“¿Te puedo decir en tres minutos que tienes un cáncer de colon y que la próxima semana te operamos?”, pregunta el doctor Antoni Duran, delegado de Metges de Catalunya en el Hospital de Palamós para ejemplificar la presión asistencial que sufren los médicos de este centro donde él trabaja. Los médicos están cansados, dicen, de que no se escuchen sus demandas y por ello han decidido convocar una jornada de huelga de cuatro horas una mañana, un día que todavía está por decidir pero que apuntan será entre el 14 y el 18 de marzo. Duran ha informado de que ya han comenzado las gestiones pertinentes para llevar a cabo esta movilización.
Desde hace años los facultativos piden a la gerencia una mejora de sus condiciones laborales, que se han deteriorado en los últimos años, para solucionar los problemas de presión asistencial y precariedad laboral que sufren. Problemas que como explican, afectan la calidad de la asistencia y al día a día de los profesionales. Es por eso que la semana pasada, en un encuentro de médicos de este centro del Baix Empordà, los profesionales decidieron, con un 69,3% de los votos a favor convocar una huelga de trabajo de cuatro horas. “Estamos cansados”, confesó el delegado de Metges de Catalunya del Hospital de Palamós en declaraciones a Catalunya Plural.
La reestructuración del modelo de transporte sanitario, hace tres meses, ha sido para ellos “la gota que ha colmado el vaso”. La falta de respuesta por parte de la dirección les ha llevado también a recurrir a los tribunales para pedir lo que, según dicen, ya está acordado en el convenio de trabajo de la sanidad concertada catalana.
“Hay compañeros que han marchado a causa de esta situación”, explica Duran. De hecho, según dice, dos médicos de urgencias que trabajaban en el SEM (Sistema de Emergencias Médicas de Catalunya) se fueron desde la reforma del transporte sanitario. También lo hizo una ginecóloga, según explica, porque prefirió ir a trabajar a la privada. Y por último lo hará una pediatra, que, según explica Duran, decidió que se iría tras la presión vivida a raíz del brote de bronquiolitis en diciembre. “Los pediatras pedían refuerzos para las tardes y el jefe del servicio les respondía que no eran capaces de aguantar la presión asistencial, cuando tenías niños esperando entre cuatro y cinco horas para ser atendidos”, reivindica Duran. La marcha de profesionales que hace muchos años que trabajan en el centro y que se han formado allí es una de las consecuencias de las condiciones que sufren los médicos.
“A veces se añaden enfermos en las listas de visitas y con los tiempos que nos quedan es imposible pasar visita, acabas haciendo esperar al enfermo y trabajando una hora más”, se queja Duran. Aparte de esta sobrecarga de pacientes explica que en algunas especialidades hay realmente una falta de especialistas. Es el caso de los radiólogos, que explica, deben correr entre prueba y prueba para tener tiempo para llegar a todo. “Esto tiene el riesgo de que se nos pase por alto cosas al momento de hacer el diagnóstico, no digo que pase pero podría pasar. Y si pasa, ¿es por qué al médico se le ha pasado o por la presión asistencial que tiene este profesional que debe llegar a todo y no puede?”, reflexiona. Y dice que para algunas especialidades la segunda visita tiene un tiempo de espera de un año, como es el caso de reumatología.
Otro de los problemas añadidos desde que llega la crisis y de que el CatSalut empiera a pagar menos a los centros concertados, es el cambio a la hora de establecer las guardias. Hasta el 2011 los cirujanos y traumatólogos mayores de 50 años dejaban de hacer guardia, tal como indica el convenio de los trabajadores, pero por culpa del envejecimiento de la plantilla y que no se contratan personas nuevas, la dirección del centro decidió que a partir de los 50 años también deberían hacer guardias, pero serían de localización. Es decir, en las horas de guardia los médicos están en casa, pendientes de si los llaman para ir al hospital. Como estas pueden llegar a hacer hasta cuatro cada mes.
“Tengo 59 años, mi capacidad mental a las cuatro de la mañana no es la misma que la de un joven de 30. Hay días que a las once de la noche estoy durmiendo. La capacidad intelectual de una persona cansada no es la misma”, describe Duran. Para este cirujano, el hecho de tener que seguir haciendo guardias con esta edad conlleva estar ligado de por vida con el hospital. Además, asegura que el hecho de que sean localizadas y no físicas hace que se pierda calidad asistencial porque el médico no está allí al momento en que se le necesita, puede tardar hasta 30 minutos.
En el caso de los pediatras y los médicos interinos se decidió mantener la idea de aplazar las guardias a partir de los 50 años pero decidieron que estas se pagarían diferente, menos horas contabilizarían como guardia y se pagarían pues como horas ordinarias, por tanto los profesionales cobran menos por guardia realizada.
“En 2014 un urólogo, también afectado por el tema de guardias localizadas, lo planteó a la dirección, no le hicieron caso y lo llevamos a juicio, aunque estamos pendiente de la sentencia”, explica Duran.
Por todo ello, la primera demanda que hacen estos médicos es que la gerencia acceda a repasar todos los servicios, planta por planta, para ver el problema de sobrecarga y mostrar voluntad para solucionarlo.
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