El concejal que destapó la trama de corrupción que sacude la sanidad catalana
“¿Alegría? Cero. Hoy es un día triste, un día de reflexionar qué ha pasado y pasa con la sanidad catalana”. Quien habla es David Vidal, regidor de la CUP en Reus y uno de los protagonistas involuntarios del día en el que se ha realizado una de las más importantes operaciones contra la corrupción sanitaria en Catalunya.
La Guardía Civil ha llevado a cabo este martes una gran redada anticorrupción en las comarcas del Camp de Tarragona. Los agentes, dirigidos por el juzgado de instrucción número 3 de Reus, han efectuado registros en hasta 20 edificios públicos, entre ellos el ayuntamiento de Reus y Cambrils, y en los hospitales Sant Joan de Reus y el Comarcal de Amposta. En la operación han sido detenidas 7 personas, entre ellas la teniente de alcalde de Reus, Teresa Gomis (CiU) y José Augusto García Navarro, director general del Consorcio de Salud y Social de Catalunya, que gestiona hasta 20 hospitales.
La operación es el último capítulo del caso Innova, una de las supuestas tramas de corrupción sanitaria que han removido la opinión pública de Catalunya. Un caso que ya cuenta con más de 10 piezas judiciales abiertas y cuyo pilar es el conglomerado público Innova, una entidad empresarial que llegó a gestionar el 75% del presupuesto municipal de Reus y que se extendió por varias ciudades de la provincia.
Lo que hoy se conoce como “caso Innova” comienza con la entrada de David Vidal en el ayuntamiento de Reus como concejal de la CUP. Vidal había trabajado para una empresa de Innova como jardinero y conocía las prácticas opacas de la empresa. “Innova lo controlaba todo, desde los deportes municipales hasta los servicios funerarios, aunque el grueso era la sanidad”, explica el regidor en conversación telefónica con Catalunya Plural.
Un concejal novato en el epicentro de la trama
Cuando Vidal llegó al ayuntamiento de la capital del Baix Camp enseguida observó que el holding municipal Innova era un gigante, participado mayoritariamente por el consistorio de Reus y en menor medida por otros de la zona, cuya gestión era totalmente opaca. A su frente, Josep Prat, un hombre que compaginaba más de 5 cargos, entre ellos la presidencia del poderoso Instituto Catalán de Salud (ICS), principal organismo de la sanidad pública catalana, al mismo tiempo que era presidente de USP, la red de hospitales privados más grande del Estado.
“Como responsable público me encontré ante una empresa que era del ayuntamiento en buena parte, pero sobre la que no podíamos saber nada, algo incontrolable y que se veía venir de lejos”, explica Vidal. Así que el regidor, en el primer consejo de administración de Innova reclamó una auditoría de gestión –“no una simple auditoría de cuentas”, aclara, “queríamos saber qué se había hecho con cada euro”–, saber si los cargos de Prat eran compatibles entre sí y dio un ultimatum, hasta final de año, para que el alcalde diera a conocer los sueldos de los gerentes de la entidad.
Pero nada de eso pasó. Nunca se le entregó la información requerida ni el consistorio, que acaba de pasar de ser gobernado por el tripartit de PSC, ERC e ICV-EUiA a manos del alcalde Carles Pellicer, de CiU, accedió a realizar una auditoría de gestión. David Vidal presentó una denuncia el día 7 de enero ante la fiscalía de la Audiencia Nacional, 250 folios de informe en el que se repasaban las dificultades para examinar Innova, las irregularidades detectadas en la gestión y las sospechas de desvío de dinero público.
La caída de un modelo de gestión sanitaria
Cinco días después de la denuncia de Vidal, Josep Prat dimitió de sus cargos en Reus y el alcalde Pellicer dio cuenta pública del sueldo que Prat sacaba de Innova: 280.000 euros anuales. “Cobraba más que Rajoy o Mas. Dos o tres veces más. Y todo de Reus”, espeta Vidal. Pero el sueldo desorbitado de un hombre que lo era todo en la getión sanitaria catalana era solo la punta del iceberg. Vidal y su equipo continuaron trabajando para saber quién y cómo habían facturado de las empresas públicas, una investigación que fue dando sus frutos en hasta 5 ampliaciones de la denuncia que originalmente habían presentado.
Uno de los primeros medios en investigar el caso junto a Vidal fue la revista local Cafèambllet, que ya había destapado otro episodio de corrupción sanitaria en Blanes y Calella. En Reus, la lista de irregularidades de Innova era aún más abultada. Pagos por trabajos con sospechas fundadas de no haberse realizado, colación de personal directamente desde el departamento de Salud de Marina Geli (PSC), puertas giratorias entre la sanidad pública y la privada, adjudicaciones a dedo, contratos inflados… A partir de ahí toda la maraña de intereses santiarios creados durante décadas comenzó a venirse abajo. Una veintena de regidores del anterior tripartito fueron imputados, incluido el exalcalde Lluís Miquel Pérez (PSC). También Josep Prat y el exgerente de CatSalut, Carles Manté, el presidente de la Diputación de Tarragona, Josep Poblet (CiU), junto a un nutrido grupo de empresarios de la sanidad.
La operación de este martes es el último coletazo de una causa judicial inacabable. Las 10 piezas que alberga el juzgado de Reus dibujan una red que enreda a buena parte de los centros sanitarios de Catalunya y cuestiona la gestión que durante décadas se han hecho de la sanidad. La caída en desgracia de todo un modelo engrasado a fuerza de intereses personales que se confunden con el sector público.
“Las cosas solo han comenzado ha salir”, asegura Vidal, quien explica que es difícil saber hasta qué punto llegaban las redes de Innova y si esto ha cambiado en el último tiempo. “Estarás contento hoy, me han dicho. Pues no, ¿alegría? Cero”, indica. “Hoy es un día para reflexionar. Un día para pensar en que al mismo tiempo que hay personas que aprovechan los agujeros legales para enriquecerse se está destruyendo el sistema sanitario público”.