La Confederación del Tajo afirma que ha entrado en vigor la reserva no trasvasable de 400 hm3 desde Entrepeñas y Buendía
La Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) ha informado de que desde el pasado 8 de marzo se ha alcanzado un volumen embalsado conjunto de 900 hm3 en los pantanos de cabecera del Tajo de Entrepeñas y Buendía que abastecen el Trasvase Tajo-Segura. A día de hoy se está próximo a los 905 hm3.
Según la nota difundida por la CHT ello implica que, en cumplimiento de la Ley 21/2013, de 9 de diciembre de Evaluación Ambiental, queda automáticamente establecido el umbral mínimo no trasvasable de 400 hm3 de manera permanente. Esta interpretación resuelve las dudas que existían en torno al momento en que se podría considerar aplicable dicha reserva.
Téngase en cuenta que el Plan Hidrológico del Tajo recibió el visto bueno del Consejo Nacional del Agua a finales de diciembre pero sigue pendiente de aprobación en Consejo de Ministros. Dicho Plan prevé que la reserva no trasvasable de la cabecera aumentaría automáticamente de 240 a 400 hectómetros cuando las reservas en el sistema Entrepeñas-Buendía alcanzasen los 900 hectómetros. De no producirse esa premisa el incremento de la reserva habría sido gradual a lo largo de cinco años tal como quedó establecido.
Este planteamiento se ha incluido también en la citada Ley de Evaluación Ambiental, entre los apartados del denominado Memorándum del trasvase Tajo-Segura a los que se quiso dar rango de ley incorporándolos a una norma sin relación directa con la planificación hidrológica. En concreto en el punto 3 de la disposición transitoria segunda de dicha Ley se establece que “si en el inicio o en cualquier momento del período transitorio se alcanzase un nivel de existencias embalsadas de 900 hectómetros cúbicos, tanto el nuevo nivel de referencia de 400 hectómetros cúbicos como la curva de condiciones excepcionales entrarían en vigor de forma inmediata”. La duda era si se podía aplicar ya ese criterio sin tener aprobado el Plan Hidrológico y la CHT ha confirmado que sí.
Esta reserva ha sido presentada tanto por el Ministerio de Agricultura como por la Junta de Castilla-La Mancha como un gran logro, en la medida que supone una garantía mayor que la preexistente y que supuestamente permite el mantenimiento de caudales en el Tajo aguas abajo y dar servicio de abastecimiento y regadíos.
Los críticos sin embargo apuntan en primer lugar a la incertidumbre sobre lo que realmente embalsan Entrepeñas y Buendía, pues sospechan que la colmatación o aterramiento ha reducido su capacidad y ello distorsiona los datos. Por otra parte destacan las excepciones previstas en años secos, que permitirían trasvasar incluso sin mantener ese mínimo, y finalmente que la reducción de demandas aguas abajo, sobre todo por la reducción legal de caudales mínimos circulantes y en regadíos (una vez abierta la puerta a la venta de derechos al Levante), harán que quede más agua en cabecera disponible para el trasvase. Y más si se lleva a cabo el multimillonario proyecto de desvío de aguas procedentes del Jarama (recicladas, fundamentalmente) para su almacenamiento estratégico en el embalse de Finisterre y así suplir en épocas de estiaje los aportes desde la cabecera.