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La dimisión de la número dos de Enseñanza suma veinte ceses en la Generalitat en su camino al 1-O
La Generalitat de Catalunya ha registrado en los últimos tres meses una veintena de cambios, en forma de relevos, ceses o dimisiones, entre el gobierno y altos cargos de la administración, en su proceso hacia el referéndum independentista que pretende celebrar el próximo 1 de octubre. La última en presentar su dimisión, este mismo jueves, ha sido la secretaria de Enseñanza de la Generalitat, Maria Jesús Mier.
La exnúmero dos de Enseñanza sigue así los pasos de su antigua jefa, la exconsellera Meritxell Ruiz, que fue una de las bajas del Govern de la semana pasada por sus dudas sobre la estrategia gubernamental hacia el 1-O. Mier ha presentado su dimisión del cargo a la nueva consellera, Clara Ponsatí, después de reunirse esta semana con la nueva titular del departamento, informó en primer lugar El Periódico de Catalunya.
El sustituto de Mier será Lluís Baulenas i Cases, actual director general de Centros Públicos. Junto a la de Mier, la dimisión el pasado lunes del director de los Mossos d'Esquadra, Albert Batlle, y la del director del servicio de emergencias 112, Federic Aran al día siguiente por lealtad al exconseller Jordi Jané, relevado el viernes de la semana pasada, han sido las últimas bajas del Govern.
La sucesión de cambios en el gobierno de Carles Puigdemont tuvo su primer desencadenante el pasado 3 de julio, cuando anunció la destitución del conseller de Empresa y Conocimiento, Jordi Baiget, por “pérdida de confianza”, después de que manifestara en una entrevista sus dudas sobre la consecución del referéndum.
Puigdemont nombró al hasta entonces conseller de Cultura, Santi Vila, como nuevo conseller de Empresa en sustitución de Baiget, mientras que Vila fue relevado en Cultura por Lluís Puig. Días después, en la tarde del 13 de julio, trascendió que Puigdemont iba a realizar más cambios para poner rumbo a la organización de la consulta independentista.
Aunque se comentó la posibilidad de que también se cambiara a algún conseller de ERC, finalmente Puigdemont y el líder de ERC, Oriol Junqueras, comparecieron ante los medios el pasado viernes para anunciar nuevos cambios en el ejecutivo, todos del PDeCat.
Así, el presidente de Junts pel Sí, Jordi Turull, asumió el Departamento de Presidencia y la portavocía, en sustitución de Neus Munté; el concejal barcelonés Joaquim Forn relevó a Jané en Interior y la economista Clara Ponsatí, procedente de la Asamblea Nacional de Cataluña, pasó a ocupar el cargo de Meritxell Ruiz en Enseñanza.
Otros cambios que se produjeron fueron en la Secretaría del Govern, que abandonó Joan Vidal de Ciurana para ser sustituido por Víctor Cullell. El pasado lunes se confirmó el citado cese de Batlle, sustituido por Pere Soler Campins, que entre 2013 y 2016 fue director general de Servicios Penitenciarios de la Generalitat.
En el Departamento de Empresa la marcha de Baiget desencadenó el 13 de julio varios nombramientos de altos cargos cruzados entre los departamentos de Cultura y Empresa. En el rango de la secretaría general, el hasta entonces número dos de Cultura, Pau Villòria, se mudaba a Empresa e intercambiaba su cargo con el secretario general de ese departamento, Xavier Gibert.
La operación se repitió en la Dirección de Servicios: Josep Antoni Mundó, pasó de Empresa a Cultura y Josep Solà hizo el cambio en el sentido inverso. Para cubrir el cargo que dejó vacante el conseller de Cultura Lluís Puig, el Govern nombró a Àngels Blasco como directora general de Cultura Popular de la Generalitat. Al margen de estos cambios, a lo largo de los meses anteriores se ha producido un goteo de relevos en el seno de la administración catalana.