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Un centro internacional de producción digital se convierte en Banco de Alimentos improvisado

Los miembros de la asociación de vecinos, después de haber almacenado los víveres del Banco de Alimentos Zona Nord en su nueva sede. (Foto: 15MBcnTV)

Pau Rodríguez

Barcelona —

Xavier Trias arrancó la campaña electoral que le conduciría hasta el Gobierno del Ayuntamiento de Barcelona en el barrio más periférico y el más castigado por la crisis de toda la capital catalana: Ciutat Meridiana. Era mayo de 2011 y el entonces aspirante de CiU a la alcaldía de la ciudad anunció un proyecto “revolucionario” -en palabras del actual concejal de Urbanismo, Antoni Vives- consistente en ubicar allí el Fab Lab Barcelona, un centro de producción e investigación digital avalado por el Massachusetts Institute of Technology (MIT), que debía ser la piedra de toque de la reindustrialización y reactivación de la zona. Más de dos años después, el edificio del prometido laboratorio, todavía en obras, se halla ocupado por los vecinos, que han instalado entre sus cuatro paredes el Banco de Alimentos Zona Nord, a la espera de que el consistorio les facilite un mejor emplazamiento para albergar su sistema de distribución urgente de víveres entre familias sin recursos.

“¿Qué hace el MIT de Massachussets en un barrio dónde la gente pasa hambre? Lo que necesitamos aquí són planes de ocupación urgentes y o servicios como el Banco de Alimenos”, señala Manuel Cubero, vecino de villa desahucio, nombre con el que se dio a conocer el barrio cuando la crisis de las hipotecas empezó a causar estragos. Ahora, al drama de la vivienda se le ha superpuesto el de la alimentación -agravado en verano por la ausencia de comedores escolares-, una urgencia social que ha llevado a los vecinos a ocupar un equipamiento que, dado el nivel de precariedad del barrio, es visto por muchos vecinos más como algo obsceno y extravagante que como una oportunidad de futuro.

Lo que desde la Asociación de Vecinos de Ciutat Meridiana se viene pidiendo desde principios de año es un local desde el que puedan distribuir los alimentos de su banco autogestionado. Tras la ocupación el pasado miércoles del edificio, con la ayuda del colectivo 15M de la zona, el consistorio ha prometido no desalojarles y ya les ha asegurado que cuenta con un espacio disponible para uso del banco a partir de septiembre.

El Banco de Alimentos Zona Nord nació como alternativa a la distribución de alimentos que ofrece una coordinación de las parroquias de Nou Barris -el distrito que, entre otros, incluye Ciutat Meridiana-, ya que los vecinos veían dos inconvenientes en él. En primer lugar, la lejanía: la llamada zona norte (Ciutat Meridiana, Torre Baró y Vallbona) es una área urbana muy apartada del resto del distrito, a los pies de la montaña de Collserola y a más de dos quilómetros del banco de alimentos de las parroquias. En segundo lugar, “la urgencia”, en palabras de Cubero: las parroquias, que reciben a sus beneficiarios según criterios de los Servicios Sociales del Ayuntamiento, tardan semanas en aceptar sus solicitudes, mientras que el Banco de Alimentos Zona Nord es casi inmediato. “No somos tan rigurosos en los criterios de selección pero creemos que es prioritaria la actuación inmediata”, dicen.

Sobre el futuro del Fab Lab Barcelona, el Ayuntamiento no se ha pronunciado. El espacio en el que se tenía que ubicar el centro era hasta hace poco parte de la escuela Sant Joan de la Creu. Las obras empezaron a finales de año y se paralizaron en febrero, según constatan los vecinos, sin que el consistorio les haya dado explicaciones. La inversión para los trabajos de reconversión del espacio ha sido de 250.000 euros. De momento, según han podido comprobar los nuevos inquilinos, las obras principales estan acabadas, pero el futuro centro internacional está completamente vacío y sin suministros.

“No somos Guatemala, pero somos Guatepeor”

Este lunes por la tarde una decena de vecinos acababa de ordenar todos los alimentos en la nueva sede del banco. Los traían desde el local de la Asociación de Vecinos, que se había quedado pequeño. Hasta el momento, llevan 18 toneladas repartidas. “Los alimentos los conseguimos de entidades de la zona y sobre todo dando voces, aunque también hemos conseguido de unas monjas del barrio”, explica el presidente de la asociación, Fili Bravo. Se trata de las Misioneras de la Inmaculada Concepción, que trabajan con la ONG de cooperación Vitamundi, que actúa principalmente en Guatemala. “Pues nosotros presentamos un proyecto en el que veníamos a decir que no eramos Guatemala, pero sí Guatepeor... ¡y nos dieron 14 toneladas de alimentos!”, explica Cubero.

Actualmente la Asociación de Vecinos tiene registradas a 150 personas que acuden -regularmente o esporádicamente- a por algo de comida: pasta, arroz, leche, conservas... También cuenta con un registro de todas las personas a las que han prestado ayuda por cuestiones de vivienda: en total suman 420 familias -con sus respectivos miembros-, segun las cuentas de la asociación, en un barrio de poco más de 11.000 habitantes. Esta lista la elaboraron a base de rellenar fichas personales junto con la asociación 500x20, una entidad que hace las veces de PAH en el barrio -no existe allí la popular plataforma.

Ciutat Meridiana, construida a lomos de la especulación franquista de la década de los sesenta y rellenada con la oleada migratoria de la época, está acostumbrada a ganarse los equipamientos y servicios a golpe de lucha vecinal. Y así ha ocurrido con el local para el banco de alimentos, tal como avisó Fili Bravo unas semanas antes de la ocupación ante en el pleno del distrito: “Si no nos lo dan, lo tomamos”.

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