El Diari del Treball es un blog con voluntad de reflejar, tanto desde la información como la opinión, la lucha por preservar los derechos laborales y económicos que la crisis pone ahora en peligro. El blog está coordinado por el periodista Tomeu Ferrer.
“Después de la asamblea de Sant Medir se recogieron 10.000 firmas pidendo libertad sindical”
Entrevista a Josep Maria Folch, fundador ahora hace 50 años de CCOO de Catalunya, que recuerda que después de la asamblea la policía detuvo a la Comisión Obrera Central porque se había infilitrado en Sant Medir
“Al principio nos organizamos gente de procedencias diversas que queríamos poner en marcha el movimiento obrero”
“Hasta que encontramos la parroquia de Sant Medir fuimos a varios locales religiosos pero quedaban pequeños”
El 20 de noviembre de 1964, hace 50 años, unos 300 trabajadores fundaron en la iglesia de Sant Medir de Barcelona lo que serían las Comisiones Obreras. Una de estas personas es Josep Maria Folch, un operario especializado de la empresa de motos Montesa que tiene recuerdos muy claros de aquella época que le costó personalmente cinco años de exilio.
Josep Maria Folch vive en el mismo piso de siempre, en la Guineueta, en Nou Barris en el corazón obrero de Barcelona, donde se reunía con compañeros para organizar a los trabajadores. Escuchándolo se ve el temple de aquellas personas que sólo con las armas de su convencimiento pusieron en marcha una de las organizaciones que más hizo para derrotar al franquismo y para defender a la clase trabajadora.
Explique el ambiente que se vivía en el movimiento obrero en 1964, ¿donde trabajaba?
Yo trabajaba en Montesa, en el Poble Nou, en la calle Pamplona. A finales de 1958 creamos una comisión obrera en la fábrica porque nos llegaban noticias de Asturias y el País Vasco que decían que los trabajadores se organizaban en comisiones cuando tenían problemas. Pero eran unas comisiones atípicas, se creaban para solucionar un problema y cuando se había hecho se disolvían. En 1962 Montesa se traslada a Esplugues de Llobregat y allí organizamos una comisión más seria.
¿Usted tenía entonces algún tipo de militancia política?
En aquel momento yo era miembro del PSU de Cataluña. En 1963 me vino a ver José Salas, que era dirigente del partido y me animó a implicarme como trabajador en la lucha. Hicimos reuniones con otros compañeros y al final me dio la responsabilidad de ser el responsable del movimiento obrero en Cataluña sustituyendo a Pere Ardiaca que estaba en la cárcel. Unos meses más tarde fui a Francia donde conocí la plana mayor del partido, con Gregorio López Raimundo entre otros, lo que me hizo asumir con fuerza la responsabilidad.
¿Erais sólo gente del partido o había otras personas?
Éramos gente diversa. Cuando volví de Francia me reuní con Josep Pujol, que era del Movimiento Socialista de Catalunya (MSC), el PSU entonces quería organizar a los trabajadores en una entidad que se llamaba Oposición Sindical Obrera (USO) donde cabía todo el mundo. Eso a mí me dio la idea de hacer movilizaciones conjuntas.
¿Qué eran en aquel tiempo movilizaciones conjuntas?
Muy sencillo, di la consigna de que los viernes a las siete y media nos encontráramos a las puertas de la sede del sindicato vertical, en Via Laietana. Pujol y yo pasamos el aviso a las fábricas donde teníamos gente conocida.
¿Como era esta convocatoria, que debía hacer de viva voz?
Se quedó viernes 2 de octubre a las siete y media de la tarde a las puertas del sindicato vertical, pero si no nos podíamos reunir o pasaba algo, al cabo de quince días había que repetir la acción.
¿Y se pudo hacer?
El 2 de octubre no pude ir, pero me explicaron que había muchísima gente paseando arriba y abajo de Via Laietana. En la próxima convocatoria sí fui y me dirigí a los que paseábamos y subimos al edificio. Quisimos reunirnos, pero no nos dejaban y al salir, a las puertas un compañero nos dijo que tenía un lugar seguro donde reunirnos.
¿Fue en Sant Medir?
No, fue a una iglesia de Hospitalet donde nos encontramos al cabo de 15 días, y ya éramos por lo menos 30 personas representantes de las fábricas más importantes de Barcelona. Como no cabíamos la próxima cita se hizo en la Iglesia de San Miguel de Cornellà, donde su párroco, que se llamaba Clapés, nos recibió con los brazos abiertos. Allí hicimos varias reuniones e hicimos también el esquema de lo que queríamos.
Y cuál era su intención?
Proponer una gran asamblea en la que se escogiera una comisión obrera central que fijara unas reivindicaciones mínimas ..
¿Cuáles eran?
Pues las que se aprobaron: un salario mínimo de 200 pesetas diarias, escala salarial móvil, derecho de huelga y libertad sindical.
¿Y eso es lo que se planteó en la asamblea de Sant Medir?
El 20 de noviembre de 1964 nos reunimos 300 personas, allí se lanzó lo que habíamos discutido antes, se constituyó una comisión obrera central formada por: Josep Coscubiela, Joan Folch, Pedro Rica, Luis Moscoso, Joan Navarro, Ángel Gracia, ángel Doménech, y el Alcázar, que le hemos perdido la pista y yo mismo.
Los cuatro puntos decididos se acordó que se pondrían en un manifiesto y que se recogerían firmas para llevarlas en manifestación al sindicato vertical.
Y el próximo paso, ¿cuál fue ?.
El mes de febrero se hizo otra asamblea no tan grande, y Joan Folch, encargado de recoger las firmas dijo que teníamos unas 10.000. El encabezamiento del documento lo había hecho Francesc Casares, el abogado socialista.
¿Con las firmas fuisteis al sindicato vertical?
Claro, se convocó una manifestación para llevar las firmas el 23 de febrero y si fallaba se convocaba otra marcha para el 16 de marzo.
¿Iban fuertes ...?
Si, piense que en esta misma mesa, con dos representantes católicos, del MSC, tres compañeros comunistas, mi mujer y yo redactamos una octavilla convocando a la manifestación. Por cierto que ella fue la que nos dijo que teníamos que incluir a las mujeres. Y así lo hicimos.
Cuántos ejemplares imprimieron
Para repartir por Barcelona hicimos unos 70.000 y lo hizo el aparato del PSUC. Las fuimos a buscar en taxi, eran dos cajas grandes. Las recogieron el Folch y Gracia, y como abultaban mucho las llevamos a la iglesia de San Miquel de Cornellà. Se lanzaron las octavillas y
entonces vino la primera caída, es decir, la detención de la comisión obrera central
-Muestra un libro que reproduce un atestado de los policías franquistas, los hermanos Creix- Aquí lo pone todo punto por punto. Los detuvieron a todos menos a me Pujol y mí.
¿Ustedes estaban escondidos?
Pasaron unos días después de las dos manifestaciones, y los abogados laboralistas: Josep Solé Barbera, Josep Benet y Salvadores, nos decían que volviéramos a trabajar. Josep Pujol volvió a Montesa y no le hicieron nada.
Yo estaba escondido pero tenía el compromiso de ir a Montserrat para hablar con el Abad para pedir que intercediera para Justo López de la Fuente, que estaba encarcelado y muy enfermo. Sea como sea, yo finalmente no fui a Montserrat, y fue Pujol y tuvo que salir del monasterio a escondidas para que la policía la había seguido.
¿No lo ha explicado, pero como fue que detuvieron la comisión obrera central?
Muy fácil, la policía se infiltró en la reunión de Sant Medir el 20 de noviembre. Lo sé porque yo dije a los compañeros que dentro de la iglesia se agruparan por fábricas, y hubo gente que no conocía a nadie, eran los policías ..
Estabais huido, pero un compañero, Pujol había vuelto al trabajo?
Si, fue un gran debate. El abogado Solé Barberà primero quería que volviera al trabajo, pero luego fue él quien me aconsejó que no lo hiciera, que me escondiera. Así que envié una carta a Montesa en la que de una manera un poco directa pedía un año de excedencia debido a la persecución política. La misiva la llevó mi mujer en mano a Pedro Permanyer, el empresario, que la intentó convencer, pero al día siguiente detuvieron a Pujol.
¿Qué significaba aquella detención?
Pues que la policía estaba esperando que yo volviera y al ver que no lo haría lo detuvieron a él. Y fue muy duro, lo llevaron a la cárcel siete meses y yo me pasé cinco años en el exilio.
¿Y cuando volvisteis en 1970?
Si jugué un papel en la formación de CCOO después puedo decir que no conté para nada, todo estaba muy bien montado y organizado. Yo tuve que buscar trabajo en una pequeña empresa. Solé Barberà me había aconsejado que no me destacara. Tenía la suerte de tener una buena preparación profesional, soy maestro industrial mecánico. En Montesa era encargado.
Entonces CCOO estaba muy perseguida..
Si, porque era ilegal pero no clandestina y estaba muy a la vista y lo primero que hacían era detener gente del sindicato.
¿La política tenía un papel en CCOO?
Aunque yo era del PSUC, debo decir que no, la idea era que los trabajadores nos uniéramos más allá de la ideología de cada uno. Dentro había comunistas, socialistas, anarquistas y finalmente incluso falangistas vinieron, pero nadie hablaba de su ideología. Hasta muchos años después no intervinieron las ideologías para intentar controlar el movimiento.
¿Su idea era que CCOO fuera un sindicato más o que agrupara al conjunto de los trabajadores?
Hombre, yo soñaba que fuera un sindicato que agrupara a todos los trabajadores por encima de sus ideas, pero finalmente no pudo ser.
Y con la perspectiva, cree que se cumplió con sus ambiciones?
Visto desde la actualidad, comisiones obreras ha cumplido su misión. No ha llegado hasta donde los fundadores queríamos pero sí ha jugado un papel muy importante dentro de España y de Cataluña.
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