La reforma laboral ha supuesto que muchas empresas y patronales se hayan negado a negociar renovaciones de convenios colectivos. Esto ha traído como consecuencia que muchos trabajadores perdieran derechos adquiridos en negociaciones anteriores. La administración catalana, con la Generalitat al frente, es quien más se ha aprovechado de esta posibilidad: seis de los siete convenios que en Cataluña han quedado sin efecto están relacionados con la administración autónoma, según se desprende del análisis sobre la negociación colectiva en Cataluña presentado por el secretario general de CCOO, Joan Carles Gallego y José Cachinero, secretario de Acción Sindical de la central.
Durante el año pasado unos 100.000 trabajadores catalanes han visto como el convenio al que estaban adscritos perdía su vigencia. De la cifra total, unos 60.000 empleados estarían vinculados a la Red de Hospitalaria de Utilidad Pública, un conjunto de centros sanitarios que, a pesar de trabajar casi en exclusiva para la administración sanitaria pública catalana, se rige por convenios de empresa. La patronal de este ámbito, amparándose en la reforma laboral aprobada por el PP y CiU, no ha renovado los acuerdos laborales, lo que perjudica salarialmente y en otras condiciones de trabajo a sus empleados.
Uno de los efectos añadidos de la reforma laboral es que como consecuencia de la ley, entre un 10% y un 15 % de los trabajadores no tienen actualmente la protección del convenio.
Gallego explicó en rueda de prensa una nueva situación que se produce a pesar de que el convenio no pierda su vigor: “puede que se mantengan las condiciones de los años pasados, pero lo que pasa es que no se puede volver a negociar un incremento de salarios”, aseguró el líder de CCOO.
Fruto de la ralentización que se detecta en la negociación colectiva en Cataluña es el menor crecimiento de los salarios. Por tipo de convenio los que creciendo menos en salarios son los que tienen su ámbito más pequeño. Los de empresa, por tanto, tienen aumentos de salario menores que los de sector. Sin embargo, los salarios en Cataluña han crecido un poco más que en el conjunto del Estado español.
Ante la situación negativa marcada por la ley, Gallego destacó que la acción sindical ha permitido que la mayoría de los trabajadores catalanes mantengan viva la negociación colectiva.
José Cachinero destacó que la negociación colectiva que se mantiene es la sectorial, mientras que la correspondiente a las empresas es la que cae de forma importante. Este efecto se debe, según el sindicalista, al hecho de que pactar unas condiciones mínimas en el sector es un mecanismo para garantizar una cierta competencia entre empresas. De lo contrario, si se deshiciera totalmente este equilibrio y se dejara que cada empresa hiciera lo que le pareciera, sería un desastre, afirmó.