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El voto contrario del PSC a la declaración de soberanía provoca una grave crisis interna

El voto contrario del PSC a la declaración abre una crisis en el partido

Jordi Mumbrú

Barcelona —

Ha empezado el pulso. La decisión del primer secretario del PSC, Pere Navarro, de votar en contra de la declaración de soberanía y de negar la libertad de voto a sus diputados ha encendido la mecha. Desde hace tiempo, dentro del partido existen varias corrientes, algo que para algunos es “pluralidad” pero para otros es un polvorín.

No es fácil determinar las distintas familias internas pero cada vez se van definiendo más claramente dos grandes corrientes: el aparato (encabezado por Pere Navarro y muy cercano al PSOE) y los críticos, agrupados principalmente dentro del movimiento Avancem y dispuestos a llegar más allá en democracia interna pero también en las aspiraciones nacionales catalanas. Desde hace tiempo existe cierta tensión pero hasta ahora se habían mantenido las formas. Incluso Navarro ha acudido recientemente como invitado a un acto organizado por Avancem.

Pero la votación de ayer, en la que cinco diputados socialistas desobedecieron las órdenes de Navarro, podría poner punto y final a la convivencia. Los diputados que decidieron no votar, cercanos o miembros de Avancem, recibieron en seguida el apoyo de destacados militantes y la red se convirtió rápidamente en un hervidero de quejas, artículos críticos con Navarro y amenazas de romper el carné.

“Nunca me había sentido tan lejos del partido que he mirado de representar durante treinta y tres años. Error táctico, estratégico, ideológico y político” dijo en un tuit Joaquim Nadal. Montserrat Tura también disparó: “Nunca un primer secretario del PSC había roto tantos puentes construidos para integrar el pensamiento progresista y catalanista como Pere Navarro en un año”. Se sumaron a las críticas otros militantes y algún exalcalde y también algunas agrupaciones como la Ejecutiva de Granollers.

El efecto dominó se detuvo por la noche pero hoy todas las miradas buscarán gestos, palabras y cualquier detalle que pueda dar a entender que se ha roto una relación que ya no tiene solución. “Todo es reparable”, dijo Joan Ignasi Elena, líder de Avancem, tras salir del hemiciclo. Pero todo está por ver.

La declaración soberanista también encendió un fuego dentro de la federación de CiU, que durante el martes vivió un cruce de acusaciones internas de todo tipo a través de Twitter. Ayer miércoles las partes implicadas quitaban importancia al enfrentamiento y parecía que el tema había quedado olvidado.

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