Cinco escenarios que afronta la Generalitat tras su oferta para comprar un hospital privado a Quirón
Tras el anuncio del conseller de Salud, Toni Comín, sobre la oferta de comprar el Hospital General de Catalunya (HGC) a Quirónsalud hace una semana, se ha abierto un mar de incógnitas sobre qué pasará en la comarca del Vallès Occidental. La propuesta de la Generalitat-que Quirónsalud niega rotundamente haber recibido- pasa por comprar el HGC por cerca de 55 millones de euros. Esta inversión permitiría olvidarse de los dos hospitales que aún hoy están pendientes de construir en esta comarca: el Hospital Vicente Ferrer (en Rubí) y el Ernest Lluch (en Cerdanyola). Ambos equipos son reivindicaciones históricas y los dos únicos hospitales nuevos que quedan por hacer en Catalunya de los catorce hospitales nuevos que preveía el mapa sanitario de inversiones del año 2005. ¿Qué pasará con estos equipamientos? ¿Y con el Hospital General de Catalunya? Planteamos cinco posibles escenarios:
Se construyen los dos hospitales nuevos
En 2005 las proyecciones demográficas en el Vallès Occidental indicaban que en los siguientes diez años los municipios de Rubí, Sant Cugat, Terrassa, Sabadell, Ripollet, Montcada o Cerdanyola aumentarían la población de forma significativa. Se pasaría de los 785.877 habitantes a casi un millón en 2015 y esto incorporaba en las previsiones del mapa sanitario territorial la construcción de dos hospitales nuevos en la comarca: el Hospital de Rubí y el de Cerdanyola.
De acuerdo con las previsiones originales, el primer dispositivo, en Cerdanyola, sería bautizado como Ernest Lluch y contaría con 180-200 camas para dar asistencia a la población de Cerdanyola, Ripollet y Montcada. El segundo, que debía tener 80-120 camas, sería el Hospital Vicente Ferrer y sería referente para los municipios de Sant Cugat y Rubí, construyéndose en este segundo municipio. Ambos centros serían hospitales básicos, es decir, que no requieren grandes especialidades.
Ahora bien, el retraso en la construcción de los centros -aún no se ha puesto ningún piedra- implicaría empezar prácticamente desde cero -con los correspondientes concursos públicos-. Según expertos consultados, esto querría decir que serían una realidad en cuatro o cinco años vista como mínimo o tardaría en el peor de los casos diez años y la construcción seguiría la lógica de aquel mapa sanitario que decía que cada 30 km tenía que haber un hospital. Una lógica, según estas fuentes, que no tiene por qué ser la mejor necesariamente. Por su parte, fuentes del departamento de Salud aseguran a El Diari de la Sanitat que no hay disponibilidad presupuestaria para hacer las dos inversiones -aunque no dan cifras- y aseguran que este escenario sería “muy complicado”.
Sólo se construye uno de los dos hospitales
En caso de que la compra del Hospital General de Catalunya no prospere y ante la situación presupuestaria que reconoce Salud, una posibilidad sería salir adelante con sólo una de las dos infraestructuras previstas. Esta opción, sin embargo, implicaría una posición delicada a la hora de elegir qué hospital se acaba construyendo, y por tanto, decantarse por un municipio. Además, según las previsiones del número de camas y recursos para hacer frente a la demanda asistencial en la comarca sólo uno de los dos hospitales podría ser insuficiente. Asimismo podría implicar una revisión del proyecto en caso de que se tuviera que modificar, y esto provocaría que se alargara el proceso de construcción.
La Generalitat compra el Hospital General de Catalunya
Los únicos detalles públicos que se conocen por el momento son los que dio el conseller de Salud cuando anunció la propuesta de la Generalitat en una entrevista en El Matí de Catalunya Ràdio. Según explicó, la Generalitat podría comprar el hospital, del grupo privado Quirónsalud, por cerca de 55 millones de euros -una cantidad que fuentes consultadas estiman como baja-. Así, según Comín, la administración se ahorraría construir los dos hospitales previstos en el Vallès, ya que, además, remarcó, el Hospital General está en Sant Cugat, a medio camino entre Rubí y Cerdanyola. Técnicamente, por número de camas y capacidad, podría sustituir a los dos hospitales pero fuentes conocedoras remarcan que habría que restaurar el centro.
Por otra parte, habría que saber si el mantenimiento del funcionamiento del hospital, una vez fuera público, se haría con una dotación presupuestaria nueva o restando recursos que ya se destinan a otros centros. Desde el departamento de Salud explican que la cifra de inversión de 55 millones es un “precio aproximado”, ya que habría que previamente acordarse en una negociación “extensa y compleja con muchos condicionantes”. “Se deberían hacer auditorías, ver el estado de los quirófanos...”, matizan estas fuentes que remarcan que “la gracia de comprar el hospital es la inmediatez” y citan a modo de ejemplo que el enfermo podría entrar por la puerta del hospital ya público en un año. Con todo, sin embargo, también apuntan que “muy probablemente” el coste del mantenimiento del hospital no contaría con una dotación presupuestaria nueva sino que se reorganizarían los recursos.
Ahora bien, la opción de compra es, según fuentes de Quirónsalud, inviable. “Quirónsalud no vende hospitales, los compra”. Así de contundentes se han mostrado las fuentes consultadas por este diario, que repiten que el hospital no está en venta y cierran cualquier posibilidad de que lo esté. Por el contrario, para el Departamento de Salud esta opción es ahora mismo plausible y la sitúan como la mejor tanto para trabajadores como para pacientes como para las arcas públicas. Sobre los trabajadores, Salud asegura que el personal del Hospital General se subrogaría siempre y cuando el grupo no los quiera para otros centros de Quirónsalud. “El proceso pero no provocaría ningún despido”, dicen.
Salud alquila una ala del Hospital General
Esta posibilidad no ha sido planteada oficialmente por la Generalitat. Ahora bien, la alcaldesa de Sant Cugat, Mercè Conesa, la puso sobre la mesa al preguntarle al conseller si el Departamento se había planteado “alquilar una ala del hospital”, en lugar de todo el edificio entero. “Se puede permitir el Departamento pagar tanto dinero por ladrillos si hay dificultades para hacer frente a los gastos diarios?”, Apuntó en rueda de prensa Conesa hace unos días.
Alquilar una ala del hospital, sin embargo, iría en contra de la política del departamento de desprivatizar el sistema sanitario, ya que supondría seguir invirtiendo dinero en un grupo privado con ánimo de lucro para ofrecer asistencia pública, aprovechando una de las alas del centro para hacer actividad. En cualquier caso, si bien el departamento admite que es una alternativa que se ha hablado informalmente en el seno de Salud, “no tiene sentido” y apuestan por una visión “más integral”. “La ventana de oportunidad es disponer de todo el edificio, ya que necesitamos todo el hospital y además desde el punto de vista de la gestión hay más opciones cuando eres el propietario”, comentan a este diario.
Ni el Hospital General ni dos hospitales nuevos
Una posibilidad que indican algunos trabajadores consultados es la de reforzar los centros de provisión pública - que forman parte de la Red Hospitalaria de Utilización Pública (XHUP por sus siglas en catalán) - que ya existen en el territorio dotándolos de más recursos o capacidad: el Hospital Parc Taulí de Sabadell, la Mutua de Terrassa y el Hospital de Terrassa. “Con menos dinero [menos de 55 millones] se pueden abrir plantas y aligerar listas de espera, si se mantiene el HGC con presupuesto público sacando el dinero de otros centros es un error porque el Vallès ya tiene hospitales deficitarios”, apuntan fuentes expertas.
Desde el punto de vista de Salud lo que se necesita según la planificación asistencial es otro dispositivo y no “sobredotar” los que ya hay. “Podríamos hacerlo pero no es la solución óptima”, admiten y lo justifican con el argumento de que la red pública en esa zona necesita un hospital básico que complemente la actividad que hacen los de alta complejidad o especializados, como el Taulí o los dos de Terrassa. “Cada uno debe hacer su función”, concluyen.
La idea original cuando se diseñaron los dos hospitales en Rubí y Cerdanyola era la de restar carga asistencial a estos hospitales. Entonces, en 2005, el Taulí había registrado 41.000 pacientes en espera de primera visita, de los que 14.140 estaban pendientes de programar, y había registrado 164.000 urgencias -más que el Hospital del Mar de o el Hospital de Bellvitge-.
Desde el Taulí, un trabajador asegura a este diario: “Nosotros nos encontramos con el conseller viendo como hace una oferta millonaria a un grupo privado para comprarle un hospital y aún no hemos cobrado la paga extra de 2014, lo que nos prometió a cambio de asumir los trabajadores de la Clínica del Vallès”.
Esta última opción, la de reforzar los hospitales públicos de la zona, sería la mejor según un médico miembro de Marea Blanca de Catalunya: “Sería lo mejor hoy, con la incertidumbre económica y política que vivimos, además de la precariedad laboral y de falta de recursos”.