Las guarderías barcelonesas presentan una enmienda al modelo impuesto por CiU en la educación infantil. Por medio de una Iniciativa Ciudadana -lo que sería una ILP a escala municipal-, la PlataformaBCN03 empieza un pulso contra el Ayuntamiento comandado por Xavier Trias para tumbar su programa de guarderías, que pasa por la externalización del servicio, es decir, por el concierto. Además, pretenden recuperar las ratios previas a la crisis y la totalidad de las horas de apoyo de los educadores, ahora recortada.
Para hacer efectiva su propuesta, la plataforma de defensa de la educación de 0 a 3 años, que cuenta con el apoyo de decenas de entidades, colectivos y formaciones políticas locales, entregará oficicialmente este miércoles las más de 25.000 firmas necesarias que han recogido para que la Iniciativa pueda seguir adelante. Aunque luego será el pleno del Ayuntamiento quien deberá aprobarla, los promotores, por boca del portavoz Andreu Negre, apelan a los políticos para “recuperar el carácter plenamente educativo y público de esta etapa”.
En la última década el Ayuntamiento de Barcelona, en manos del PSC, llevó a cabo una política expansiva de construcción de guarderías públicas. A finales de los 90 sólo cubrían el 20% de la demanda, mientras que ahora satisfacen más del 50%. Pero CiU siempre se mostró partidaria de los conciertos en estos centros, y cuando Trias entró en el gobierno local, tras calificar la red de guarderías de “bomba de relojería” para las arcas municipales, anunció inmediatamente el cambio de modelo: el Ayuntamiento se encarga de construir el centro y fijar los precios, pero la gestión recae sobre operadores privados.
Desde entonces ya son tres -Jaén, Caspolino y Patufets de Navàs- las guarderías concertadas abiertas por el Ayuntamiento. Por eso, desde la PlataformaBCN03 se fijan como principal objetivo recuperar “la gestión directa de los centros”, según cuenta Negre. “No somos conscientes del peligro que supone dejar en manos privadas una etapa tan crucial de la educación”, añade, pensando sobre todo en que las empresas buscan siempre rendimiento económico.
La Iniciativa Ciutadana también contempla que Trias de marcha atrás en sus recortes en el sector, aunque el Ayuntamiento barcelonés, dada la salud de que gozan sus arcas, es de los consistorios catalanes que menos ha recortado en guarderías. Aún así, ha aumentado las ratios de 7 a 8 alumnos en las aulas de lactantes, de 10 a 12 en la etapa de 1 a 2 años, y de 18 a 20 en los espacios de 2 a 3 años. “Más allá de los números, esto supone un gran esfuerzo para el educador y un lastre para la calidad educativa”, sostiene Negre.
El otro recorte que impugna la plataforma es la reducción de horas de los educadores de apoyo, que sirven para reforzar el trabajo durante la hora de comer y de descanso, “uno de los momentos más importantes de aprendizaje de los niños y niñas”, defiende ahora Judith Cucala, educadora y también miembro de PlataformaBCN03.
Las quotas, un 10% más elevadas, y todavía más en los nuevos centros
Aunque no forma parte del cuerpo principal de la iniciativa popular, una de las grandes polémicas de las guarderías barcelonesas es su precio, para algunas familias demasiado elevado debido a su precaria situación económica. El paso por la educación infantil, además favorecer los resultados de los alumnos en el futuro y de garantizar su socialización, contribuye también a la conciliación laboral de las familias, aunque en Barcelona no todas pueden permitírselo, todavía menos con la subida este curso de un 10% de las cuotas. Este curso se han incrementado en 27 euros mensuales, hasta llegar a 296,3 euros al mes, servicio de alimentación incluido. Pero en las tres nuevas guarderías de gestión indirecta el coste es aún mayor, de 319,2 euros, aunque desde el consistorio se escudan en que esto se debe a que ofrece más horas de servicio.
El Ayuntamiento de Barcelona, ante la subida de cuotas, defiende que su política de becas cubre a las familias más necesitadas, y se compara con otros municipios para demostrar que en su caso el recorte de la Generalitat, de un 50% en la partida de guarderías, no ha recaído en las familias, sino que lo ha asumido el consistorio en su parte de financiación. Sin embargo, este fin de semana el periódico El País revelaba que los centros no se han llenado: de 7.926 plazas solo hay 7.598 niños matriculados.