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El PSC intentará rebajar la tensión con el PSOE a pesar de su 'no' a Rajoy

El primer secretario de los socialistas catalanes, Miquel Iceta

Arturo Puente

El anunciado 'no' del PSC a la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno se da por seguro en la sede de los socialistas catalanes, a falta de la decisión oficial. En un partido fuertemente cohesionado en torno a esa postura, nadie espera sorpresas en el Consell Nacional que celebrarán este martes, colocado dos días después de el Comité Federal del PSOE que fijó la abstención de los socialistas.

El guión de uno de los días más complicados en la historia de las relaciones entre ambos partidos comenzará por la mañana con una primera reunión de la Ejecutiva del PSC. Tras eso, el Consell Nacional extraordinario, que definirá la postura definitiva del partido catalán en la investidura. Finalmente, la decisión será puesta en común con los siete diputados en el Congreso.

Si no hay sobresaltos en ninguna de las tres citas, la ruptura de la disciplina del grupo socialista se acabará produciendo. El objetivo de la dirección de Iceta es poder dar un 'no' lo más calmado posible para que el disenso no se traduzca en un desgarro entre las dos organizaciones. Firmeza en la decisión pero contención en los gestos para no tensar una cuerda que quieren evitar romper a toda costa.

Al otro lado de la cuerda, los barones del PSOE, que se han mostrado poco dispuestos a aceptar los argumentos que Iceta expuso el domingo. Una vez fracasado el intento de convencerlos, los catalanes aceptan la decisión de sus socios pero se mantienen en la suya, mientras intentan salir del ojo del huracán. Tanto es así que Iceta ni siquiera se ha unido a los ocho barones que este lunes han pedido por carta a Javier Fernández que la abstención sea solo de 11 diputados. Al contrario, el primer secretario reconoce que el 'no' de su partido será un acto de “desobediencia”, por el que están “dispuestos a asumir las consecuencias”.

El primer secretario es consciente de que el PSOE podría actuar con dureza contra la rebeldía catalana. El partido castiga habitualmente la ruptura de la disciplina de voto con multas de hasta 600 euros pero, si fuera considerada una actuación grave, estaría facultado incluso para expulsar de su grupo a los diputados díscolos. Ante esto, Iceta se ha mostrado comprensivo con la posibilidad de que el PSOE se pueda replantear su relación con el PSC.

“El PSC no se está planteando la ruptura con el PSOE”, ha aclarado la secretaria de organización, Assumpta Escarp, que ha comparecido este lunes visiblemente dolida por la situación. Escarp reaccionaba a las voces, crecientes en entre los barones socialistas, que ya hablan abiertamente de divorcio. Entre ellas, la del manchego Emiliano García-Page, quien había recordado unas horas antes que “en España si alguien quiere el divorcio, con que lo pida una de las partes es suficiente”.

Tan seguro es que los catalanes no vayan a abstenerse como que no serán ellos quienes pidan el divorcio. Pero eso no quiere decir que los socialistas no examinen escenarios alternativos, si el PSOE decide revisar el protocolo de relaciones. Este lunes en los micrófonos de Rac1 Iceta ha pasado revista a modelos de asociación de diferentes partidos, como el de la CDU alemana con la CSU Bávara, que no tienen voz en la ejecutiva de los primeros como sí la tiene el PSC en la del PSOE.

El primer secretario dejaba entrever así su resignación ante cualquier decisión que pueda tomar Ferraz, por drástica que sea. Para un partido que exhibe como bandera en Catalunya el federalismo y unas buenas relaciones con el resto de España, tan catastrófico sería permitir un gobierno a Rajoy como romper su relación de hermandad con el PSOE.

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