Manteros manifiestan su indignación en Barcelona tras la condena a prisión de dos vendedores
“¡Libertad Sidil!”. El grito de indignación por la encarcelación de Sidil Moctar ha vuelto a recorrer este jueves las calles de Barcelona. Por segunda vez en menos de un año. Pero esta vez con más amargura, si cabe, después que a principios de esta semana se conociera la condena a cinco años de prisión y expulsión del país por golpear a un agente de la Guardia Urbana para Moctar. Otro vendedor, C.S., también ha sido condenado por el mismo episodio a dos años y medio de cárcel.
“Queremos denunciar el racismo judicial que vivimos en este país. Esto parece el antiguo sistema judicial colonial. Para nosotros nada ha cambiado: la justicia tiene color”, ha destacado durante la marcha una de las mujeres del colectivo mantero, Fatu Mbaye; por primera vez, la marcha ha sido encabezada por mujeres, que han sido secundadas, a su vez, por decenas de miembros del colectivo mantero, así como por plataformas como Tras la Manta, Iaioflautes, Tanquem els Cies o miembros de la CUP de Barcelona.
La tesis sostenida por Mbaye en la lectura de un manifiesto del Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes (“la justicia tiene color”) se ha dado la mano con la denuncia del abogado de Moctar, Andrés García Berrio. Berrio lamentó –en declaraciones a este medio– los “componentes raciales” del texto. El colectivo de vendedores hace meses que critica los tintes racistas de las decisiones legales y políticas que le atañen.
“La policía nos sigue tratando como animales porque defienden a sus jefes y a los políticos”, ha zanjado Mbaye, entre vítores de los vendedores ambulantes, poco antes de emprender el camino hacia las Ramblas de Barcelona, un terreno conflictivo para los vendedores.
“Seguiremos resistiendo y saltando las vayas mientras nos priven de nuestros derechos. Sidil no era radical, la sentencia sólo busca intimidarnos”, ha destacado uno de los portavoces del Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes, Aziz Faye, que ha recordado durante el recorrido de la protesta –transcurrida sin incidentes– la campaña iniciada en todo el Estado por la despenalización de la manta. Una exigencia que también recogía la cabecera de la manifestación.
Los manteros han reiterado durante la marcha que “no quieren problemas”. Antes del inicio del descenso por las Ramblas, cortando la boca de la calle de Pelai, los vendedores han criticado –micrófono en mano– la persecución que ellos reciben “a diferencia de la clase política”. “Sidil en prisión y ellos [políticos] libres”, han espetado los vendedores, antes de concluir ante el Ayuntamiento de Barcelona. Una nueva marcha por Moctar que, esperan, “sea la última”.