Xavier García Albiol, el candidato que no calibra las consecuencias de lo que dice

Xavier García Albiol es un hombre de derechas y no lo disimula. Es un hombre elegante, de buenos modales, muy alto y muy simpático. Me atrevo a decir que en la distancia corta cae mejor de lo que imaginas viéndole en televisión.

En cuanto a titulares polémicos, es imbatible: él mismo reconoce que suelta las cosas tal cual las piensa, sin calibrar las consecuencias. Ya sean frases machistas, como decir que el cubo de la ropa sucia es de su mujer como si él no ensuciara la ropa, o ese grito de “a por ellos” que ofendió a muchos catalanes.

En esta campaña electoral, al PP no le está yendo demasiado bien. Supongo que por ello ha habido un desembarco de Mariano Rajoy en la campaña con argumentos que le funcionan: uno, la economía; y otro, la autoridad del 155. Mariano Rajoy pretende que todos aquellos que votan al PP en las elecciones españolas no voten ahora en estas autonómicas a Ciudadanos, que es lo que marcan las encuestas. Será por eso que Albiol lo está paseando por los mercadillos entre la ropa interior y las camisetas, cosa que le gusta mucho a Albiol y no sé si tanto a Mariano Rajoy.

Del candidato del PP podemos decir que es un hombre de 50 años, que lleva casi 30 viviendo de cargos públicos. Conoció a su mujer −él lo cuenta− después de un mitin de José María Aznar. Es padre de gemelos. No bebe alcohol, es abstemio. Tampoco prueba el café, no le gusta. Y, sin embargo, es un gran amante del mar: él dice que cuando se jubile va a ir a navegar todo un año por el Mediterráneo con su velero. Quién sabe si el resultado de estas elecciones va a hacer que Albiol tenga que ponerse a navegar antes de lo previsto.