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La CUP modera su anticapitalismo para que Junqueras presente unos presupuestos “libres de Montoro”

La diputada de la CUP, Eulàlia Reguant

Oriol Solé Altimira

La CUP, socio prioritario del Govern para aprobar los presupuestos, ha presentado este jueves su propuesta para las cuentas catalanas de 2016. Los cupaires se han alejado de postulados de máximos anticapitalistas para empezar con buen pie las negociaciones con Junts pel Sí. Así, la CUP ha pedido cambios en el tramo autonómico del IRPF para aumentar su progresividad, tal y como acepta parcialmente ERC, o reformular el impuesto de patrimonio hacia un impuesto sobre las grandes fortunas como hizo Bildu en Gipuzkoa. Para que las cuentas impulsen el proceso independentista, los cupaires han pedido a Junqueras incluir impuestos creados por la Generalitat pero posteriormente suspendidos o anulados por el Tribunal Constitucional. El objetivo es que sean unos presupuestos “libres de Montoro”.

En un presupuesto que estará “secuestrado por la austeridad, la troika y el FLA” su negociación con el Govern supondrá “la gestión de las migajas de la misera”, en palabras de la diputada de la CUP, Eulàlia Reguant. La CUP ha asumido el marco de debilidad financiera de la Generalitat y también que tendrá que negociar las cuentas con un partido de centroderecha como Convergència. A pesar de este contexto, Reguant ha pedido a Junqueras unas cuentas “en las que Montoro no decida los ingresos y los gastos”.

Para lograrlo, la CUP quiere exprimir a fondo las posibilidades que da la limitada fiscalidad catalana con la modificación de los tramos “altos y bajos” del IRPF autonómico. Hasta ahora, Junqueras ha limitado los cambios en el impuesto sobre la renta a la reducción de la presión fiscal para rentas medias y bajas, pero ha evitado avanzar una subida de IRPF a las rentas altas (extremo que Convergència se niega a considerar).

La CUP también ha pedido cambios en el impuesto de sucsciones y donaciones, así como la creación de “algún nuevo impuesto con audacia política”, que Reguant no ha concretado. Para demostrar que son unos presupuestos “de ruptura” con el Estado, la CUP ha planteado a Junqueras que las cuentas incluyan impuestos suspendidos o anulados por el Constitucional, como el impuesto sobre depósitos bancarios, el de las nucleares o el de los pisos vacíos. “Los presupuestos tienen que ser aceleradores, desobedientes y al servicio de la ruptura, las clases populares y el proceso constituyente”, ha zanjado Reguant.

La conferencia de la CUP ha contado con la presencia de diputados de Junts pel Sí, Roger Torrent y Maria Senserrich, y el parlamentario de Catalunya Sí que Es Pot, Albano Dante-Fachin. También ha estado presente Josep Maria Jover, uno de los hombres fuertes de la conselleria de Junqueras, que prevé presentar las cuentas a finales de mayo o principios de junio.

Los representantes de las fuerzas políticas han tomado nota, por si no les había quedado claro durante las negociaciones de la investidura, del orgullo asambleario de la CUP. La diputada cupaire Pilar Castillejo ha avisado que los presupuestos se negociarán “bajando al territorio y con una toma de decisiones colectiva que no siempre se ajustará a la política de la inmediatez y de los 140 caracteres”.

En el plano de la deuda, uno de los aspectos que más preocupa a los anticapitalistas, Reguant ha reconocido las “dificultades para impagar a corto plazo” la parte “ilegítima” de los 72.000 millones de deuda de la Generalitat, pero ha pedido que Govern y Parlament reconozcan la “insostenibilidad” de la deuda de la Generalitat.

Después de este guante lanzado a Junqueras en forma de renuncia al impago inmediato de la deuda, Reguant ha pedido al conseller de Economía que evite las prácticas presupuestarias de su antecesor, Andreu Mas-Colell. El anterior titular de Economía justificó en el anterior presupuesto 2.183 millones de ingresos como pagos pendientes del Estado, pero en cambio en el documento enviado por la Generalitat a Hacienda aparecían como ventas de activos y privatizaciones.

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