Ciencia Crítica pretende ser una plataforma para revisar y analizar la Ciencia, su propio funcionamiento, las circunstancias que la hacen posible, la interfaz con la sociedad y los temas históricos o actuales que le plantean desafíos. Escribimos aquí Fernando Valladares, Raquel Pérez Gómez, Joaquín Hortal, Adrián Escudero, Miguel Ángel Rodríguez-Gironés, Luis Santamaría, Silvia Pérez Espona, Ana Campos y Astrid Wagner.
España se DesMarca: El gobierno acumula impagos en los programas internacionales de I+D
Durante la durísima negociación de la deuda griega, nuestro gobierno se ha presentado a la opinión pública con la que considera su imagen de marca: Rajoy, y por extensión todo su equipo de gobierno, es un hombre de honor. Cumplir con las obligaciones y con la palabra dada a los poderes económicos es, para él, un deber incuestionable. Aunque cause un sufrimiento desproporcionado a toda la población.
Por ese motivo, y en colaboración con el anterior gobierno, santificó el deber de pagar la deuda en nuestra Constitución, dando a esta obligación prioridad absoluta. Sin importarle lo que opinara la población, ni el resto de grupos parlamentarios.
Por ese motivo hizo aflorar, en cuanto llegó al Gobierno, la deuda “oculta en los cajones”. Aunque, siempre según sus explicaciones, hacerlo le obligara a incumplir el objetivo de déficit, llevando éste último a cifras récord.
Por eso embarcó a España en el mayor ajuste presupuestario, fiscal y de derechos de la historia de la democracia, incumpliendo de cabo a rabo su programa electoral porque había que “hacer lo que no hay más remedio que hacer”.
Por eso, aún después de negar una y mil veces su intención de hacerlo, se decantó por rescatar con fondos públicos la ingente deuda de la banca privada – aunque, para hacerlo más digerible, decidiera llamarle tomate en lugar de rescate.
Por eso declaró que no aceptará ninguna quita de la deuda griega, y lanzó a Guindos a bloquear las propuestas griegas y a darle lecciones a Varouflakis en las reuniones del Eurogrupo. Después de los esfuerzos a los que ha sometido a la población española pagar garantizar el pago de la deuda, es inaceptable que los griegos pretendan una quita. Tsipras, dijo Guindos, haría mejor en aprender de Rajoy a hacer reformas y pagar deudas.
Si algo ha querido, por tanto, dejar meridianamente claro este gobierno es el valor que da al pago de las deudas. En su argumentario, cumplir las obligaciones fomenta una imagen de seriedad y compromiso que contribuye al prestigio de la Marca España.
¿O tal vez no?
Porque parece que, como ocurre con los ciudadanos, también hay deudas de primera y deudas de segunda.
El gobierno de España incumple sistemáticamente sus obligaciones en las comisiones y organismos internacionales de investigación, y los impagos acumulados parecen destinados a quedar como “herencia” para el próximo gobierno.
Los programas internacionales que España lleva años sin pagar incluyen el International Council for Science (ICSU), el Programa Mundial de Investigación del Clima (WCRP) , el Programa Internacional Geosfera - Biosfera (IGBP), Diversitas o el Programa Internacional sobre las Dimensiones Humanas del Cambio Ambiental Global (IHDP). En algunos de ellos, los representantes del Ministerio ya han dejado entrever su intención de cerrar la legislatura en esta situación de prolongado impago.
Las cantidades que se adeudan son muy considerables. Como esta pregunta en el Parlamento Europeo reveló que en 2013, mientras su discurso en los medios era que “invertir en ciencia es la única manera de salir de la crisis”, el gobierno de España:
- Debía 200 millones de euros al CERN (el centro europeo de Ginebra, en cuyo Colisionador de Hadrones se descubrió el bosón de Higgs), la Agencia Espacial Europea (ESA), y la Fundación Europea de la Ciencia (ESF).
- Había decidido reducir en un 75% su participación en programas europeos como el Sistema de Observación de la Tierra, y otros de telecomunicaciones, navegación por satélite y transporte espacial.
- Había recortado su participación en varios programas internacionales más, lo que comprometió su capacidad de participar en la construcción del mayor telescopio del mundo (E-ELT, en Chile).
Eso hizo que España fuera expulsada temporalmente de la ESF y la Agencia Internacional del Cáncer (IARC), hasta que la presión interna e internacional consiguió que pagara lo adeudado, y que fuera expulsada oficialmente de los dos grandes proyectos mundiales de estudio geológico en mar y en tierra: el Programa Internacional para el Descubrimiento del Océano (IODP) y el Programa Internacional de Perforación Científica Continental (ICDP).
Señor Rajoy, haga algo. Tenga en cuenta que incumplir las obligaciones fomenta una imagen demoledora de falta de seriedad y compromiso, que contribuye al desprestigio de su Marca España y condena a los investigadores españoles a la irrelevancia.
Y, si eso no le convence, hágalo por Guindos. Porque, si usted sigue incumpliendo sus obligaciones, ¿a quién pondrá como ejemplo en la próxima negociación con Varouflakis?
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Ciencia Crítica pretende ser una plataforma para revisar y analizar la Ciencia, su propio funcionamiento, las circunstancias que la hacen posible, la interfaz con la sociedad y los temas históricos o actuales que le plantean desafíos. Escribimos aquí Fernando Valladares, Raquel Pérez Gómez, Joaquín Hortal, Adrián Escudero, Miguel Ángel Rodríguez-Gironés, Luis Santamaría, Silvia Pérez Espona, Ana Campos y Astrid Wagner.