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'Pla Paral·lel', próxima parada de la 'Marca Barcelona'

La avenida Paral·lel se enfrenta a una ambiciosa transformación que hace temer a los vecinos. /ENRIC CATALÀ

Jordi Molina

Nueva escenificación del modelo de ciudad que defiende el Ayuntamiento de Barcelona. Esta vez, en la avenida del Paralelo. A juzgar por la exposición realizada esta mañana entre el alcalde Xavier Trias y el teniente de alcalde de Hábitat Urbano, Antoni Vives, “la avenida de las personas, las artes escénicas y la gastronomía”, tal y como la han definido –será un símbolo de “ciudadanía, participación y cohesión social” una vez se culmine la remodelación. Tres palabras que han repetido a lo largo de su intervención en el Centro Cultural Albareda –un equipamiento largamente reivindicado por el tejido asociativo del Poble-sec– para anunciar la fecha en que, por fin, se podrá dar el disparo de salida al ‘Pla Paral·lel’, desde un punto de vista urbanístico. El próximo mes de mayo comenzarán las obras.

La versión, sin embargo, sobre el significado del 'Pla Paral·lel', que el Ayuntamiento impulsa de la mano de la Fundación El Molino (FEM), cambia en función de la óptica que lo analiza. Desde la vertiente cultural, pequeños creadores, como los de la Asociación pro Teatro Talia Olympia, reivindican incansablemente más espacios donde poder proyectar sus funciones. Desde la óptica social, colectivos de activistas cobijados bajo el paraguas de la Asamblea de Barrio Poble-sec, consideran la reforma como una operación beneficiosa únicamente por el mercado turístico, haciendo referencia a la conectividad del Paralelo entre dos puntos neurálgicos de la ciudad, como el Puerto de Barcelona y la Fira. Además, desde un punto de vista de la participación ciudadana, también ha habido reproches. Desde la asociación de arquitectos y urbanistas Raons Públiques, premiada recientemente por el Ayuntamiento de Barcelona, se denuncia la falta de permeabilidad de una remodelación que, desde el principio, ha estado condicionada por las alianzas que había suscitado.

En este contexto, y no sin que antes un vecino detuviera a Trias en el camino que va desde la Ronda Sant Pau y el CC Albareda para recriminarle su política en transporte público, el equipo municipal ha vuelto a trazar las líneas maestras de un plan que avanza lentamente. Como es habitual en las comparecencias sobre esta reforma, Vives ha desplegado una serie de imágenes virtuales del Paralelo del futuro –nadie se atreve a hacer estimaciones sobre el final de las obras—que tendrá como principal novedad el desplazamiento del carril bici actual en el centro de la avenida, ya que ahora “es peligroso”. “Hemos estado tomando una horchata y hemos visto como un coche, al abrir la puerta, casi embiste un ciclista!”, ha dicho en clave de humor Vives que, como el alcalde, acababa de llegar del viaje por el Brasil.

La principal diferencia entre esta comparecencia y la resto de convocatorias relacionadas con la transformación de la avenida es que ahora, el Ayuntamiento de Barcelona, a través de BIMSA, ha adjudicado definitivamente las obras relativas al proyecto ejecutivo. El objetivo, según el consistorio, es el de la revitalización de esta vía como eje cultural de la ciudad. Aparte de la reordenación del carril bici, la actuación pretende mejorar el espacio público ganando espacio para los peatones, creando seis nuevas plazas en las actuales isletas en el costado del Eixample, una de ellas, la que llevará el nombre del actor galaicocatalán Pepe Rubianes.

En preguntas de los asistentes –sólo dos, una de una vecina preocupada por el negro futuro del Teatre Arnau, y la otra de CatalunyaPlural.cat— Trias ha defendido su modelo de ciudad con una frase: “sin actividad económica la ciudad estaría muerta”. También ha explicado que no conoce el relato según el cual el Paralelo, como el Castillo de Montjuïc, el Parque Güell, el Plan de Usos de Ciutat Vella o, incluso, el Vodafone Bicing, responda más a las necesidades del sector turístico que de las de la ciudadanía. Aún así ha dicho que si alguna persona se lo quiere contar “estará encantado de escucharla”.

¿Una avenida para los vecinos?

Desde el embrión del proyecto que daría como resultado el ‘Pla Paral·lel’, en el año 2010, el gobierno de la ciudad y la FEM han convocado una Comisión de Seguimiento formada por vecinos y entidades en el desarrollo de este plan para “fomentar la cohesión social y la calidad de vida de los vecinos de los barrios del entorno”. La comisión Repensar Poble Sec, de la Asamblea de Barrio del Poble-sec, no comparte la opinión sobre esta comisión, a la que tachan de “fantasma”, por la escasa regularidad de convocatoria y el poco margen para moldear el proyecto. “Es un plan hecho a espaldas de los vecinos y vecinas, se ha impuesto un proyecto dictado por el sector privado y destinado a sus beneficios. Todo ello puede suponer la transformación del Paralelo en una nueva Rambla, y del Poble-sec en un nuevo Born”, apuntan fuentes de la Asamblea.

En el mismo sentido crítico se manifiestan los arquitectos y urbanistas organizados en la asociación Raons Públiques, una escisión de Arquitectos Sin Fronteras. Da la casualidad, además, que este colectivo trabaja puntualmente para el Ayuntamiento, pero esta relación no les ha hecho rebajar su visión crítica sobre el proceso de remodelación de la avenida. Según el arquitecto Javier Fraga, el ‘Pla Paral·lel’ está muy condicionado por las alianzas que tomó el Ayuntamiento desde un principio. “Es un proyecto impulsado por una entidad privada, la FEM, y como tal tiene intereses privados, totalmente legítimos. Pero si el Ayuntamiento, que debería ser el guardián del interés público, decide aliarse con una entidad de este tipo, acabará defendiendo unos intereses no necesariamente públicos”, explica.

Hay que tener en cuenta el papel de la avenida –que une los barrios de hasta tres distritos diferentes, como Eixample, Ciutat Vella y Sants- Montjuïc– por su situación geográfica y los intereses económicos que hay detrás. Se trata de una vía de conexión entre la Fira y el puerto –recientemente liberalizado por el pacto CiU-PP en el Plan de Usos de Ciutat Vella–, donde se prevé, con la futura estación marítima de cruceros de Drassanes, la entrada diaria de miles de turistas a la ciudad, para “descongestionar” también las actuales aglomeraciones de las Ramblas. Según Repensar Poble Sec, que ha seguido de cerca todo el proceso, “la revalorización del suelo en beneficio de los grandes propietarios; la subida del precio de la vivienda o del coste de la vida; y la avalancha del turismo de masas y su consecuente sustitución del comercio tradicional de proximidad por franquicias”, son algunas de las consecuencias de esta intervención.

El proyecto también prevé una mejora de la iluminación y de los pavimentos y da continuidad a la obra que desde hace tres meses está en marcha para dotar la avenida y los barrios vecinos de un nuevo colector, dados los problemas de drenaje de la zona. Las obras han sido adjudicadas a COPISA Constructora Pirenaica SA, por un valor de 6.945.225 euros. La previsión es que las obras puedan comenzar a mediados del mes de mayo de este año, con un plazo de ejecución total de diez meses, aunque las obras del colector responden a otro calendario. La remodelación supondrá una inversión total de 9.499.804,39 euros.

Grandes teatros, pequeños creadores

La llegada de la plataforma FEM, liderada por la empresaria Elvira Vázquez –presente en el acto– ha supuesto reacciones de todo tipo en la avenida. Es justo decir que plataformas herederas del tejido asociativo más tradicional, pero con una amplia representatividad y reconocimiento en los barrios, se han entendido con más o más continuidad. Es el caso de la Asociación de Comerciantes del Paralelo y Poble-sec y la Coordinadora de Entidades del mismo barrio. Aunque todavía está por ver si este año celebrarán de nuevo la edición de la FEM Fiesta juntos. Ahora bien, la FEM, artífice de recuperar espacios como El Molino y El Barts o de atraer el Bar Tickets –un proyecto gastronómico de los hermanos Adrià– también tiene detractores, sobre todo entre los pequeños creadores.

Es el caso de la Asociación pro Teatro Olympia que centra su actividad en la búsqueda de espacios –públicos o privados– para actuar. “Antes teníamos un acuerdo con la FEM para poder aprovechar el escenario de El Molino, pero ahora cada vez es más difícil que los grandes teatros, la mayoría gestionados por la misma productora, cedan espacios para las asociaciones socioculturales como la nuestra”, explica Toni Oller, historiador y presidente de la entidad que reivindica más facilidades para montar escenarios en el espacio público, como se hacía antiguamente en la avenida. “Proponemos recuperar el Paralelo desde las entidades, desde los teatros y desde centros de creación artística, como el Institut del Teatre o las escuelas de música”, explica este historiador que anima a “crecer desde abajo”, tal y como se hizo –dice– el Paralelo. “La historia nos demuestra que el Paralelo no nació por una decisión municipal ni por un impulso privado, sino en contra de una decisión municipal: la ley de porches”, recuerda Oller, que destaca el pasado obrero de la avenida.

Con la adjudicación de las obras se reafirma el compromiso del Ayuntamiento de seguir empujando un proyecto que se inició con el estallido de la crisis económica. Ahora, la burbuja inmobiliaria ha cedido el paso a la burbuja turística y, en Barcelona, se van sumando las iniciativas público-privadas con un carácter cada vez menos participativo. Con el permiso de otros episodios nada despreciables –Castell de Montjuïc, Parc Güell, Bicing, Puerto de Barcelona y Ciutat Vella– la rehabilitación de la avenida del Paralelo vuelve a levantar el telón de la 'marca Barcelona'.

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