El PDeCAT enfría la declaración de independencia contra la postura oficial del Govern
A la incertidumbre sobre las condiciones en las que llegará la Generalitat de Catalunya al próximo domingo, más después de la orden de la Fiscalía para precintar colegios electorales, y la capacidad que tendrá para llevar a cabo el referéndum prometido, en las últimos días se ha sumado una nueva duda: qué hará el Govern al día siguiente. Entre los socios en el Govern la discrepancia es manifiesta después de que el PDECat se haya mostrado reacio a realizar una declaración de independencia en la próxima semana sea cual sea el escenario del 1-O.
Estas diferencias han hecho crujir las costuras entre el Govern y el PDECat este martes. Este martes por la mañana, el líder de la antigua Convergència en el Congreso, Carles Campuzano, ha asegurado que “la independencia unilateral no está en la hoja de ruta” del partido.
El diputado seguía la línea de los planes mostrados por el president Carles Puigdemont ante Jordi Évole, cuando aseguró que su opción no era la declaración unilateral de independencia (DUI), aunque sin descartarla completamente.
Pero, minutos después de la intervención de Campuzano, en la rueda de prensa tras la reunión del Govern, el conseller portavoz, Jordi Turull, también miembro del PDEcat, ha recordado que la ley de transitoriedad autorizaba a “una proclamación de independencia” si en el referéndum del 1 de octubre había más votos del sí que del no.
Para limar las diferencias entre la postura oficial del Govern y la que mantiene el PDECat, Turull ha acabando despejando la pelota. “El Govern solo tiene un plan, que es votar, ese encargo termina el 1 de octubre”, ha asegurado el conseller, para acabar esquivando: “El día 2 será al Parlament de Catalunya a quien le corresponda actuar en consecuencia”.
Prevista en la ley de ruptura
El acuerdo en el seno del Govern contempla la declaración –o proclamación– de la independencia en el escenario, cada vez más improbable, de que el día 1 se celebre un referéndum digno de tal nombre. Sin embargo, esta postura se ha agrietado conforme el supuesto de que la votación no pueda celebrarse ha ganado probabilidades.
El inicio de las diferencias públicas sobre la declaración unilateral se inició la semana pasada, cuando la coordinadora general del PDECat, Marta Pascal, dejó sentado que su partido no era partidario de la vía unilateral en caso de que no se pudiese votar, pese a que, en las elecciones del 27-S, la coalición de Junts pel Sí acudió con un programa que preveía la independencia sin pasar por un referéndum.
El resto de los socios independentistas, en el Govern como ERC o fuera como la CUP, consideran que este es un charco en el que el PDECat se ha metido sin necesidad. Ni las detenciones de sus máximos colaboradores han conseguido que el vicepresident Oriol Junqueras deje de hablar del 1-O como la fecha en la que se hará el referéndum, con toda seguridad. Así ha conseguido evitar pronunciarse públicamente a favor o en contra de la DUI si el referéndum acaba demostrándose imposible.
Ni ERC ni la CUP la descartan
ERC ya presionó durante su redacción porque la ley de transitoriedad jurídica, que prevé los pasos a seguir por la Generalitat tras el 1-O, incorporara también una cláusula que activase una declaración de independencia automática si el referéndum se impedía. Llegados a este punto, los republicanos tampoco descartan una declaración unilateral, aunque circunscriben a la posibilidad a una de tantas opciones, sin descartar en ningún caso que el referéndum pueda celebrarse.
La CUP está en una posición similar. Los anticapitalistas no quieren ni oír hablar de que el referéndum no se pueda hacer, y se mantienen firme en considerar que el domingo, pase lo que pase, será una votación vinculante. Tras eso, a su parecer, debería seguirse a pies juntillas la previsión de la ley de transitoriedad. Es decir, una declaración de independencia según acabe el recuento, haya los votos que haya.
