La apuesta de Colau en las generales desbarata el plan de Iglesias para Catalunya
“Podemos, guión, lo que sea”. El pacto que Iglesias suscribió con ICV a las puertas de las elecciones autonómicas catalanas venía precedido por meses en los que Podem había intentado, sin éxito, construir su propia candidatura, siguiendo a pies juntillas la partitura emanada del congreso fundacional de Vistalegre, que imponía presentarse en las comunidades con su propia marca. Pero a Podemos en Catalunya le faltaban cuadros, organización de bases, candidatos y logísitica para la campaña, elementos que sí podía proporcionarle una ICV-EUiA mermada y que necesitaba pactar a toda costa.
El pacto bilateral Iglesias-Herrera respondía a interes de ambos y fue global. Acudirían a las elecciones catalanas con una marca propia y al Congreso de los Diputados bajo el nombre de “Podemos, guión, la marca catalana”. Podemos abría la mano y permitía que en Catalunya, un territorio difícil pero clave para llegar a Moncloa, su gente se pusiera a hacer un espacio político más amplio. Ese intento de espacio político nuevo fue Catalunya Sí que es Pot, a la que por fallarle le falló desde el nombre hasta el enfoque de campaña.
A tres meses de las elecciones generales y tras el rotundo fracaso de la marca, una papeleta donde ponga “Podemos - Catalunya Sí que es Pot” parece un suicidio. Sin embargo, la cúpula de Podemos aún pretendía hacer valer el pacto con ICV-EUiA, analizando que los problemas de las catalanas se debieron sobre todo a la fuerte polarización nacional de la campaña. El paso dado por los de Colau este viernes viene a desbaratar esta estrategia. Barcelona en Comú ha decidido, previa consulta con sus bases, implicarse en las generales, imponiendo sus propias normas.
La candidatura municipalista de Barcelona ha decidido ponerse a formar una candidatura “eminentemente ciudadanista” y con el objetivo de formar un grupo propio catalán en el Congreso. El correctivo a los planes de Podemos es evidente cuando, de los cuatro puntos aprobados por el plenario, tres hablan de “proyecto político soberano”, “candidatura dirigida con criterios propios” y que “no será una suma de siglas”. Todos ellos huyen de la forma establecida en el pacto bilateral entre las cúpulas de Podemos e ICV-EUiA y que tan pobres resultados cosechó el 27-S.
El grupo propio catalán como objetivo
Uno de los puntos que recogía el pacto entre Iglesias y Herrera era el de constituir un grupo catalán en el Congreso, algo que Podemos ya había aceptado para los de Beiras en Galicía. Pero tras las elecciones del 27-S, esta idea se disipó, habida cuenta de que el reglamento del Congreso obliga a tener un 15% de voto en las circunscripciones en las que una candidatura se presenta para permitir el grupo. Catalunya Sí que es Pot no logró superar la barrera del 15% en niguna de las cuatro provincias en las elecciones catalanas, y en Lleida y Girona inclusó quedó por debajo del 5%.
En la propuesta lanzada por los de Colau el objetivo del grupo propio ha vuelto a la primera línea. Barcelona en Comú está abierta a negociar con todos los agentes políticos catalanes, prioritariamente con ICV-EUiA, Podemos y Procés Constiuent, que forman parte de su confluencia en Barcelona, pero el grupo propio es irrenunciable, según lo acordado.
Pese a todo, el reglamento del Congreso se blinda ante la posibilidad de que un mismo partido quiera formar dos grupos con diputados del mismo partido. Según el artículo 23 de la Cámara “no podrán formar Grupo Parlamentario separado los Diputados que, al tiempo de las elecciones, pertenecieran a formaciones políticas que no se hayan enfrentado ante el electorado”. Esto significa que Podem debería constituirse como partido separado de Podemos si quiere formar parte de la candidatura que impulsa Colau.
Oportunidad de Ahora en Común
Una cuestión que está en el aire es la anomalía de que los electores catalanes no puedan votar a la candidatura de Alberto Garzón algo que, según el pacto suscrito entre Podemos y EUiA, referente de IU en Catalunya, sucedería el próximo 20 de diciembre. Garzón participará en el espacio de Ahora en Común, una iniciativa que se mira en el espejo de las confluencias municipalistas y con las que el candidato de IU ha intentado por todos los medios la confluencia de su organización con Podemos, sin éxito.
La apuesta de Colau para las generales tiene como objetivo indisimulado abrir el partido de Iglesias, introduciendo en Catalunya protagonismos que se escapen de su control. El poder de Barcelona en Comú en el ámbito catalán se prevé importante, y el hecho de que busque una confluencia sin siglas da espacio a Ahora en Común, que podría intentar que Catalunya fuese el primer lugar donde Garzón e Iglesias se encontrasen apoyando a las mismas siglas, como ya pasó en las elecciones catalanas.