La lista es larga. Quizás quien más llama la atención es el sector del metal de Barcelona, con unos 250.000 empleados, pero día a día las convocatorias se extienden a otras ámitos. El último, el transporte de mercancías por carretera de la provincia de Barcelona. Antes ya se había sumado el transporte de mercancías por carretera de Girona y el de Tarragona. En otro plano, por ejemplo, ha convocado paro también el sector del ocio educativo.
Esta es sólo una muestra de todas las movilizaciones que quedarán aglutinadas el próximo 23 de junio. CCOO y UGT decidieron convocarla para desbloquear los convenios colectivos. El objetivo es detener la ofensiva de la patronal que, según los líderes sindicales, pretende una desregulación masiva de las condiciones salariales y laborales. Esta conjunción de protestas y huelgas el día 23 podría considerarse, según reconocen desde los sindicatos catalanes, el ensayo de una próxima jornada de huelga general.
En Barcelona también ha convocado huelga el comercio textil, con marcas como Furest, Venca, Cortefiel y Mango, que detendrán su actividad si las patronales siguen resistiéndose a iniciar negociaciones, según afirman los máximos dirigentes de los dos principales sindicatos catalanes. Por el mismo motivo, debido a la falta de avances en la negociación, han convocado huelga empresas tanto significativas como Cementos Molins.
Además de los paros, las organizaciones sindicales quieren trasladar a la calle su indignación. Se han convocado manifestaciones en Terrassa, Sabadell y Mataró, además de Barcelona. En Terrassa, ante la sede de la patronal CECOT, en Sabadell, una concentración a las 12 h delante del Centre Metal · lúgic, y en Mataró, a las 12 h un encuentro y silbido ante la sede de la patronal FAGEM (Federación de Asociaciones y Gremios Empresariales de Barcelona). Otras concentraciones ya definidas tendrán como escenarios Vic y Granollers. También habrá marchas en Lleida y Tarragona.
Unos 800.000 trabajadores afectados
Actualmente unos 150 convenios de ámbito catalán y unos 100 de ámbito estatal con afectación en Cataluña están en estado de negociación. Esto afecta a unos 800.000 empleados de Cataluña. Si no se renueva todo el contenido de los convenios colectivo-el plazo es el 7 de julio-perderán vigencia. Esto quiere decir que los salarios se podrían fijar en el mínimo interprofesional, de 645 euros al mes, y las condiciones de trabajo serían las que fija el Estatuto de los trabajadores. Todo lo que se había negociado y conquistado durante décadas podría perderse desde el punto de vista laboral.
Los sindicatos temen que detrás de la negativa patronal haya el deseo no sólo de bajar los salarios de forma masiva sino de conformar unas relaciones laborales individualizadas, lo que supondría una herida de muerte para el sindicalismo.
Para calentar motores y conseguir el máximo de compromisos, el 16 de mayo hay convocada una asamblea de delegados que supondrá el pistoletazo de salida de la protesta. Sin embargo, los líderes de CCOO y UGT han planteado esta batalla en clave de un enfrentamiento de larga duración-de entrada hasta el 7 de julio, cuando deberían estar renovados la mayor parte de los convenios-pero después, si no se consigue que las patronales aflojen, la inestabilidad laboral se mantendrá hasta confluir en el mes de diciembre, cuando está prevista una nueva tanda de finalizaciones de convenios.