro manresano. En todo caso, en el acto de presentación, el consejero Valls tampoco reprimió la euforia cuando afirmó que el centro “contribuirá a destacar Cataluña como país innovador en el ámbito internacional”.

Oficina comercial pagada con dinero público

La cruda realidad, sin embargo, es que en sus siete años de vida el centro ha aportado muy poco a la productividad de la empresa catalana y mundial, y que su dedicación prioritaria y sin disimulo ha sido promocionar el software de Microsoft; de hecho, el centro ni siquiera ha logrado ser sostenible por sí mismo, a pesar de que Rosa García había augurado que “en tres o cuatro años” debía autofinanciarse.

Según se explicó a la prensa aquel septiembre de 2006, el CIP Microsoft partía con un capital de tres millones de euros, aportados por la Generalitat (ACCIÓ, la agencia resultante de la fusión del CIDEM y el COPCA), la misma Microsoft, el Ayuntamiento de Manresa, la Cámara de Comercio de Manresa, la Caixa de Manresa y el Centro Tecnológico de Manresa. Sin embargo, otras fuentes señalan que el dinero real sólo llegó al millón y medio: un millón aportado por la Generalitat (250.000 euros durante cuatro años), y medio más entre el Ayuntamiento (250.000), la Cámara (125.000) y la Caixa de Manresa (125.000); CTM ponía el espacio y el misterio es qué ponía Microsoft, aparte de la marca y las licencias de su software.

Las diferentes partes constituyeron la Fundación Privada Centro de Innovación en Productividad de Microsoft para gestionar el centro, pero Microsoft dilató su entrada y finalmente no lo llegó a hacer nunca. Una situación rocambolesca. Una fundación con el nombre de Microsoft sin que ningún representante de la compañía de Bill Gates formara parte de su patronato.

Según fuentes del sector, para lo que sí sirvió la alianza Microsoft-Generalitat fue para desarticular los tímidos intentos de algún alto cargo del tripartito de promover la implantación del software libre en la administración catalana, como de hecho en aquellos momentos se estaba haciendo en las comunidades autónomas de Extremadura y Andalucía. En la actualidad, la Generalitat tiene un contrato marco con la firma de Redmondd por el que en el año 2014 le ha pagado 7,8 millones de euros (IVA incluido) a cambio del uso de su software y soluciones informáticas.

Las subvenciones de la Generalitat cubrieron los ejercicios de 2008 a 2011. En septiembre de ese año abandonaba el barco su director, el ingeniero Albert Esplugas, un hombre de Microsoft que hoy ocupa un cargo ejecutivo en Seattle. Desde entonces ha habido dos directores más, mientras que ni Rosa García ni Carles Grau (ex delegado de la multinacional en Cataluña) continúan en la compañía.

El 31 de marzo de 2014 se anunció que el CIP de Microsoft pasaba a ser absorbido por Barcelona Digital, otro de los centros tecnológicos en la órbita de la Generalitat, si bien formalmente continuaría manteniendo los pocos empleados que tenía en Manresa. Para intentar salvar la cara, la absorción se vendía como una medida para “reforzar el servicio de transferencia tecnológica a las empresas” de ambos centros. El director general de Barcelona Digital, Carles Fradera (otro ex directivo del Cidem que estuvo en la cocina del acuerdo con Microsoft), y el presidente de la Fundación CIP y alcalde de Manresa, Valentí Junyent, se hicieron una foto solemne, pero poco tiempo después el acuerdo se fue al traste, según fuentes municipales, ante la negativa de los trabajadores del CIP a aceptar las nuevas condiciones laborales que les suponía el cambio de empresa. A finales de julio, Valentí Junyent convocó a la prensa para comunicar que el CIP presentaba concurso voluntario de acreedores. El tema ya sólo interesó a los medios locales.

En estos momentos el centro que debía convertir a Manresa en la capital mundial de la productividad se encuentra en manos de los administradores concursales y su web (www.productivitycenter.org) está inoperativa. Pero curiosamente alguien maneja todavía su cuenta de twitter.

“Girona en el mundo TIC es sexy

El caso de Spurna es más dantesco si cabe, ya que levantando similares expectativas y volumen de inversión ha expirado mucho antes. No ha cumplido ni tres años. Fue presentado en sociedad el 27 de octubre de 2011 en el Parque Científico y Tecnológico de la Universidad de Girona como la referencia mundial de la I+D en tecnología digital. “Girona en el mundo TIC es sexy y que Spurna esté aquí demuestra esta capacidad de atracción”, declaró sin rubor el alcalde de Girona, Carles Puigdemont. La rectora de la UdG, Anna Maria Geli, menos metafórica pero igualmente optimista, manifestó su ambición de convertir el nuevo centro en “referencia de España, Europa y el mundo”.

El capital lo aportaba íntegramente el Ministerio de Industria: 1,2 millones de euros (200.000 euros a fondo perdido y un millón en forma de préstamo) destinados a la Fundación del Parque Científico y Tecnológico para la creación del centro Spurna, que debía consolidar el clúster Media TIC de la capital gerundense. Aparte de la UdG, por el tipo de subvención debían participar dos empresas más, que fueron Barcelona Digital y la productora de televisión Lavinia. Pero durante sus escasos dos años y medio de vida Spurna no ha hecho prácticamente nada y casi ni ha tenido personal. En cuanto a los 1,2 millones de euros aportados por Madrid, entre el coste de la fastuosa instalación y el canon a las empresas explotadoras se ha evaporado a la velocidad del rayo. Pero un millón se tenía que devolver, o sea que ha ido a engrosar el abultado pasivo del Parque Científico.

El acta de defunción del centro Spurna lo levantó a finales de febrero el director del Parque Científico, Pere Condom, cuando anunció que si no se encontraba una empresa que se hiciera cargo debería cerrarse; poco después Lavinia y Barcelona Digital comunicaban su renuncia a seguir gestionando el centro, y al mismo tiempo era elegido un nuevo rector a la UdG, Sergi Bonet, que puso cifra a la elevada deuda que arrastraba el Parque Científico (41 millones de euros) y terminó relevando a Condom del cargo que venía desempeñando desde hacía siete años. En estos momentos, el Parque Científico se encuentra también en concurso de acreedores y Spurna es un bonito cadáver; su web (www.spurna.com) se encuentra todavía operativa, pero el último tuit de su cuenta es del mes de junio.

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