El dilema del PDeCAT: apoyar la lista civil que apadrina Puigdemont o presentar una propia
Carles Puigdemont insiste e insistirá en que quiere encabezar una lista sin siglas, esto es, sin la marca de su partido. Incluso cuando su apuesta complica la estrategia del PDeCAT y hasta puede complicar su viabilidad económica. “Está obsesionado en proyectar una candidatura transversal”, aseguran desde el PDeCAT.
La dirección del partido explica que se está en conversaciones con los impulsores de la candidatura que Puigdemont apadrinó vía Twitter y que todavía no se puede dar nada por cerrado. De entrada, el consejo nacional que debía celebrarse este sábado para proclamar la candidatura se ha aplazado hasta el miércoles para ganar tiempo e intentar que las conversaciones fructifiquen aunque nadie se atreve a pronosticar cómo acabarán.
Puigdemont quiere liderar esta candidatura transversal generada desde el entorno intelectual de lo que fue Convergència. Y no ha aclarado si sería igualmente el cabeza de lista del PDeCAT si esta alternativa de lista sin siglas fructificase. En su partido cruzan los dedos por que el president cesado no acabe renunciando a ser su candidato, pero tampoco saben a ciencia cierta que es lo que terminará haciendo.
Dirigentes como el presidente de la Associació Catalana de Municipis (ACM), Miquel Buch, uno de los referentes del poder municipal del PDeCAT, defienden la apuesta de la lista transversal. Otros dirigentes optan por un discreto silencio público pese a reconocer que esta propuesta tiene riesgos evidentes para el partido. De entrada porque desaparece la marca y es de difícil gestión posterior.
Problema económico para los partidos
Si una candidatura así llegara a fraguarse y todos o varios partidos independentistas decidieran no presentarse, una vez agotados los plazos para la presentación de coaliciones la única forma de vehicular la lista transversal sería mediante la agrupación de electores. Pero esta fórmula no permite ningún vínculo con los partidos, lo que generaría, en primer lugar, el problema de financiación de la campaña a corto plazo, al no poder disponer de los fondos de las formaciones independentistas.
Pero, además, en este supuesto los partidos no podrían acceder a subvenciones electorales tras el 21D, y, en las siguientes elecciones, tampoco tendrían derecho a espacios televisivos, que se repartirán en función de los resultados de los comicios de este diciembre. Un cúmulo de problemas que genera el principal obstáculo tanto para el PDeCAT como para ERC, e incluso para la CUP.
Nadie niega la “fuerza catalizadora” que tiene la figura de Puigdemont y que trasciende a una marca, la del PDeCAT, en horas bajas. Pero conciliar el ascendente que el president exiliado tiene en el independentismo con los intereses del partido se antoja una cuadratura más que complicada. En ello está la coordinadora, Marta Pascal, que asegura que está todo abierto.
ERC, por su parte, ha rechazado cada embate que los partidarios de la lista conjunta le han hecho hasta el momento. En el partido están convencidos de que el independentismo suma más en varias listas y temen volver a verse encerrados en una operación como la de JxSí.
Los republicanos de hecho ya han comenzado a confeccionar sus listas para las cuatro provincias, de las que tienen cerrados varios nombres. Por ejemplo, en Tarragona concurrirá el exsecretario de Hacienda Lluís Salvadó, imputado por el juez de instrucción 13 de Barcelona por los preparativos del referéndum.
En la CUP tampoco lo tendrá fácil la candidatura de electores. Pese a que algunas de las voces del secretariado nacional anticapitalista defienden, ahora sí, la fórmula de unidad, sectores de la CUP de base consideran que, de presentarse, debe hacerse con una lista amplia pero propia. La decisión final la tomarán este domingo en una asamblea extraordinaria en Granollers, de la que posiblemente podrían salir también sus listas.
Dos iniciativas y 55.000 firmas
La agrupación de electores que pretende sustituir a los partidos se ha ido fraguando en dos iniciativas diferentes. Por un lado la plataforma Respública.cat, una iniciativa salida de círculos cercanos a la ANC, y por otra la web llistaunitaria.cat, registrada por el antiguo dirigente de Reagrupament y dimitido miembro del secretariado nacional de la ANC, Francesc Abad.
Ambas iniciativas han llegado a un acuerdo para formar una candidatura unitaria, que presentarán este mismo viernes en Barcelona. A partir de ahora, el camino que deben recorrer en 7 días es conseguir 55.000 firmas, confeccionar sus listas totalmente ciudadanas y, lo más complicado de todo, tratar de que varios o todos los partidos independentistas decidan pagar el precio de darles apoyo.