La Generalitat se compromete a reducir el número de presos en régimen de aislamiento
“El aislamiento nos preocupa y será un eje prioritario en nuestra política”. Así se ha manifestado Amand Calderó, director general de servicios penitenciarios de la Generalitat, durante la presentación del informe de la Coordinadora para la Prevención y Denuncia de la Tortura (CPDT) sobre el régimen de aislamiento en las cárceles catalanas. El informe recoge vulneraciones de los acuerdos internacionales en la materia y situaciones de abusos, maltrato y negligencia. Entre ellas se encuentra el caso de Raquel E.F., que se suicidó mientras se encontraba en régimen de aislamiento, aunque había alertado a los funcionarios de prisiones de sus intenciones. Catalunya Plural ha explicado este caso en un corto documental.
Actualmente en Catalunya, la cifra de presos que se encuentran aislados en Departamentos Especiales de Régimen Cerrado (DERT, en sus siglas en catalán) oscila alrededor del 2% de todos los reclusos. El director general asegura que su primera medida tras llegar al cargo fue una evaluación de los DERT para hacer un plan de mejora. Esta evaluación ya está concluida y ahora, dice, se disponen a trabajar por la mejora. Calderón se comprometió a trabajar para reducir significativamente el número de personas en régimen cerrado. “En centros como Wad-Ras el DERT está cerrado hace tiempo, y eso es un éxito, deberíamos conseguir que estos departamentos no existieran”, asegura.
En la presentación del informe, el abogado Josetxo Ordóñez ha destacado que la legislación española incumple varios criterios de las Reglas Mandela aprobadas por la ONU el año pasado para regular el tratamiento de las personas reclusos. Según estas normas, el régimen de aislamiento no puede superar los 14 días, y en cambio en España la ley establece un máximo de 21 –y es habitual que se encadenen sanciones durante meses saliendo un día después de cada período, denuncian–; el aislamiento sólo se puede imponer como sanción disciplinaria, y en cambio en España también se aplica como medio coercitivo y como régimen penitenciario; se puede aplicar a menores de edad en centros de reforma, lo que también prohíbe la normativa.
Calderón ha mostrado su preocupación por “mejorar la adaptación de los reclusos una vez salen del régimen cerrado para que no se produzcan estas situaciones en las que vuelven a entrar porque siguen produciendo conflictos”. “La manera de generar cambios es intervenir con actividades adecuadas a las necesidades de estas personas, no puede ser una unidad de castigo, donde se deja la persona allí sin más hasta que salga”, asegura el director general.
Mira el corto documental Régimen de aislamiento: el punto más oscuro de las prisiones:Régimen de aislamiento: el punto más oscuro de las prisiones