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ERC tiende puentes con los comuns en Catalunya con el apoyo a la moción de censura de Iglesias

Pablo Iglesias e Irene Montero conversan con el diputado de ERC Joan Tardà minutos antes del inicio del debate de la moción de censura

Arturo Puente

“La hegemonía de las izquierdas en Catalunya nos la estamos jugando estas semanas. Os pedimos que seáis tan nobles con nosotros como nosotros lo hemos sido con vosotros”. El mensaje que Joan Tardà introdujo en el discurso con el que anunció el apoyo de ERC a la moción de censura planteada por Unidos Podemos no deja lugar a dudas sobre las intenciones de los independentistas: dejar atrás la guerra que en los últimos meses han tenido con los comuns en Catalunya y sumar apoyos al referéndum.

Como se esperaba, el grupo catalán se ha convertido en el principal apoyo a la investidura de Pablo Iglesias fuera del grupo morado. De los 82 síes cosechados por la propuesta, 9 fueron de los independentistas catalanes. Una posición que el candidato, Pablo Iglesias, agradeció a Tardà, recordándole que Podemos defiende el derecho a decidir en el Congreso. “Estoy orgulloso de apoyaros”, había asegurado Tardà durante su intervención.

El líder de Catalunya en Comú, Xavier Domènech, ha recogido este miércoles el guante lanzado por Tardá el martes asegurando que en Catalunya existe la posibilidad de “construir una mayoría más justa”. Sin embargo, Domènech ha marcado como condición para hacerlo que está alianza se haga “más allá de las hojas de ruta” y con base en procesos constituyentes en todo el Estado.

Pasada la votación, Gabriel Rufián, de ERC, ha mostrado su apoyo a la portavoz Irene Montero, víctima de los ataques personales dirigidos desde la tribunal por el portavoz del PP, Rafael Hernando.

El idilio representado entre Esquerra y Podemos en el Congreso, donde los diputados Rufián y Tardà mantienen buenas relaciones con los diputados morados, se parece muy poco a la relación que ambos partidos mantienen en terreno doméstico. En Catalunya, la gestión del Govern de la Generalitat y la del Ayuntamiento de Barcelona, ocupado por unos y por los otros respectivamente, ha provocado durante los últimos meses multitud de reproches cruzados y una enemistad manifiesta.

Entre los conflictos más agrios que han protagonizado ambos partidos en el terreno municipal, el pasado mes de abril en el equipo de gobierno de Colau sentó especialmente mal que ERC votara en contra de rescindir el contrato de las obras del túnel de Glòries. Por su parte, los de Oriol Junqueras echan en cara a los comuns su actitud en el Parlament, donde Catalunya Sí Que es Pot ha ejercido una de las oposiciones más implacables al Govern, con enmiendas a la totalidad en los dos proyectos presupuestarios que ha presentado.

Pero si alguna cosa ha divido a comuns y republicanos en los últimos meses, esa ha sido la postura ante el referéndum. En el turbulento periodo entre las últimas dos elecciones generales, Xavier Domènech acusó recurrentemente a ERC de haber dejado atrás el referéndum, ya que los independentistas no lo llevaban en el programa electoral de las últimas elecciones catalanas ni lo defendían hasta el mes de septiembre.

Sin embargo, desde el anuncio del “referéndum o referéndum” del Govern, ERC ha apretado las clavijas a los comuns para que se sumen a una votación sin el acuerdo del Estado. Pese a todos estos desencuentros, una vez anunciado el referéndum para el próximo 1 de octubre, ERC quiere acabar con el cruce de dardos.

El apoyo sin condiciones concretas prestado este miércoles a la iniciativa de Podemos es explicado en el partido como una muestra de buena voluntad con uno de sus espacios más próximos –y por ello con uno de los que tienen más competencia– y en una óptica netamente favorable a la autodeterminación.

Pero la actitud mostrada por el partido republicano desde el atril del Congreso no es la única razón que explica su apoyo a la moción de censura. En el partido se ha extendido desde hace un tiempo la sensación de que es necesario utilizar su presencia en instituciones distintas de la Generalitat para diferenciarse de sus socios del PDECat. Si los exconvergentes han explicado su abstención aduciendo que en sus reuniones previas Podemos no había definido su programa, ERC ha preferido hacer un canto a la unidad de la izquierda “contra el régimen del 78”.

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