Aguas subterráneas del Tajo, el patrimonio desconocido
El río Tajo, el centro de incontables ecosistemas a lo largo de su ribera. Y, si bien es un tema que se ha tratado en reiteradas ocasiones, todavía existen aspectos que permanecen casi sin mencionarse. Por ejemplo, el de las aguas subterráneas, tema que trató el profesor Antonio Sastre en la última conferencia organizada por el Grupo de Investigación del Tajo de la UCLM, en su nuevo ciclo 'Investigando el Tajo'. Bajo el título 'Las aguas subterráneas en la cuenca del Tajo: patrimonio hídrico, ambiental y cultural', Sastre explicó cuál es el papel de estas aguas en el Tajo y, en general, el medio ambiente.
No sólo son una fuente de agua, como se puede suponer, sino también son el soporte de variados ecosistemas, “a veces de forma insospechada o poco reflexionada”, tal como afirma el profesor. En este sentido, Sastre ironiza que parece que, por ejemplo, los humedales crecen “sin más”, pero en realidad son acción directa de las aguas subterráneas. Y no sólo eso, este recurso también ha logrado un patrimonio cultural que puede llegar a lo artístico. “Nos ponen en conexión con genuinas manifestaciones artísticas”, señala el profesor de la Universidad de Alcalá, que destaca que el agua no sólo está ahí para resolver una demanda.
Entre los ejemplos que cita el profesor se encuentra la llamada Fuente Grande de Ocaña. “Es un ejemplo fantástico, quizás el más excelso”, apunta. El Ayuntamiento de la localidad señala que se trata de una “colosal” obra de ingeniería hidráulica, que se terminó en 1582. Se le atribuye la autoría a Juan de Herrera y se trata de una obra con medio millar de metros de galería alimentada por un viaje de agua o ‘qanat’. Se trata de un ejemplo “fundamental” para comprender la cobertura del abastecimiento urbano de agua subterránea. Y, sin embargo, no es el único, ya que existen en muchas otras ciudades.
“Todavía persisten sistemas de captación traídos por los árabes con galerías de captación y toda una serie de elementos auxiliares que son muy interesante”, afirma el profesor, que destaca así un patrimonio cultural que “muchas veces no se ve o pasa desapercibido”. El origen de las obras relacionadas con las aguas subterráneas se puede datar desde que el inicio de la “inteligencia humana”. De hecho Sastre señala el ejemplo de Madrid, cuyo nombre viene de un arroyo en el centro de la ciudad, que fue denominado como 'Matriz' por los visigodos. Así lo conocieron los árabes cuando ocuparon el pueblo.
Sin embargo, los romanos ya habían traído la técnica, que se remonta al pueblo persa de las zonas de Irak e Irán. “La captación de agua es tan antigua como la inteligencia humana”, afirma el profesor. Y, a pesar de la antigüedad de este patrimonio, ¿Se tiene en cuenta de manera adecuada?. “Desafortunadamente no, muchas veces se ignoran estas obras porque se vinculan con lo antiguo y lo viejo, con lo que ya no vale”, lamenta el profesor. Existen esfuerzos que se están llevando a cabo en ciudades como Alcalá de Henares, Madrid y Guadalajara de mano de las universidades.
No se puede dejar de mencionar, sin embargo, el papel de estas aguas en los ecosistemas, especialmente en el caso de los humedales. De este modo, Antonio Sastre destaca el papel de los humedales como el resultado del flujo inexorable de las aguas en el subsuelo, destacando, en especial, aquellos que se pueden encontrar en la cuenca del Alberche entre Maqueda y Talavera de la Reina. Pero, en este sentido, el profesor de la Universidad de Alcalá de Henares señala que se debe tener en cuenta que el hombre a veces demanda más agua de la que se consume. De todos modos, Sastre destaca que la naturaleza “siempre da margen de maniobra al hombre” para adecuar su actividad a las leyes del flujo del agua en el subsuelo.