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Convergència (i Unió?) y Esquerra Republicana de Catalunya están negociando el pacto que supondrá la reelección de Artur Mas como presidente de la Generalitat. Esquerra Republicana tiene que decidir si se corresponsabiliza de la gestión de un Gobierno que se presenta a las reuniones anunciando que el año que viene piensa recortar en 4.000 millones el dinero público al servicio de la ciudadanía.
En medio de las negociaciones, los consellers van dejando caer noticias terroríficas. El de Bienestar Social ya ha anunciado que no pagará lo que debe a las entidades con las que mantiene conciertos. Son muchos millones de euros. Por todas partes, se paran proyectos sociales porque el Gobierno catalán no cumple sus compromisos de pago.
En estas condiciones, ¿qué gana ERC apoyando al presidente responsable de esta situación? ¿Que se comprometa a celebrar un referéndum sobre la voluntad de los catalanes de ser un país independiente o no? ¿Es suficiente este compromiso para compensar el deterioro que la continuidad de la revuelta social y ciudadana de los últimos dos años contra los recortes provocará en los apoyos actuales al partido que dirige Oriol Junqueras? ¿Conseguir que CiU acepte nuevos impuestos que generen ingresos por valor de 1.000 millones de euros y reduzcan los nuevos recortes a 3.000 millones?
La única salida que le queda a ERC, si acepta hacer presidente a Mas, es reiterar el argumento de que todo lo que nos pasa es culpa del gobierno español. Es el expolio fiscal. Es Madrid que nos roba. Este argumento ¿cambiará las cosas? ¿Permitirá que las personas que esperan cobrar la dependencia o la Renta Mínima de Inserción acaben recibiendo las ayudas que se merecen y les adeudan?
Pero si Madrid nos roba es por dos motivos: porque reparte de forma injusta los ingresos que recibe de los contribuyentes españoles y porque, a su vez, Berlín y Bruselas le roban a ella.
Pero ni Junqueras ni Mas parece que vean esa doble vía de expolio. Como los asnos, tienen la mirada fija en Madrid y no saben, o no quieren saber, que el mal no nos viene solo de allí sino también, y sobretodo, de Berlín. La austeridad que nos mata viene de Alemania. La Alemania, cuyo gobierno, ha puesto Europa en cuarentena hasta que no se diluciden las próximas elecciones generales... ¡el otoño del año que viene!.
El miércoles 19, en la plaza Mayor de Vic, se ha convocado un acto reivindicativo contra los recortes de derechos laborales y sociales. Lo han hecho con un cartel de Angela Merkel con cuernos y el lema, quizás éticamente incorrecto, de “¡Nos ha tocado la gorda!”. Con lo que se demuestra que no todos los catalanes se quedan satisfechos con el argumento o excusa del “Madrid nos roba”. Hay más ladrones. ¡Y hablan idiomas más complicados que el que tanto entusiasma al señor Wert!