“Podemos no será una losa para el proceso soberanista, al contrario”
Marc Bertomeu (Barcelona 1991) y Bea Rilova (Barcelona, 1980) llegan por separado a la plaza de la Vila de Gracia y se saludan con un beso. Los dos tienen prisa. En cuestión de días han pasado a ser el blanco de los principales medios de comunicación de Catalunya. Ella, una maestra de ESO en el paro, aún no ha comido y hará la entrevista mientras se come un bocadillo de tortilla y con el ruido de fondo de su teléfono móvil. Él, en prácticas, al poco rato debe atender unas estudiantes para un trabajo universitario. Por la noche ambos se volverán a encontrar en la Nave Ivanow de Sagrera, en la enésima asamblea de un movimiento que va tomando forma en Catalunya, sumergida en un terremoto político. En pleno proceso soberanista y a sólo unas horas del 9-N, hablamos con ellos sobre el rol que podría jugar la formación de Pablo Iglesias en Catalunya, sus movimientos internos y el legado del 15-M.
El escenario político catalán es tan imprevisible que, una vez superado el 9-N, no se descartan unas elecciones anticipadas en Catalunya. ¿Estáis preparados?
Bea Rilova [BR]: En ese caso deberíamos plantearnos la elaboración de listas para los cargos electos, sin tener todavía órganos autonómicos definidos. Sería una situación extraña, deberíamos construir un espacio telemático para la toma de decisiones que conllevaría un adelanto electoral. Hay una plataforma en la que todos los inscritos en Catalunya podrían votar a los candidatos que, previamente, se habrían presentado por listas abiertas. Esto por lo que se refiere a candidaturas, pero también acabar de definir línea política, sin haber tenido los espacios de debate suficientes.
Si aún no existe esta estructura, ¿Porque sois vosotros, de momento, las caras visibles?
Marc Bertomeu [MB]: El primer boom en Podemos surge a nivel estatal y comienzan a organizarse los círculos y, más adelante, se ponen a trabajar de cara las Europeas. Hasta aquí la atención mediática iba dirigida a los candidatos para las europeas, en especial a Pablo. A partir de las europeas hay una segunda oleada de interés por parte de los medios y detectamos la necesidad de darles respuesta. En un primer momento hacemos una reunión el círculo de Barcelona donde decidimos que los que hemos sido candidatos, en este caso la Bea y yo, con el apoyo de nueve compañeros más, empezar a dar respuesta a la prensa. Durante el verano el suflé bajó y ahora volvemos a tener un gran impacto mediático. No responde a una dinámica nuestra, sino de los medios. Nosotros siempre tratamos de dejar claro desde donde hablamos.
Os lo pregunto, sobre todo, porque algunos compañeros vuestros han quejado de que hayan salido portavoces que, según ellos, nadie les ha elegido.
BR: Lo vivimos de forma muy natural. Nos ampara una cadena de legitimidades muy sutiles que se explican, únicamente, porque todo ha ido muy rápido. Todavía no estamos organizados a nivel de Catalunya. En la medida que nos dotemos de los órganos específicos tendremos candidaturas con sus portavoces. De momento, sólo nos podemos apoyar en aquellos procesos con votos y, por tanto, con personas mínimamente escogidas. Marc y yo salimos elegidos en la lista de las Europeas y, en mi caso, formo parte del Equipo Técnico de Pablo Iglesias que está preparando el proceso asambleario estatal. De alguna manera tengo 80.000 votos detrás que me avalan. De momento, nos sentimos legitimados para ir haciendo esta función.
Las mismas voces alertan de que las riendas de Podemos en Catalunya las llevan activistas militantes de Procés Constituent y Revolta Global-Esquerra Anticapitalista. ¿Es así?
BR: Tenemos algunos compañeros de estas plataformas que están colaborando, pero también en el resto del Estado hay presencia de la Izquierda Anticapitalista. Tenemos gente de renombre de Procés Constituente en los círculos y otros que participan en charlas. El nuestro es un espacio muy natural donde colaborar y se simpatiza con él desde diversas esferas. Mucha gente diversa, algunos con militancia política detrás y otros sin ella, se ha hecho suyo el proyecto. No lo vivimos como un problema, sino como un factor que enriquece el debate interno.
El Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat (CEO), indica que Podemos en unas elecciones catalanas se situaría como quinta fuerza, con 10-11 diputados, por delante de ICV-EUiA, CUP y Ciutadans y sólo por detrás de ERC, CiU, PSC y PP. Sorprendidos?
MB: No nos sorprenden en el sentido de que existe una bolsa de gente que, en los últimos años, no se había sentido nunca interpelada por la política. Y ahora hay varios espacios que tratan de interpelar estos sectores. Podemos es uno de ellos pero no el único. La CUP también crecerá, por ejemplo, u otros espacios de confluencia en clave municipal. Estamos en un momento de irrupción de los proyectos de ruptura. Vemos la gente que viene a los círculos, que se interesa por Podemos, y creemos que los resultados que comentas se equiparán con las personas que ya está participando de este proyecto.
BR: Y, por otra parte, lo miramos con distancia y prudencia. Por ejemplo, en las elecciones de mayo nos daban dos los eurodiputados los más optimistas y, luego, eran 5.
MB: No es fácil que la demoscopia atine en una fuerza nueva, sin recuerdo de voto.
¿Qué tienen en común el proceso soberanista y el 15-M?
BR: Reclamo radical de soberanía y más democracia. La gente quiere incidir y participar, uno de los clamores que escuchábamos en las plazas era el “no nos representan”. A mí me emocionó mucho como, en las europeas, se cantaba a nuestros candidatos “que sí, que sí, que sí nos representan!”. Hay unas carencias a nivel institucional muy importantes y hemos venido a decir basta. Somos gente normal haciendo política y queremos que la gente confíe en otra forma de hacer política. No queremos que confíen en una serie de personas, sino que queremos una organización donde la gente sea parte activa.
MB: Sin duda el 15-M marca un punto de inicio en la ruptura con la política tradicional y la nueva política. El 15-M no se ha convertido en una sola cosa, ha explotado en diferentes espacios de participación y, uno de ellos, es Podemos. La relación ha comenzado y no sabemos hasta dónde nos llevará. Y, en relación con el proceso soberanista, básicamente son dos proyectos que buscan una ruptura con las normas del juego que hasta ahora estaban establecidas.
Íñigo Errejón, uno de los ideólogos de la formación, afirma que el proceso catalán “profundiza y hace evidente una de las fracturas del régimen del 78”. Y, añade: “la movilización ya está en marcha y no se le puede decir que hay que esperar a que haya un proceso constituyente español, incluso si hay medidas legales en contra”.
MB: El proceso catalán es un proceso que pertenece a la sociedad catalana, que es quien lo está impulsando. Lamentamos que no se le haya dado una respuesta vinculante como la que nosotros desearíamos, tanto a nivel catalán como español. Ahora bien, el proceso no se detiene y nosotros participaremos entendiendo que es una expresión de ruptura hacia un régimen que consideramos caducado. Al fin y al cabo, el catalanismo político siempre ha sido uno de los motores de cambio de España, y seguramente el proceso catalán puede ayudar a la ruptura con el régimen del 78 y dar paso a un nuevo proceso constituyente.
¿Mañana en qué sentido votaréis?
MB: No he decidido mi voto. Pienso que hay que salir a la calle y participar. En primer lugar, esperando que haya urnas. Y, en segundo, mostrando todo el rechazo a las impugnaciones de un órgano ilegítimo como lo es el Tribunal Constitucional. Desde Podemos hemos reclamado siempre un referéndum vinculante, no esta última propuesta de consulta, que no nos parece válida y que es un claro paso atrás en las demandas ciudadanas.
BR: Hay que ir a votar, más allá del sentido del voto, en clave de protesta. No será un voto con los niveles de garantía a efectos vinculantes que debería tener, pero iré para reivindicar que las cosas no se han hecho bien. La Constitución se debe cambiar y eso hoy pasa por abrir un proceso constituyente. Para nosotros, todos los procesos que contribuyen a cuestionar el régimen del 78 son bienvenidos. Y aquí en Catalunya la prepotencia del Estado ha sido impresentable. Es lógico que haya un movimiento rupturista propio y, seguro, que iremos de la mano.
Desde algunos sectores, sobre todo desde el independentismo, se ve con desconfianza el rol que jugará Podemos en la cuestión catalana.
MB: Nadie debe tener miedo de que Podemos sea una losa para el proceso, todo lo contrario. Siempre nos hemos significado a favor del derecho a decidir. Creemos que el proceso catalán pasa exclusivamente por una consulta vinculante y efectiva. Ni lo era la segunda ni lo es la tercera, nosotros hemos pedido desde el principio que lo sea. Podemos no se opondrá nunca eso, todo lo contrario.
BR: Pensamos que el eje prioritario la debe poner la ciudadanía en base a lo que condiciona su vida. El día 10 de noviembre la gente seguirá ido a buscar trabajo, seguiremos sufriendo desahucios. Creemos que el eje nacional acerca formaciones muy alejadas, como lo pueden ser CiU, ERC y la CUP. Nosotros no entramos en este tipo de aliniamientos. De hecho, intuimos que el eje tampoco estará en la izquierda o la derecha, sino entre las fuerzas que, identitarias o no, persigan la preservación del poder. Los de abajo y los de arriba.
Este discurso en defensa del derecho a decidir puede parecer extraño a una parte importante de vuestro potencial electorado. La gran mayoría de ciudadanos que dicen que votarán Podemos en Catalunya (un 78,5%, según las encuestas) no se siente nacionalista.
MB: Nosotros no lo vemos así. El derecho a decidir no sólo el reclamamos por la cuestión catalana, que también, sino por todos los asuntos. Es inherente a nosotros. Lo ejercemos en la elaboración de las listas, en los programas y en el día a día en los círculos. No creo que el derecho a decidir deba estar vinculado únicamente a la cuestión nacional. También vale la pena recordar lo que ha pasado con el Multireferéndum. Parece que al Gobierno solo le interesan algunas profundizaciones en democracia, según qué otras, no.
¿Qué relación con el resto del estado proponéis, entonces?
BR: Podemos habilitará el espacio para que podamos tener los debates necesarios para decidir sobre el futuro político de Catalunya. Y respetaremos la voluntad mayoritaria. Sobre todo, nuestro papel será el de promover este espacio en un marco constituyente.
MB. Insistimos: es una decisión del conjunto de ciudadanos de Catalunya. La Constitución de 1978 pone límites tanto a las aspiraciones catalanas como la regeneración democrática del conjunto del Estado, para que sean efectivos estos procesos se debe cambiar esta constitución. Nosotros, sin embargo, no queremos una reforma, sino un proceso constituyente...
... un proceso constituyente de alcance estatal. ¿Podemos tendría sentido en una Catalunya independiente?
MB: Porque no? No debemos entender Podemos como un partido político tradicional. Podemos es un proceso de metodologías que permiten que la ciudadanía participe y se implique en política.
En unas hipotéticas elecciones autonómicas os encontraríais a gusto en un frente común con organizaciones como Procés Constituent, ICV-EUiA o la CUP...
MB: Es una decisión que pertenece a la Asamblea de Catalunya. Por ahora no hemos tomado esta decisión, pero estamos abiertos a hablar con todo el mundo. De momento, nuestra voluntad es la de presentarnos solos.
¿Cuáles son los partidos de la casta en Catalunya?
CiU es el ejemplo más claro. Tanto por su entorno, Pujol, Millet, Montull, Crespo, etc... Como por su papel de partido bisagra y la política del “peix al cove”. Evidentemente las filiales de PP y PSOE están en la misma línea que los partidos originales. Hay que recordar, sin embargo, que la casta no es todo el partido. Sino aquellas personas con poder o cercanas al poder que lo utilizan en beneficio propio y se olvidan de que están haciendo un ejercicio de servicio público. Las bases de los partidos no pueden ser etiquetadas de la misma forma que las actitudes de algunos de sus dirigentes. El caso de Monago, haber pagado los 32 viajes y verlo como la cosa más normal del mundo, es casta.
¿De qué dependerá vuestra participación en la otra gran cita electoral que vivirá Catalunya, como lo son las elecciones en Barcelona. Seréis un elemento más en la confluencia que ha suscitado la irrupción de Guanyem?
MB: Nosotros ya estamos asistiendo a Guanyem como facilitadores entre los diferentes actores. Estamos inmersos en el proceso de confluencia y mantenemos conversaciones con diversas formaciones y movimientos. Tenemos que acabar de debatir el código ético, y quedan por delante retos como la elaboración de listas y el programa final de Guayem. Una vez tengamos estos ingredientes los llevaremos a la asamblea de Barcelona que será la que marque la decisión final. A partir del 15 de noviembre se podrán presentar las candidaturas a los consejos municipales, un proceso que culminará el 2 de enero con la proclamación de los órganos de dirección y el proyecto político de cada municipio.
Hay quien pasa factura a las formaciones con pasado de gestión en la ciudad, como la CUP a ICV, y hay quien pide unidad ante un enemigo poderoso, como ICV en alusión a la derecha. ¿Cuáles de los dos criterios os convence más?
MB: No nos posicionamos en ninguna de las dos partes. Intentaremos que la candidatura resultante sea lo más cercana posible a Podemos. Si lo conseguimos, la asamblea de Barcelona lo aprobará y estaremos más cerca de rubricar esta esperada confluencia.
¿Podemos ha resuelto la cuestión mediática y de liderazgo que llegó a diluir el mensaje del 15M?
BR: No nos dan miedo los liderazgos que ponen voz a la desazón de la ciudadanía. Son líderes naturales, de consenso, que han sabido interpretar lo que sucedía y, simplemente, se han erigido personas, como Pablo o también Ada Colau que, con mensajes sencillos, rigor y contundencia han llegado a mucha gente.
MB: Pienso que los líderes son una etiqueta que ponen los medios y los portavoces son etiquetas que ponemos los movimientos. Estamos por desgracia en una democracia de audiencias. Al final son los medios los que los que ponen caras y retratan ciertas figuras. Hay una dualidad, el día a día de los medios y el día a día de los círculos. La base de decisiones de Podemos son los círculos, en las asambleas, no los medios de comunicación.
Hombre, la opción de poner el Pablo Iglesias en el logo de la lista electoral es decisión vuestra, no de los medios...
MB: Pero responde a la lógica de los medios. Lo hemos tenemos que ubicar en un contexto complicado: Éramos una fuerza nueva que se intentaba buscar un espacio, aprovechando nuestras oportunidades. La lógica hegemónica de los medios siempre ha sido conservadora. Las fuerzas mayoritarias son las que han estado más presentes en los medios. Y para romper esta hegemonía hemos tenido que ir a todos los lugares donde hemos podido.
BR: Le hemos hecho el juego al sistema. Sabemos que esta es una sociedad mediática y si queremos tener opciones de cambiar las cosas tenemos que ser audaces. Sin ningún miedo a no ser lo suficientemente puros y con el peligro, como ocurrió, de que en un primer momento no se entienda la decisión. Con el tiempo, sin embargo, todos hemos acabado estando muy orgullosos de aquella campaña.
¿Qué relación tenéis con Pablo?
BR: Buena, hemos trabajado juntos en el Equipo Técnico.
MB: Yo no he hablado nunca con él.
Por último, qué referentes o movimientos políticos os inspiran?
MB: A nivel catalán, citaría David Fernández y Ada Colau. A nivel estatal creo que Pablo Iglesias está consiguiendo llegar a mucha gente. También son muy interesantes los movimientos populares en latinoamerica, Syritza en Grecia y también los partidos piratas europeos.
BR: Yo me quedo con la Merkel! [risas] Mira, el otro día quedé cautivada tras conocer a David Fernández. Siempre trato de seguirlo de cerca, pero esta vez tuve ocasión de conocerlo. Sólo con el gesto ya me pareció una persona con unos valores y una militancia muy arraigada. Se necesitan más activistas como él en la vida política.