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Gemma Ubasart: “Nunca antes un partido con opciones de gobierno había defendido el derecho a la autodeterminación”

Gemma Ubasart, secretaria de Plurinacionalitat de Podemos i aspirant a la Secretaria General de Podem / ENRIC CATALÀ

Jordi Molina

Barcelona —

Gemma Ubasart (Castellar del Vallés, 1978) acaba de confirmar lo que era un secreto a voces: Será candidata a la Secretaría General de Podemos en Catalunya. El líder indiscutible de la formación, Pablo Iglesias, le ha depositado la confianza desde el primer minuto para articular el brazo catalán de su formación. Pero no sólo eso. Uno de los principales retos de la también secretaria de Plurinacionalidad es abrir una alternativa que supere la corriente independentista y que, a la vez, rompa con el federalismo clásico y la España recentralizadora. Hablamos con ella en un bar del barrio de Sants de Barcelona sobre el efecto que puede tener la irrupción de Podemos en relación con el proceso soberanista.

Con los órganos de Podemos Barcelona constituidos, ahora toca Catalunya. ¿En qué punto está su articulación?

Pues en pleno proceso de constitución. De hecho, al igual que en todas las comunidades autónomas del Estado. Ahora nos toca elegir al Consejo Ciudadano y el Secretario General de cada territorio, que son nuestros órganos de dirección.

Te presentas como Secretaria General. ¿Esto quiere decir que, si sales escogida, serás la cabeza de lista?

No necesariamente. De hecho, mi tarea será buscar las mejores personas. Una cosa son los órganos de dirección y otra la futura lista electoral, que tendrá que someterse a un proceso democrático. En Podemos son los inscritos los que tendrán que votar los futuros candidatos. El día 25 se publicará la lista definitiva de los candidatos, y dos días más tarde arrancará la campaña. Las votaciones se realizarán entre el 9 y el 13 de febrero y los resultados se harán públicos el día 14.

¿El adelanto electoral en Catalunya os pone a prueba?

Siempre hemos sabido que nos podríamos encontrar ante la excepcionalidad de un adelanto electoral. Y teníamos dos opciones: o bien precipitar el calendario de constitución interna y, por lo tanto, hacer más corto un proceso que requiere tiempo; o bien continuar con el calendario que teníamos previsto y, en caso, de anticipadas, asumirlas como una excepcionalidad. Y así lo estamos haciendo. Creemos que podremos abordar el reto con calidad tanto a nivel de personas, como de programa político. No hemos querido que la coyuntura que vive Catalunya nos condicionara nuestros tiempos. Es cierto que si se hubieran planteado antes de las municipales nos hacían correr más de lo deseable, pero de cara el 27 de septiembre no nos da miedo asumir el reto.

Lo que parece irrenunciable es vuestra voluntad de hacer este paso solos.

A priori, sí. Esta es nuestra intención y así lo aprobamos.

¿No es el momento de articular una confluencia de las izquierdas a nivel catalán? Actores como ICV-EUiA o Procés Constituent así os lo solicitan...

Hemos hecho saber a los líderes de las diferentes formaciones que han hablado de esta posibilidad que nuestra prioridad, hoy por hoy, es ir solos. Creemos que es el mejor camino para cumplir con nuestro objetivo: romper el tablero actual y buscar su centralidad. Y eso, pensamos, sólo lo puede hacer una formación nueva y rupturista como la nuestra.

Vuestras líneas rojas son no pactar con “la casta”. El día a día de la política os puede llevar a votar o pactar algunas cuestiones de la agenda social con estas formaciones...

Nosotros queremos romper la mayoría del bipartidismo estatal, pero también de otros partidos de la casta, como CiU en Catalunya o PNV en el País Vasco. A todos ellos les queremos disputar la hegemonía. Ahora bien, una cosa son los pactos, y otra defender nuestro programa. Nuestra intención es configurar un programa muy potente de rescate ciudadano para paliar la emergencia social que vive una parte importante de la ciudadanía catalana. Un paquete de medidas urgentes y emergentes, que combinaremos con un programa de desarrollo económico y social para alcanzar mayores niveles de igualdad. Iremos a defender este programa en el Parlament, en el Congreso, y donde sea. Y si el resto de fuerzas políticas puedan defender lo que planteamos, perfecto. Nos encontraremos en las votaciones y en el día a día.

Por lo tanto, si podría haber pactos...

En Podemos nos hemos dotado de unos mecanismos de hacer política para facilitar que las decisiones clave las tome la ciudadanía. Por tanto, los inscritos en Podemos podrán votar aspectos fundamentales. Lo estamos haciendo ahora en la elección directa de los candidatos y se podrá hacer para decidir pactos de gobierno, en caso de que los haya. Coincidir en una votación no lo consideraría como un pacto.

Crees que el proceso soberanista ha incluido lo suficiente la agenda social?

Nosotros partimos de la idea de que hay una crisis de régimen que tiene tres dimensiones. Y no las separamos. La primera crisis es política: tenemos unos partidos, a los que nosotros nos referimos como “los partidos de la casta”, muy afectados por la corrupción, la financiación ilegal y la naturalización de beneficios y de prebendas con determinados cargos públicos. Además, una crisis social. Hemos visto claramente la incapacidad de blindaje de los derechos sociales. Y, finalmente, la crisis territorial. Un modelo autonómico que ha tocado fondo. No sólo por las naciones que quieren decidir más cosas, sino también por los territorios que quieren devolver competencias. Nuestra propuesta aborda las tres crisis como un todo.

Ha habido formaciones que han incorporado mucha carga social al proceso soberanista. Aunque Podemos ha asociado mucho el proceso a CiU...

En los últimos dos años, desde las últimas elecciones, la política catalana ha girado en torno al debate nacional. No ha habido grandes debates, como sí ha ocurrido en otros momentos de la historia de este país, sobre políticas públicas, educación, sanidad, protección social y laboral. Es verdad que ha habido actores políticos que han puesto el acento en las cuestiones sociales, pero no ha habido un debate colectivo, que nos implicara a todos. Esto no quiere decir que no haya habido espacios, como ICV-EUiA y la CUP, con propuestas interesantes. Al margen de los partidos de la casta, seguro que nos pondríamos de acuerdo con otros en políticas públicas.

Incluyes a ERC?

Sí... Históricamente ERC ha defendido políticas públicas, al margen de la estrategia política de este último período, muy vinculada a lo que ha hecho CiU. Pero no se puede decir que ERC no tenga un ADN con un componente progresista.

¿Cuál es la relación idónea para Podemos entre Catalunya y España?

Nosotros estamos de acuerdo con el derecho a decidir. Dicho esto, la crisis territorial se debe asumir de una manera mucho más compleja de cómo lo estamos haciendo. Hasta ahora, sólo estamos abordando la crisis del Estado de las Autonomías desde el derecho a la autodeterminación porque hay un conflicto en Catalunya. Y ya lo hemos dicho, si Catalunya quiere ejercer ese derecho debe poder hacerlo. Pero también ha de haber una propuesta de reformulación del modelo territorial. Es decir, ahora mismo sólo tenemos la dualidad entre independencia o la España centralista. Nosotros creemos que se puede encontrar una fórmula donde las diferentes naciones puedan encontrarse cómodas en el Estado. Diciendo y dejando claro que si Catalunya se quiere ir, debe poder hacerlo. Pero en caso de que no quiera irse tiene que haber otra opción.

¿Cuál?

En primer lugar, reconocer la plurinacionalidad. La Constitución Española no lo está haciendo. Hay una nación que está por encima y otras por debajo. Hay una lengua que está por encima y otras por debajo. Hay que reconocer las lenguas y culturas en un mismo nivel. Un segundo elemento debería ser un nuevo modelo de financiación. Pero no al estilo de CiU de ir a Madrid a ver que cae. Cada territorio debe poder ejercer sus competencias con calidad, cosa que no está pasando. Y con unos parámetros universales de reparto y transparencia de los recursos. Y, finalmente, un tercer elemento que serviría para determinar encajes. El Café para todos ha generado comunidades con demasiadas competencias y otras con demasiado pocas. No puede ser que estemos generando unos movimientos centrífugos y centrípetos. Tenemos que pensar un modelo donde cada territorio se sienta cómodo. Ahora bien, o ampliamos la perspectiva y cambiamos el ángulo, o no saldremos del bucle. Ahora mismo la política catalana gira sobre sí misma.

¿Hablas de un modelo a federal o de corte más confederal?

Creo que no cabe en las etiquetas que tenemos ahora. Nos las tenemos que inventar. La clave está en que cada territorio pueda encontrar su encaje.

Aunque este encaje se exprese con el deseo de ruptura?

Bueno, es que este modelo que te estoy contando sólo puede aplicarse si hay un reconocimiento previo del derecho a la autodeterminación. Por lo tanto, sólo es aplicable si existe la voluntad de los territorios de compartir un proyecto con el conjunto del Estado.

Y en caso de que este territorio quiera irse cuál sería el mecanismo que plantea Podemos?

Nosotros defenderíamos un referéndum acordado como el que se ha hecho en Escocia.

Y en una hipotética Catalunya independiente, Podemos tendría sentido?

Sí. Podría tenerlo, ¿Porque no? Nuestro programa sería igualmente un dique contra el país que quiere construir CiU.

Lo que explicas contrasta con el hecho de que haya sectores del independentismo que os vean con cierta desconfianza...

Nunca antes un partido con opciones de gobierno había defendido el derecho a la autodeterminación. Así que es lógico que desde algunos sectores haya escepticismo. Cabe decir que IU sí ha reconocido este derecho, pero Podemos es el primero que lo hace con posibilidades de disputar el Gobierno. Al fin y al cabo, no estamos haciendo nada más que situarnos en el sentido común: Podemos está dentro del 85% de la población catalana que quiere desatascar este conflicto votando. Y así lo tenemos recogido en el programa electoral de los únicos comicios a los que, hasta ahora, nos hemos presentado –las Europeas– y en los documentos de Vista Alegre.

Hay compañeros tuyos que defienden la unidad indisoluble de España. ¿Esto forma parte de los riesgos de constituir un partido después de un gran éxito electoral o es realmente una corriente relevante en la formación?

El problema es el mismo que se puede encontrar cualquier partido en formación. Y más Podemos que tiene representación institucional antes de tener los órganos de dirección constituidos. Fíjate que primero hemos obtenido eurodiputados y después hemos comenzado el proceso de elección de los órganos legítimos. El proceso que hace Podemos es transparente y, por tanto, es mucho más visible. En este momento las personas legítimas son las direcciones estatales y locales. Hay mucha gente que ha hablado en nombre de Podemos sin estar legitimada para hacerlo. Y esto todavía es especialmente grave cuando lo que se dice está fuera del programa.

No es el caso de Villarejo, con mucha legitimidad dentro de la formación a pesar de tener muchas reservas en relación con la cuestión soberanista.

Es una persona muy importante en la lucha contra la corrupción. Nos está ayudando mucho en esta materia.

Leyendo los resultados electorales de las europeas en Catalunya, Podemos rompe esquemas en zonas populares y de raíz castellanohablante como Torre Baró (10,3% del voto), Canyelles (9,2%) o Ciudad Meridiana (8,3%). Zonas donde, seguramente, el consumo de cadenas estatales es más alto. ¿Tienes la sensación de que se ha llegado más vía mediática que mediente el municipalismo?

Mira, cuando no tienes recursos de ningún tipo, cuando estás fuera de un marco institucional y cuando estás fuera de los canales formales, tienes que aprovechar cualquier tipo de recurso. Creo que figuras como la de Pablo Iglesias y otros compañeros saben utilizar esta brecha en los medios de comunicación y, a partir de ahí, construir una estrategia comunicativa. En un primer momento, la vía mediática es el único recurso que hay. Después se añaden otros tipos de recursos, como los círculos. Creo que se ha hecho una utilización intensiva y muy inteligente. Sin acceso a las instituciones se ha podido montar un partido y una estrategia con posibilidades de disputar el gobierno.

¿Y esto es nueva política?

Entendemos que nueva política es inventarse una nueva forma de militancia. Y eso hacemos. Nos estamos inventando una actividad política diferente a las militancias clásicas de los partidos de masas. Estamos acostumbrados a entender la militancia en un sentido clásico. Personas que trabajaban 8 horas, a menudo hombres, porque las mujeres se quedaban en casa y no participaban, espacios organizativos en los lugares de trabajo, en las fábricas. Esto genera un tipo de militancia con etapas gloriosas como los 30 años del Estado de Bienestar, de organización fordista de la sociedad. Esto, actualmente ya no es así.

Pero el resto de partidos también han superado este marco que describes...

Lo que más distingue Podemos del resto de formaciones es la participación directa. No sólo es de los militantes y de los afiliados, sino de todas aquellas personas que se sienten identificadas. La coyuntura de precariedad y movilidad actuales y las ganas de participar en política expresadas en movimientos como el 15-M nos obliga a inventar nuevas fórmulas, aunque sólo se pueda dedicar poco tiempo. Aunque sólo se pueda aportar un asesoramiento puntual... Queremos encontrar fórmulas para que todo el que se sienta de Podemos pueda aportar al partido lo que quiera. Huyendo de un formato en el que haya que dedicar mucho tiempo. Por eso tenemos un banco de talentos donde todo el mundo puede hacer su aportación, además de nuestros espacios de militancia, como lo son los círculos. El elemento fundamental es que, independientemente de la relación que te una con la formación, podrás votar en igualdad de condiciones.

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