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La familia de Jasvir respira tranquila al aplazarse indefinidamente su desahucio

Hospitalet de Llobregat. La familia de Javir iba a ser deahuciada esta mañana pero el desalojo ha sido pospuesto. Javir vive con su mujer, sus tres hijos y sus padres en el barrio de la Florida, en Hospitalet de Llobergat. Todos dependen del su salario de media jornada de camarero / Edu Bayer

David Guerrero

L'Hospitalet de Llobregat —

Jasvir y su familia miraban por la ventana de su pequeño piso de l’Hospitalet de Llobregat desde primera hora de la mañana. Inquietos y nerviosos, reconocían no haber dormido nada durante toda la noche. Han respirado tranquilos cuando la abogada ha llamado para confirmarles que se había aplazado el desahucio previsto para hoy, el día después de que los bancos anunciasen una moratoria de dos años para los casos de extrema necesidad.

A las puertas de su casa, los miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de l’Hospitalet celebran la noticia y le explican a la familia la decisión anunciada por los bancos y las negociaciones que se están llevando a cabo entre el Gobierno y el PSOE. A Jasvir le aparece una sonrisa en el rostro pese a la dureza del momento y empieza a recordar el camino que le ha llevado hasta el punto de estar a punto de ser desahuciado.

Jasvir se instaló con su mujer en el barrio de la Florida de l’Hospitalet en el 2005. Nacidos en el Punjab (India), habían estado en Alemania viviendo en malas condiciones y llegaron a España a principios de siglo buscando trabajo y papeles. Consiguieron ambas cosas fácilmente en aquel momento. También les fue fácil que les dieran una hipoteca años después. El banco Santander se la concedió por valor de más de 200.000 euros gracias a la intermediación de una agencia inmobiliaria que se encargó de hacer todas las gestiones. Él simplemente fue al banco y firmó. “No éramos conscientes de que nos estaban cobrando tanto dinero, necesitábamos el piso para vivir”, se justifica Jasvir en el salón, acompañado de toda su familia.

Todo fueron facilidades hace siete años pero desde entonces han cambiado muchas cosas: ahora tienen tres hijos, la grande, Angelica, hará seis años el próximo domingo; el mediano, Anjit, tiene cuatro años; y la pequeña, Aneesha, acaba de cumplir dos meses. Además, los padres de Jasvir viven con ellos desde hace dos años. Cuando la crisis empezaba a azotar a la familia, Jasvir se enteró de la muerte de su hermano, de 19 años, y tuvo que volar hasta su India natal para traerse consigo a sus progenitores. No tenían a nadie allí que se pudiera hacer cargo de ellos y el padre se ha quedado ciego y tiene alzhéimer.

La familia cumplió con sus pagos hasta hace dos años cuando la crisis hundió la empresa de construcción en la que trabajaba Jasvir y algunos clientes le dejaron a deber más de 20.000 euros. Al mismo tiempo, las mensualidades de la hipoteca que inicialmente eran de 700 euros ya superaban los 1.100. “No podíamos pagar ese dinero, intentamos devolver el piso pero el banco no lo aceptó y nos vimos obligados a dejar de pagar”, explica Jasvir apenado.

Actualmente, el único sueldo que entra en el pequeño piso es el de Jasvir, que trabaja a media jornada en un restaurante de Barcelona. Gana 600 euros y con ellos tira adelante a toda la familia. Con ese dinero, busca un piso de alquiler asequible que le permita pagarse un techo y alimentar las siete bocas que hay en casa. Por más que busca desde hace meses, no lo encuentra.

La notificación de la abogada aplazando el desahucio les ha vuelto a poner la sonrisa en el rostro después de días de nervios e incerteza. “Los niños no han ido hoy al colegio por lo que pudiera pasar”, indica la madre de los pequeños mientras corretean de un lado a otro del salón sin parar. Los padres tenían miedo de que sus hijos volvieran de clase y se encontraran con que no podían entrar a su casa.

Después de la llamada de la abogada que cambió los nervios por felicidad, la madre recuerda que el domingo es el aniversario de la hija mayor. Cumple seis años y de la pared cuelgan unas letras de “Feliz cumpleaños”. Lo podrá celebrar en su casa.

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